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Imágenes de una jornada histórica

Imágenes de una jornada histórica

Tsipras (Syriza) hace historia con un gran triunfo que le convierte en el líder más joven del país heleno con el primer Gobierno de izquierda radical de Europa

AGENCIAS

Domingo, 25 de enero 2015, 23:22

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La noche electoral griega estuvo marcada por la emoción de la victoria, reflejada en los rostros de los simpatizantes de Syriza, quienes desde horas antes del cierre de los colegios se congregaron para celebrar el esperado triunfo.

La plaza Klafthmonos, sede electoral de Syriza, fue el epicentro de las celebraciones desde primeras horas de la tarde, cuando acudieron representantes de la izquierda europea y varios centenares de personas, que a medida que avanzaba la noche se convirtieron en miles.

La alegría estalló en Klafthmonos a partir del momento en el que se conocieron las primeras encuestas a pie de urna nada más cerrarse los colegios. Había tanta gente que los que no podían entrar en el pequeño recinto aguardaban fuera, como el grupo de Nicola, militantes de las juventudes del Partido Comunista de Italia, que se arrancaba con un "¡Syriza, Podemos! ¡Venceremos!". "Somos diferentes, pero tenemos una lucha en común", comentó este estudiante italiano.

Para Nicola, un Gobierno de Syriza contribuirá a cambiar las políticas aplicadas en países del sur de Europa en crisis y contribuirá a hacer "una Europa de las personas y no de los bancos".

La plaza se vio inundada de cánticos como la Internacional, que sonaba a la vez en varios idiomas (griego, italiano, inglés o español), Ligeramente alejado de la multitud, un vagabundo comía un bocadillo sentado al borde de un muro mientras seguía con el cuerpo el son de la música que salía de la carpa.

En la plaza estaban también Aina y Albert, una pareja de españoles. Ella estudiante de periodismo y él economista, que decidieron viajar a Grecia para vivir en vivo las elecciones. También se podía ver a personas como Despina, una doctora griega con su hijo de seis años, que con banderas de Syriza celebran los buenos resultados. "Estoy muy contenta y esperanzada. Ha llegado el día que hemos esperado durante años", dijo Despina. "La noche será larga, tenemos muchas horas por delante para cantar y bailar y para ser lo que queremos ser. Las calles son nuestras casas de nuevo", aseguró mientras de fondo se escucha la canción "Bella Ciao".

Ajenos a la agitación que se vivía en Klafthmonos, y tan solo a unos metros de distancia, varias decenas de personas seguían los resultados a través de una pantalla gigante colocada frente la carpa de Nueva Democracia, el partido del primer ministro, Andonis Samarás, en la céntrica plaza Syntagma.

Allí, mientras los voluntarios del partido conservador no perdían la compostura y hablaban de forma distendida, solo muy pocos decidieron quedarse hasta el final. Entre ellos varios transeúntes, que paseaban cabizbajos por la plaza, miraban la pantalla gigante que daba una posible mayoría absoluta a Syriza, negaban con la cabeza y seguían andando.

Un señor con barba blanca y boina, que mantenía una conversación con dos hombres más, se muestra contento con los resultados que se preveían en un primer momento. "Me siento bien. Los de este partido son unos estúpidos, unos ladrones. Y no de los que solo te roban la cartera, sino de los que te lo quitan todo", afirma. Otro hombre que le acompaña sale al paso. "Mañana seguirá el descontento con los del Gobierno, porque los problemas permanecerán", asegura.

Las caras sonrientes y emocionadas estaban entre la multitud que esperaba el mensaje de Alexis Tsipras, el triunfador de la noche, quien no se hizo esperar y pronunció su discurso, interrumpido casi a la mitad por fuegos artificiales, delante del rectorado de la Universidad de Atenas, .

Andonis Samarás, el primer ministro saliente, compareció en el palacio de congresos Zappion, habilitado como centro de prensa, en un ambiente mucho menos festivo. Jaleado por un grupo de seguidores al grito de "Hellás (Grecia), Hellás, Andonis Samarás", el primer ministro en funciones pronunció un breve discurso y abandonó rápidamente el recinto, donde quedaron solo los periodistas.

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