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El líder de Syriza llega a la sede del partido en Atenas.
Syriza roza la mayoría absoluta en Grecia

Syriza roza la mayoría absoluta en Grecia

La formación izquierdista se sitúa como primera fuerza con el 36,4% de los votos y 149 escaños con el 99% escrutado

Agencias

Domingo, 25 de enero 2015, 01:16

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La formación izquierdista Syriza se ha alzado con una clara victoria en las elecciones generales griegas y tras una campaña centrada en pronunciarse contra las políticas de austeridad y contra la sumisión a la Troika se situó cerca de la mayoría absoluta, una situación que debería llevarle a buscar apoyos.

El partido liderado por Alexis Tsipras no podrá gobernar en solitario, pues tras el recuento del 99,8% de los votos, alcanzaba el 36,4%, lo que le asegura 149 escaños, dos menos de los necesarios para la mayoría absoluta.

"El pueblo le ha dado un mandato claro" a Syriza, lo que supone que Grecia cambia de rumbo y "deja la austeridad tras cinco años de humillación", dijo Tsipras al dirigirse a los ciudadanos desde un palco colocado ante la universidad de Atenas. "Hoy el pueblo griego ha escrito historia", exclamó el líder izquierdista.

Tsipras afirmó también que la decisión del pueblo griego hace que la troika de acreedores (integrada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) "sea pasado".

No obstante, dejó claro que "el nuevo Gobierno negociará con nuestros socios europeos", y añadió que presentará su propio plan de reformas "sin nuevos déficit pero tampoco sin superávit irrealizables".

Tsipras tendió la mano a los que no han votado por él y afirmó que en estas elecciones no hay "ni vencedores ni vencidos" y que formará un gobierno "para todos los griegos". "Hoy perdió la Grecia de los oligarcas y de los corruptos", y "ganó la Grecia del trabajo, del conocimiento y de la cultura... Ganó la Grecia que lucha y tiene esperanza", dijo el líder izquierdista entre los vítores de sus seguidores, que lanzaron incluso fuegos artificiales.

Derrota de Samaras

El gran derrotado de la jornada fue el primer ministro Andonis Samaras y sus conservadores de Nueva Democracia, que alcanzaron el 27,8% de los votos, lo que se traduce en 76 escaños. Samarás evitó felicitar a su rival en público, pero, según la televisión estatal, lo hizo por teléfono.

En su breve comparecencia pública, en el centro de congresos de Zapeio, donde se había instalado el centro de prensa, Samaras evitó reconocer su derrota explícitamente y se limitó a señalar que reconocía la voluntad del pueblo. "Hoy dejo un país que sale de la crisis miembro de la UE y del euro. Deseo que el próximo Gobierno mantenga estos éxitos", añadió.

El primer ministro saliente afirmó que espera que "no se cumplan mis previsiones", y aunque no precisó a qué se refería, aludió con ello a los malos augurios pronunciados durante su campaña electoral para el caso de una victoria de Syriza. Samarás basó buena parte de su campaña en vaticinar una Grecia fuera del euro y en bancarrota si se producía un triunfo del partido izquierdista.

Amanecer Dorado, tercera fuerza política

Uno de los vencedores de la jornada fue el partido neonazi Amanecer Dorado, que pese a tener a la mayor parte de su cúpula en la cárcel por presuntos delitos criminales, obtuvo un 6,3%, lo que supone 17 escaños.

La probable clave del futuro gobierno la constituye el partido centrista To Potami (El Río), que en cuarta posición, con el 6% y 17 escaños, se convierte en aliado natural de Syriza, si bien en la campaña el líder de esta formación, Stavros Theodorakis, evitó pronunciarse en ese sentido.

En una primera reacción Theodorakis se limitó a señalar que no "colaboraremos con partidos antieuropeos", pero afirmó que es pronto para "entrar en detalles" sobre una posible cooperación con Syriza.

Los comunistas del KKE obtuvieron un 5,5 % de los votos, lo que se traduce en 15 escaños, y los nacionalistas de derechas Griegos Independientes el 4,7% y 13 escaños. Otro gran perdedor de estas elecciones fue el cogubernamental partido socialdemócrata Pasok, que perdió dos tercios de los votos frente las elecciones de junio de 2012 y se quedó en un 4,7% y 13 escaños.

