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ATLAS ESPAÑA
Viernes, 1 de diciembre 2017, 21:25
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El Papa había atravesado con pies cautelosos Myanmar, la antigua Birmania. En sus diferentes actos públicos había evitado referirse a los rohingya, la minoría musulmana que sufre la persecución del ejército birmano, por temor a la represalias contra la comunidad cristiana en el país. Pero ahora sus pies pisan suelo bangladesí. Y el discurso ha cambiado. En un acto organizado por Cáritas, 16 rohingyas procedentes de un campo de refugiados en Bangladesh se han encontrado con el Santo Padre. Y ante ellos se ha rendido a sus plegarias:"La presencia de Dios hoy también se llama rohingya" ha dicho, pronunciando así la tan ansiada palabra. Pero también se ha comprometido con su causa:"No cerraremos nuestros corazones. No miraremos hacia otro lado"Ellos volverán al campo de refugiados donde viven con sus más de 600.000 compatriotas. Huyendo de la matanza y de las violaciones, pero trayendo consigo la bendición del Papa.
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