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Milagros Hernando Echevarría, embajadora de España en Líbano, durante la entrevista en la sede..
«El Líbano necesita aprender y evolucionar administrativamente»

«El Líbano necesita aprender y evolucionar administrativamente»

Milagros Hernando Echevarría, embajadora de España en Líbano

Jorge Moreno

Domingo, 14 de septiembre 2014, 13:06

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Milagros Hernando lleva dos años al frente de la embajada de España en el Líbano, país en el que cree que España puede hacer todavía más cosas y no solo con su presencia de los cascos azules, que están allí desde hace ocho años.

Con la renovación de embajadas en el 2012, a la llegada del Gobierno de Mariano Rajoy, deciden enviarla a un país árabe. ¿Fue un reto o un castigo por anteriores vínculos con el equipo de Moncloa?

Lo normal era que el departamento de Relaciones Internacionales cambie cuando hay una renovación de gobierno o ministro. Me dijeron entonces que me quedase hasta que viniese mi sucesor, y cuando regresé al ministerio, por mi antigüedad en la carrera diplomática, me tocaba una embajada. La pregunta era cuál y dónde. Me dieron a escoger por mis años en Exteriores y elegí una sede media como era el Líbano. Me atraía Beirut por su ubicación y el papel dentro de la política árabe. Descarté Argelia por estar aquí, y porque me convencieron las ventajas de la sociedad libanesa. Además, al ministerio le pareció adecuado ya que estaba Naciones Unidas-UNIFIL, y yo había trabajado antes en Cooperación para el Desarrollo.

Mujer y en un país árabe.

En estos dos años no he tenido ningún problema. Las autoridades libanesas preguntan a otras compañeras, que también son mujeres y están en sedes de países occidentales, que cuál es el motivo de tanta presencia femenina. La razón está en que el Líbano te permite una calidad de vida como mujer sin ningún tipo de problema. Si hay peligros por la seguridad afectarían tanto si eres hombre como mujer. Las cúspides diplomáticas de Beirut están ocupadas por mujeres en las embajadas de la UE, Austria, Grecia, Irlanda, Holanda, Suiza o Canadá. También Filipinas, India, Colombia, Uruguay, o Venezuela tienen mujeres aquí. Somos un lobby de 18 mujeres.

En estos dos años al frente de la embajada libanesa, ¿qué resaltaría de una sociedad que está en conflicto?

Perfil de una diplomática

  • La actual embajadora en el Líbano mantiene su acento vasco pese a su dilatada trayectoria exterior. Nacida en Bilbao, en 1957, en una familia modesta, cuyo padre emigró «al norte con una mano delante y otra detrás», desde Torrecilla del Pinar (Segovia), Hernando hace gala de ese encuentro cultural. Estudiante en colegios públicos y privados de Bilbao, la hoy embajadora optó por cursar Ciencias Políticas y Sociología en 1974 en Madrid, en la Complutense, «ya que en Bilbao no había». Para financiar su estancia allí, tuvo que dar clases particulares. En 1987, ingresó en la carrera diplomática aconsejada por un antiguo jefe que estaba en Estrasbrugo donde estuvo becada. Tras pasar por distintos puestos en las embajadas de Perú (1990) y de Praga (1993), Hernando ocupó en el Palacio de La Moncloa, entre los años 2004 al 2008, puestos relacionados con la Cooperación y el Desarrollo, llegando a estar al frente de la Dirección de Política Internacional y Seguridad del Gabinete del Presidente del Gobierno desde mayo del 2008. Con la llegada del Gobierno Rajoy, se produjo una renovación de embajadas y Exteriores la envió al Líbano. La diplomática cuenta casi a diario su trabajo en un blog.

Es cierto que la presencia de España en UNIFIL, para mediar con Israel, nos ha situado en un plano de aceptación, pero creo que hay que trabajar más en la parte administrativa puesto que el Líbano necesita aprender y evolucionar. Es un país muy joven que nació en 1943. Antes fue una colonia de Francia. La sociedad libanesa tiene ese gran drama de las guerras civiles que han destrozado lo que eran sus logros, que la llevaron a ser, económicamente claro, la Suiza de Oriente Medio. Pero su modelo administrativo no le ha acompañado. La institucionalidad libanesa todavía es débil. Para muestra, aquí tienen un ministro de Modernización Administrativa cuyo reto es consolidar el estado de derecho. La UE está financiando con dinero esta consolidación. España tiene mucho que decir porque además nuestro modelo administrativo es el francés.

Hay un millar de españoles en el Líbano, ¿qué se hace desde la embajada por ellos?

Muchos de ellos son matrimonios mixtos fruto de uniones con hombres libaneses, que fueron a España a estudiar becados durante los años 50 y 60. Desde la sede les mantenemos informados sobre los cambios de normativas españolas, electoral, e incluso de las alertas de seguridad que tenemos. Utilizamos una página web para actualizar contenidos también de actividades que se hacen en suelo libanés.

