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Lunes, 27 de febrero 2017, 18:45
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Es la primera vez que Rafael Amargo habla, abiertamente, de su sexualidad y de sus experiencias con otros hombres. En una entrevista para 'El País', el bailarín y coreógrafo explica sus relaciones bisexuales, aunque confiesa que prefiere los compromisos heterosexuales estables.
El juez de 'Top dance' rememora cuál fue su primera experiencia sexual. Aunque cuando era adolescente comenzó a tener sus primeras novios, su primer amor fue su profesor de danza. «Tenía una admiración tremenda y conseguí llegar al cariño de la piel. Yo tenía 16... lo más bonito es que lo descubrí por amor, no por vicio», según recoge FórmulaTV.
En la entrevista, Amargo también habla de sus experiencias cuando abandonó Granada en 1991 y aterrizó en Madrid. Allí tuvo una relación con «un hombre muy influyente en el mundo de las artes» que le permitía dormir debajo de cuadros de «Matisse, Picasso y Gordillo» y visitar las principales ferias de arte del mundo. El bailarín, a pesar de reconocerse «valiente y sincero» ha preferido no dar el nombre de ese artista.
A quien sí nombra en la entrevista es a Stéphane Rolland, «uno de los grandes maestros de la costura de la moda» con quien mantuvo una relación de dos años. «Salió en prensa. Pero yo nunca lo dije», aseguró, mientras explica el secreto de su éxito: «Tengo la suerte de estar con ese tipo de personas porque mi naturalidad les gusta. Yo soy muy salvaje».
A pesar de sus relaciones con hombres, Amargo también ha estado con mujeres, y se ha casado en dos ocasiones con féminas, a quienes prefiere en el caso de buscar una relación más estable: «Es más fácil armar una familia con una mujer que con un hombre. Con un hombre es complicado. Existe mucha promiscuidad», aunque también reconoce que «a la hora de la verdad vive mejor con hombres».
Amargo no duda en contar una anécdota protagonizada con Brad Pitt. «Yo estaba en una discoteca en París, en 2004, con la cantante Gala. Yo salgo a bailar y, de repente, se levantan dos tipos a apartarme. Y el tipo de la gorra dice a los otros dos: No, no, tranquilos». Era el actor, con quien acabó bailando y hablando de música.
Finalmente, en una parte de la entrevista también conversa con sus noches de juerga en Madrid, donde, cuando tenía 16 años, llegó a trabajar con Lola Flores y Antonio El Bailarín. «¿Usted sabe las cosas que yo he visto en esa gira? Ahora aguanto menos porque ya no quedan Lolas. Lola sabía estar de fiesta. La gente hoy no sabe ni colocarse. No saben beber. Se malcolocan».
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