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Inmigrantes y activistas sobre las rocas del malecón en el paso fronterizo San Ludovic, en la costa mediterránea entre Ventimiglia y Mentón.
La Iglesia italiana abre sus puertas para acoger a la avalancha de inmigrantes

La Iglesia italiana abre sus puertas para acoger a la avalancha de inmigrantes

El párroco de Ventimiglia da cobijo a 70 refugiados en la localidad fronteriza con Francia, que se ha convertido ya en un nuevo frente migratorio para el país

darío menor

Martes, 31 de mayo 2016, 10:32

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A Italia se le multiplican los frentes abiertos por la crisis de la inmigración. El mismo día en que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) afirmó que la semana pasada murieron al menos 1.000 personas en los diversos naufragios acaecidos en aguas del Canal de Sicilia, en la otra punta del país, en la localidad costera de Ventimiglia, las autoridades desmantelaron el campamento donde vivían alrededor de 200 personas, en su mayoría sudaneses y eritreos, que esperaban su oportunidad para seguir su viaje hacia Reino Unido o Alemania.

Ventimiglia ya ocupó las portadas de los medios el año pasado cuando un centenar de refugiados acamparon en una escollera junto a uno de los pasos fronterizos con Francia para protestar por su situación. Tanto entonces como ahora no se ha producido un estallido en este epicentro de la crisis migratoria gracias a la intervención de las ONG y de la Iglesia católica. Ayer el sacerdote Francesco Marcoaldi, párroco de Ventimiglia, abrió las puertas de su templo a unos 70 extranjeros que hasta ahora malvivían en el campamento. «Se quedarán conmigo mientras sea necesario. Les he dicho que si viene la Policía no deben ofrecer resistencia y me han garantizado que así será», explicó. Cáritas se ocupará de ofrecer y preparar la comida para estas personas. Marcoaldi cuenta con el apoyo del obispo, Antonio Suetta, quien ha invitado al resto de sacerdotes de su diócesis a que cumplan igualmente con lo pedido por el Papa Francisco y acojan en sus parroquias a los inmigrantes. Suetta predica con el ejemplo: está preparando el seminario para que haga las veces de campo de acogida.

Italia afronta el flujo migratorio en varias instancias. Primero intenta salvar «todas las vidas posibles», como dice su primer ministro, Matteo Renzi, pero también trata de luchar contra las mafias que se lucran con el tráfico de personas investigando a quienes llegan a los puertos del sur del país. La Fiscalía de Reggio Calabria informó ayer de la detención de un marroquí y de un sirio que habrían comandado la embarcación naufragada el pasado jueves a 35 millas (unos 56 kilómetros) de las costas libias. Del siniestro pudo salvarse a 136 personas y se recuperaron del mar 45 cadáveres. Se cree que hubo en total unas 300 muertes. En las labores de rescate participaron la fragata de la Armada española 'Reina Sofía' y el buque de la Guardia Civil 'Río Segura'. Los dos sospechosos de trabajar para las mafias de la inmigración fueron detenidos gracias al testimonio de algunos supervivientes, quienes denunciaron haber sufrido abusos de todo tipo. Una muchacha menor de edad contó que ha quedado embarazada debido a una violación.

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