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Protesta en Uagadugu, capital de Burkina Faso.
El Ejército se aferra al poder en Burkina Faso pese al clamor por un líder civil

El Ejército se aferra al poder en Burkina Faso pese al clamor por un líder civil

Los ciudadanos salen a la calle para protestar mientras los soldados toman al asalto el control de la radiotelevisión estatal, así como la simbólica Plaza de la Nación

agencias

Domingo, 2 de noviembre 2014, 14:03

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El Ejército intenta retener el poder en Burkina Faso mientras la oposición política, la sociedad civil y organizaciones internacionales reclaman una transición guiada por un líder civil, tras la dimisión el pasado viernes del presidente del país durante los últimos 27 años, Blaise Compaoré, por la presión popular.

La confusión sigue empañando el camino que debe guiar hacia unas elecciones democráticas al país africano, donde la oposición continúa enredada en la elección de un líder claro que arrebate la presidencia al actual jefe de Estado, el teniente coronel Isaac Zida, proclamado ayer por el Ejército.

Zida era el número dos de la guardia del dimisionario Campaoré, cuyos soldados tomaron en la tarde de hoy el control de la radiotelevisión estatal, la RTB, para vetar la entrada a un grupo de simpatizantes de la oposición. Los militares llegaron a lanzar tiros al aire para dispersar al grupo de manifestantes que acompañaba a la líder del Partido por la Democracia y el Cambio (PDC), Sarah Sérémé, a la sede de la RTB, donde la dirigente pretendía autoproclamarse presidenta interina.

El incidente, que se saldó sin heridos, siguió a las amenazas de los simpatizantes de Sérémé de destrozar las instalaciones, cuyas emisiones, de todas formas, permanecían interrumpidas desde hace días por las violentas turbas que forzaron la dimisión de Comparé.

Recelo internacional

Otras formaciones de la oposición se apresuraron a desmentir el respaldo al nombramiento de la líder del PDC: "No hemos designado a nadie para dirigir la transición. Es la Corte Constitucional la que puede hacerlo al constatar el vacío de poder o una decisión colectiva de la oposición", explicó el diputado Ablasse Ouedraogo. En esa línea, el jefe de la oposición, Zéphirin Diabre, aclaró, a través de un comunicado, que ni Sérémé ni ningún otro dirigente político había sido elegido por el bloque opositor para presidir la transición.

Durante la jornada, los soldados también desplegaron vehículos militares en la ciudad y obligaron a desalojar las protestas convocadas por la oposición en la Plaza de la Nación, epicentro de las manifestaciones masivas que culminaron con el exilio de Compaoré y el ascenso al poder de los militares.

El golpe de mando del Ejército fue visto con recelo por la comunidad internacional desde las primeras horas, algo que fue manifestado abiertamente hoy por la misión conjunta de Naciones Unidas, la Unión Africana (UA) y la Comisión de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO) desplazada a Burkina Faso.

Una transición civil

En rueda de prensa, el líder de la misión mediadora, Mohamed Ibn Chambas, exigía esta mañana una transición civil y se oponía al régimen militar.

Sobre esta misma cuestión, comenzaron a debatir esta tarde el nuevo jefe de Estado, el teniente coronel Zida, y los principales representantes de la oposición. Sus partidos políticos, junto a representantes de la sociedad civil, lograron congregar hoy a varios miles de personas para reclamar una transición democrática, que en su lugar escucharon mensajes poco claros de los líderes.

"La oposición reitera su llamada a una transición consensuada, que tenga en cuenta a todas las partes de las sociedad", dijo el portavoz de la oposición, Jean Hubert Bazie. En el lado opuesto, el líder del partido revolucionario Unión por el Renacimiento-Movimiento Sankarista (UNIR-MS), Stanislas Benewinde Sankara, llamó a rechazar cualquier forma de Gobierno. "Miembros de la sociedad civil y de la oposición han caído, y el Ejército ya no nos dirige, se han descalificado a sí mismos. Éste es el resultado de la insurrección popular", explicó Sankara.

Tras la caída de Compaoré, Burkina Faso ha vivido una jornada más de incertidumbre en la que los militares parecen tener más claro que la clase política quién de entre sus filas debe situarse al frente de la transición.

Presión internacional

La misión conjunta de Naciones Unidas, la Unión Africana (UA) y la Comisión de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO) desplazada a Burkina Faso han exigido asimismo una transición civil en el país tras la dimisión de Compaoré.

Asimismo, el departamento de Estado de Estados Unidos ha llamado al ejército de Burkina Faso a transferir el poder a las autoridades civiles. Igualmente, el Gobierno alemán ha condenado la toma del poder, ha instado a los militares a devolverlo a las autoridades constitucionales y ha aconsejado a sus ciudadanos no viajar al país ante la inestabilidad que se registra.

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