Importaciones españolas

Sorprende que en el capítulo de importaciones que se hacen desde España hay una parte importante de ganado vacuno.

Ello se explica porque en esta zona del mundo no hay mucho vacuno, y es una importante empresa francesa la que concentra esta distribución. Al no existir prácticamente consumo de cerdo, el vacuno es una alternativa. Se compran estos animales en vivo para ser engordados aquí y exportados en todo el área. La mayor parte procede de Castilla y León. A pesar de ello, España está teniendo mucha competencia con las exportaciones que se hacen desde América Latina. A un importador libanés le resulta más barato traer una vaca desde Uruguay que desde Salamanca.

En cuestiones culturales, ¿cómo despliega su trabajo en este país?

Actualmente, la lengua española es una opción educativa en casi todas las universidades libanesas, y en la enseñanza primaria. Y secundaria hemos logrado hace unos meses que se tenga en cuenta en el currículum. El sistema libanés establece la obligación de cursar una segunda lengua extranjera. Hasta ahora, se escogía entre el francés o el inglés, pero a partir de los 12 años se ha logrado que el castellano entre como opción y pueda ser también escogido. Ahora hay que ejecutarlo presupuestariamente, y el Ministerio de Educación libanés ha dicho que está dispuesto. Se va a empezar este año en algunos colegios públicos de la zona Monte Líbano con clases piloto. En España, que también hace un trabajo importante con el Instituto Cervantes, deberíamos tener en cuenta lo que supone este nicho idiomático para la zona.

¿Hay presencia de universidades españolas?

Por supuesto. Existen acuerdos con la Universidad del País Vasco y con la de Castilla-La Mancha, principalmente, que apoyan con convenios. En el Líbano hay dos universidades prestigiosas que ya tienen departamento de español, de los que saldrán los primeros profesores licenciados en el 2015. Sería interesante que los centros españoles colaborasen con docentes para formar aquí.

Una diplomática vasca en el exterior, ¿sigue vinculada al País Vasco?

Claro que sí. Toda mi familia está allí. Mi hermano es catedrático de Microbiología en la UPV. La residencia familiar está cerca del Ayuntamiento, en el barrio de Uribarri, y voy cada vez que puedo.

Y de allí al Cuerpo Diplomático.

Fue por circunstancias de la vida. Cuando estuve en Estrasburgo con una beca al terminar la carrera, un embaador de España en el Consejo de Europa que me conocía me insistía cada vez que me veía para que me presentase a las plazas para ser diplomática porque hablaba muy bien francés. Yo le decía: pero mi familia no tiene nada que ver con este mundo, y él me respondía que no me preocupase, que eso era parte del pasado. Tras año y medio, regresé en 1981 a Madrid. Hablé con un diplomático de Bilbao, y él fue quien me presentó a los preparadores, entre ellos, a Santiago Cabanas, hoy embajador en Jordania y exjefe de Gabinete del exministro Abel Matutes. Me presenté tres veces hasta que las saqué.

¿Le han preguntado mucho en el exterior por la violencia en el País Vasco?

Sí, porque soy vasca. Me ha tocado participar en muchas mesas redondas tratando de explicar qué es ETA y la violencia. No siempre se entiende bien sobre lo que supone el conflicto de identidades. En Perú les explicaba que sobre eso soy una de las personas que más sabe. Me llamo Hernando Echevarría, pero mi madre nació en un pueblo cercano a Aranda de Duero, donde un antepasado vasco aterrizó allí.

¿Cómo ve el cese de atentados en estos últimos cuatro años?

Es un cambio importante. La clave ha estado en el día en el que la lucha armada perdió su significado. Gran parte de la población ha dicho ya tenemos un Estatuto y no tenemos por que matarnos. Una parte de nuestra generación ha pasado de las tesis más nacionalistas en nuestra juventud, e incluso hasta más mayores, y ha evolocionado para comprobar que la legimitidad de la violencia desaparece. Siempre pienso que los atentados del 11-S en Estados Unidos han tenido mucho que ver en ese cambio de pensar. Cuando vimos que alguien podía matar a centenares de personas inocentes al derribar un edificio, mucha gente en el País Vasco creo que pensó, no estaremos haciendo algo similar. Ese día, el terrorismo como fenómeno indiscriminado perdió toda legitimidad.

¿Ve al País Vasco dentro de España?

Claro que sí, porque a las dinámicas históricas no les puedes dar una patada cada cinco minutos. Y en la transformación española, los vascos hemos tenido mucho que ver. Tenemos un modelo de convivencia aceptado mayoritariamente, y ponerse a pensar en me separo o no me separo no tiene mucho sentido. Estamos en la Unión Europea para hacer políticas supraestatales. Los modelos de nuevas entidades estatales forman parte del siglo XIX.

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