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Beate y Serge Klarsfeld
El matrimonio 'cazanazis' y la obsesión de la memoria

El matrimonio 'cazanazis' y la obsesión de la memoria

Gracias a Beate y a Serge Klarsfeld fueron descubiertos varios criminales de guerra y colaboracionistas que vivían en la impunidad

Miguel Salvatierra

Domingo, 29 de marzo 2015, 07:53

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El matrimonio cazanazis formado por Beate y Serge Klarsfeld vuelve a estar de actualidad en Francia por la publicación de sus Memorias, Ed. Fayard Flammarion. Gracias a su labor, destacados nazis y colaboracionistas franceses que participaron en la deportación y exterminio de la población judía fueron descubiertos y llevados ante los tribunales.

En esta autobiografía a dos manos, los Klarsfeld apuntan a 1967 como el año en que sus vidas cambiaron de rumbo. Beate, alemana hija de un soldado de la Wehrmacht se trasladó a Francia para trabajar tras la Segunda Guerra Mundial. Allí conoció a Serge, de familia judía, cuyo padre fue detenido en Niza y deportado a Auschwitz, donde murió. Él, su madre y su hermana lograron escapar y sobrevivir.

A través de Serge, Beate conoció a fondo el Holocausto. Su compromiso la llevó a denunciar en la revista Combat que un exnazi, Kurt Georg Kiesinger, fuera elegido como canciller de la Alemania Federal. Esta actitud hizo que la despidieran de la Oficina Franco-Alemana de la juventud (OFAJ). Fue a partir de este momento cuando la pareja decide poner todo su empeño en descubrir y perseguir a criminales nazis y colaboracionistas.

El episodio que les hizo saltar a las primeras páginas de los periódicos, y que Beate cuenta con detalle en el libro, fue la bofetada que propinó en pleno congreso de la CDU al ya canciller Kiesinger para denunciar su pasado nazi. A partir de entonces, se encadenan las acciones espectaculares con el objetivo de llamar la atención de los medios de información sobre destacados nazis que habían conseguido pasar al anonimato para llevar una vida tranquila y, en muchos casos, en puestos de responsabilidad pública y social.

La labor de los Klarsfeld no solo se centra en acciones espectaculares para los medios, su denuncia está siempre sustentada en una minuciosa búsqueda en los archivos y en sólidos informes acusatorios. La primera victoria la constituyó un proceso en Colonia en 1979, en el que fueron condenados tres responsables clave en la deportación de los judíos franceses.

Sin duda, el caso más emblemático fue el de Klaus Barbie, el llamado carnicero de Lyon. Los Klarsfeld intentaron sin éxito secuestrar a este oficial de las SS y de la Gestapo que vivía en Bolivia protegido por la dictadura del general Barrientos, pero finalmente lograron su expulsión y condena a cadena perpetua en Francia. Una de las pruebas clave fue un telegrama encontrado por Serge en el que notifica la detención de 44 niños de la colonia judía de Izieu. También se le encontró culpable de las torturas y asesinato del dirigente de la Resistencia, Jean Moulin. Entre los objetivos de los Klarsfeld, figuraron también destacadas personalidades del régimen colaboracionista de Vichy, como Bousquet, Leaguay, Touvier y Papon.

En su libro de Memorias, se incluyen las penalidades y sacrificios que tuvieron que afrontar en su labor. Expulsiones, insultos, detenciones noches en comisaría y dos atentados fallidos de partidarios de los nazis una carta bomba y un explosivo en el cochedan prueba de la efectividad de sus investigaciones contra los responsables nazis que consiguieron camuflar su pasado.

Pese a su avanzada edad Serge, 79 años y Beate 76el matrimonio sigue en vanguardia y su última iniciativa la han llevado, no contra un nazi, sino contra las ofensas antisemitas del polémico humorista francés Dieudonné. Su defensa de las víctimas judías se ha ampliado también hacia el firme respaldo del Estado de Israel, con opiniones muy controvertidas y discutibles respecto a la ocupación de Palestina.

El hijo de los Klarsfeld, Arno, ha heredado tanto el activismo de sus padres como su proyección mediática. Abogado, participó en algunos de los procesos emprendidos por sus progenitores y ha sido consejero de Estado y asesor del expresidente Sarkozy y del ex primer ministro Fillon. Arno tiene la doble nacionalidad francesa e israelí y realizó el servicio militar en el servicio de guardafronteras de Israel. El pasado enero, fue convocado por un tribunal tras ser denunciado por decir en público que parte de los jóvenes de la banlieu son antisemitas. Sin embargo, se muestra partidario de un Estado palestino libre e independiente.

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