Marcos Martínez intenta volver a la normalidad y se deja ver en León «con la cabeza alta»

Con la cabeza bien alta y sin vergüenza alguna. Marcos Martínez intenta poco a poco recobrar la normalidad del día a día desde que en la tarde del pasado jueves recobrase la libertad tras más de 40 días en prisión imputado por seis delitos en el marco de la Operación Púnica.

Y lo hace «sin esconderse de nadie ni de nada». Por ello y aunque, según ha reconocido en exclusiva a leonoticias.com, es difícil, el dirigente político ha intentado hacer estos días la vida normal y seguir con la rutina antes de verse salpicado por el escándalo de corrupción.

De ahí que este sábado, como cualquier otro sábado, Martínez haya salido de su casa a primera hora de la mañana para poner dirección al tradicional mercado de la Plaza Mayor dejándose ver paseando tranquilamente por la Calle Ancha donde además ha centrado la mirada de algún viandante.

Pero no sólo miradas. Martínez ha sentido el calor de algunos leoneses que le han mostrado el cariño en estos momentos que, como ha reconocido, son los más complicados de su vida. Posteriormente, ha acompañado a su hija a un partido de baloncesto al colegio Leonés para regresar a su casa y disfrutar de la tarde en compañía de su familia.

«Intento hacer vida normal y recuperarme poco a poco con la cabeza muy alta y sin esconderme de nadie ni de nada», señaló Martinez que aún denota el profundo sentimiento de tristeza y debilidad que reflejó a su salida de Navalcarnero.

Momentos «muy complicados» para Martínez que no impedirá su regreso de forma inmediata a la vida pública y política. Y será así porque, según ha señalado y ha reiterado desde que el juez Eloy Velasco decretase su ingreso en prisión, es «inocente».

Por ello, el dirigente, como así señalase su abogado Ricado Gavilanes en la tarde del jueves, se pondrá a disposición de cualquier medio de comunicación para arrojar luz sobre su detención y posterior implicación en un entramado de corrupción que acabó con la detención de más de medio centenar de personas.

Mientras tanto, Martínez intenta recuperar una normalidad junto a su familia para poco a poco lograr «despertar de esta horrible pesadilla».