El líder de Pasok, Evangelos Venizelos, reconoció el mal resultado y, aunque felicitó a Syriza, le recordó que "la actual situación griega necesita de mayorías más amplias". Según Venizelos, gran parte de la responsabilidad de esta caída socialista la tiene el ex primer ministro Yorgos Papandreu "que provocó una escisión por razones personales".

El partido recién creado de Papandreu, el Movimiento de los Socialistas Demócratas, no logró superar el 3% mínimo para acceder al parlamento, al obtener solo un 2,5%. Con el 95% escrutado, la participación electoral era del 63,8%, la misma que en junio de 2012.

Diferencias con la Troika

La Unión Europea (UE) estaba muy pendiente de los resultados de las elecciones griegas, tras las advertencias realizada por Tsipras durante la campaña electoral contra la Troika (formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) y los planes de rescate.

Este lunes en Bruselas los ministros del Eurogrupo -los 19 países que integran el euro- estudiarán los resultados de las elecciones griegas, pero no podrán pasar de ahí, porque tampoco tendrán más información.

Poco después de que se conocieran los primeros resultados en las elecciones, el responsable del programa económico de Syriza, Yannis Miliós, afirmó que el programa acordado entre el primer ministro griego en funciones, Andonis Samarás, y el eurogrupo "está muerto". "Supongo que Gikas Jardúvelis -ministro de Finanzas en funciones- se limitará este lunes en el Eurogrupo a discusiones de carácter técnico, pues el programa que había acordado Jardúvelis como representante de Samarás ya está muerto", señaló.

Durante toda la campaña electoral, el líder de Syriza se esforzó en diferenciar los objetivos fiscales que emanaban de los tratados europeos de las normas dictadas por la troika de acreedores. "Reconocemos nuestras obligaciones frente a las instituciones europeas y los tratados europeos. Estos tratados prevén unos objetivos fiscales que deben respetarse, pero no las medidas para conseguirlos", dijo Tsipras en una entrevista conjunta con los canales griegos de televisión.

Queda ahora por saber cómo será la posición negociadora de Tsipras. Durante la campaña electoral, el líder izquierdista reclamó la mayoría absoluta para tener una "fuerte" posición negociadora, y aseguró que en todo caso su partido nunca colaboraría con las fuerzas que validaron el trabajo de la "Troika".

De momento, este mismo lunes se reunirá con el líder del partido conservador Griegos Independientes, Panos Kammenos, un encuentro posiblemente destinado a buscar alianzas

Apoyo de Pablo Iglesias

Aparte de las cuestiones económicas, en muchos países europeos se han visto las elecciones griegas como un reflejo y algunos, como el caso de España, han apoyado claramente a uno u otro candidato.

El secretario general del nuevo partido Podemos, Pablo Iglesias, participó el jueves en el mitin de Syriza, que también ha recibido la visita, entre otros, de Cayo Lara y Alberto Garzón, ambos de Izquierda Unida.

El pasado 14 de enero estuvo en Atenas el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, para manifestar su respaldo a las reformas emprendidas por el dirigente de la conservadora Nueva Democracia y primer ministro griego, Andonis Samaras.

Durante la campaña electoral, desde las instituciones europeas y desde la mayoría de los socios europeos se lanzaron mensajes advirtiendo a Syriza de que debía continuar con el plan de reformas acordado con la UE.

Este mismo domingo, el presidente del Banco Central alemán (Bundesbank), Jens Weidmann, dijo que la economía de Grecia sigue necesitando apoyo externo y recordó al futuro Gobierno de Atenas que ese respaldo sólo tiene cabida "si se respetan los acuerdos" adoptados. Pero como dijo Tsipras al final de la campaña electoral, la austeridad no es una política europea y "no forma parte de los tratados" de la UE.

El responsable de finanzas de Syriza, Yannis Millios, aseguró que su gobierno llevaría adelante una moratoria de deuda, que en la actualidad llega al 175% del PIB, consistente en intereses nulos y un plazo de devolución durante cuatro décadas, hasta que el ratio haya bajado al 20% del PIB.

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