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'El niño de la tele', entrevistado por Buenafuente

'El niño de la tele', entrevistado por Buenafuente

Rubén Ramírez acudió al plató de 'Late Motiv' donde aseguró que «no le llaman ni para 'GH VIP'»

el norte

Miércoles, 19 de octubre 2016, 18:27

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Rubén Ramírez, el que fuera el niño imitador más famoso de la televisión de los 90, fue el invitado de anoche en el programa de Andreu Buenafuente, 'Late Motiv'. Después de una prolongada ausencia en la pequeña pantalla, reaparecía con 30 años para contar cómo le ha tratado la vida, según recoge el portal Vertele.com

Rubén entró en el plató con un fragmento de su obra teatral que interpreta en la actualidad (hasta el 31 de octubre en la Sala Flyhart de Barcelona) y en la cual se ríe de sí mismo.

«Vaya plató te has montado, madre mía. Yo es que hacía 15 años que no venía a la tele, también, que esa es otra», empezaba el monólogo, «Yo soy Rubén Ramírez y soy carpintero. Cómo está el teatro eh, para que le acaben dando un espectáculo a un carpintero, y es que soy un don nadie, no os pararíais a mirarme por la calle. Pero el caso es que yo antes era alguien, alguien para la gente. A mí antes la gente me quería».

En ese instante, aparecía un vídeo que recordó al público cuándo había visto a este chico siendo un niño: «Me llamaban el niño de las mil veces. Era el Joselito de los 90, el Macaulay Culkin español. Tenía un futuro prometedor, las grandes cadenas de TV se me rifaban. ¿Y ahora? Ahora nada, si no me llaman ni del 'GH VIP' al que va Rappel, hombre. Debuté con 9 años un 11 de septiembre, sí amigos, desde el principio, mi vida artística está condenada al derrumbe más absoluto. Ese día, mi padre me llevó a ver el programa en directo del grandísimo Luis del Olmo y me sacó en antena y lo peté. Me tuvo toda la mañana diciendo burradas y barbaridades, sí, yo inventé el oficio que hoy se conoce como 'tertuliano'» y añadía: «Pero lo que tenía que ser una carrera llena de éxitos, y mucha farlopa, se convirtió en un desastre absoluto. Salí en Farmacia de Guardia y en Este es mi barrio. Cada día tenía más papel; en el capítulo 30 fui el protagonista absoluto de la serie, en el 31 la quitaron. Ese fue el principio del fin. Después me ofrecieron hacer politonos con mis imitaciones para Amena los politonos pasaron de moda y Amena se fue a la quiebra».

Y continúa su monólogo: «Después de eso, todavía la cosa fue a peor. Antena 3 se puso en contacto conmigo porque estaban preparando un programa rememorando los mejores momentos de la cadena. Allí estaba yo con mi mítica chaqueta azul, afeitado, peinado, delgado. Ahora estoy gordo como una nutria y me llevaron allí para decirme que estaba acabado y yo no quería darme cuenta. Tenía 23 años y ya era una vieja gloria».

«Así que como vi que la cosa en la tele no estaba muy bien, decidí estudiar la carrera de Comunicación Audiovisual especializada en subir armarios por la escalera por las mañanas. Pensaba que si estudiaba algo relacionado con la tele me sería más fácil trabajar de imitador y no me equivoqué porque el primer año vino a dar una charla Don Luis del Olmo. El mismo que me había descubierto diez años antes. El destino había querido que nos volviéramos a encontrar y pensé que seguro que me recordaría porque un niño tan molón como yo no se olvida. Además, cuando le explique que estoy estudiando Comunicación me ofrecerá ser imitador en su programa, era el plan perfecto. Me habían dado muchas hostias, pero no habían conseguido tumbarme. Lo tenía todo preparado, mis imitaciones, mi smint y mi mejor sonrisa. Era un miércoles por la mañana, el aula magna estaba llena a reventar y cuando llegó el turno de las preguntas, me levanté y le dije: 'Luis, qué tal, seguro que se acuerda de mí, con 9 años estuve en su programa haciendo imitaciones en directo y dijo que era el niño con más talento que había visto jamás. Y Luis del Olmo me miró y me dijo: 'Pues no tengo ni puta idea de quién eres chaval'. Y eso me mató del todo».

Merecida bienvenida

Tras ese monólogo que puso a todos en situación, Buenafuente comenzó la entrevista, recordándole que le conoció en aquel momento de fama, «y la verdad es que la vida te ha ido bien a ti, a mí no tanto», le respondía.

A continuación, Rubén le recordó la etapa que vivió tras la fama: «Llegó un momento en que pasé de ser un niño a ser una persona adulta. Me echaron de una película porque no estaba suficientemente gordo. Me echaron de una serie porque me equivoqué en una frase y trastoqué el plan de rodaje. Y pasaron una serie de cosas que hace que te desencantes del mundo de la tele, intenté seguir vinculado pero con la crisis ya fue imposible. Acabé la carrera, el máster y demás, y como muchos ahora intento buscarme la vida como buenamente puedo».

«Guardo buen recuerdo, porque te llevas muchas experiencias, pero sí que mirando hacia atrás, ser un niño en la tele es complicado. Porque a mí la primera vez que me echaron de un trabajo tenía 12 años, y yo no entendía porqué me estaban echando de un trabajo. Entonces, te hace madurar muy rápido».

Sobre la capacidad de reírse de sí mismo, Rubén añadía que «fui al casting de UPA Dance, pensando que sería una oportunidad para relanzar mi carrera y como podéis imaginar, con mi cuerpo no me cogieron», y añadía: «Uno de los últimos programas de radio en los que estuve, que era Si amanece nos vamos, la temporada en la que yo estuve, a los seis meses de empezar, con un Premio Ondas a sus espaldas, y tras 20 años emitiendo ininterrumpidamente, le cancelaron. Así que esto lo cierran seguro esta noche».

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