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Un pescador de Maine examina un ejemplar de langosta americana.
Ya es posible comer langosta en los McDonald's de Nueva Inglaterra y Canadá

Ya es posible comer langosta en los McDonald's de Nueva Inglaterra y Canadá

Se vende en bocadillo y tiene un precio de siete euros, aunque los clientes que lo han probado dicen que se nota que son congeladas

PPLL

Lunes, 19 de octubre 2015, 13:15

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La langosta, un marisco que en Europa está calificado de exquisito y aparece ligado a los menús caprichosos, en el litoral atlántico de Canadá y en Nueva Inglaterra, al noreste de Estados Unidos, la langosta es un ingrediente relativamente popular que se suele consumir en rolls, bocadillos de apariencia similar a la de un perrito caliente. No hay que olvidar que el Instituto de Investigación del Golfo de Maine, estado dominante en las capturas de este marisco, recuerda que hubo un tiempo en el que la langosta fue un alimento despreciado: los nativos americanos lo usaban como abono y cebo y los colonos se lo solían dar a los presos y los criados, hasta el punto de que una revuelta de sirvientes en Massachusetts reclamó no comerla más de tres veces a la semana. Hoy en día, dos ferias canadienses del marisco compiten por elaborar los rolls de langosta más largos, interminables bocatas de carne suculenta que superan los veinte metros.

Las diferencias con la langosta europeo son significativas. De hecho no pertenece a las familias de la americana ni del bogavante y se distingue fácilmente por las grandes antenas y las pinzas pequeñas.

A pesar de que en América este crustáceo no goza de tanto prestigio, la carta de los McDonald's de Nueva Inglaterra la han incorporado, en forma de los famosos 'rolls' que además llevan lechuga y mayonesa y tienen un precio de 7 euros. También se sirven en algunos establecimientos de Canadá, aunque a ese lado de la frontera se añade apio y un toque de limón y se utiliza el nombre obvio de McLobster, es decir, McLangosta.

La iniciativa de la empresa de comida rápida ha sorprendido a los estadounidenses que aunque este producto no sea tan elitista como en Europa, otra cosa distina es que figure en los menús de comida rápida de McDonalds.

Este intento de incluir este producto a los menús no es nuevo, ya en 1993 intentaron consolidar los bocadillos de langosta a nivel nacional y obtuvieron uno de sus fracasos más recordados. En Nueva Inglaterra, siguieron sirviéndolos en temporada hasta 2005, cuando los retiraron de una manera que parecía definitiva. Ahora vuelve con más fuerza debido a los malos resultados que ha registrado McDonalds en los últimos ejercicios y a que las capturas de langosta llevan dos décadas de crecimiento continuado, con unas cifras que tienen asombrados tanto a los profesionales del sector como a los biólogos. El año pasado, en Maine, se pescaron 56.000 toneladas de langosta, frente a las 31.000 de 2005, las 11.000 de 1989 o las 8.000 de 1950. Los expertos explican este crecimiento por el calentamiento del océano, además de que la acción del hombre ha diezmado a los enemigos naturales de la langosta y, por último, que las propias trampas con las que se captura a las langostas sirven de comederos para muchas de ellas, ya que la inmensa mayoría devora tranquilamente su ración de arenque y se larga de las jaulas antes de que las retiren.

Sobre este nuevo plato del McDonal, la bloguera gastronómica Sarah Gelber ha comentado que «desde luego, no es excelente desde ningún punto de vista, pero son generosos con la cantidad de carne, aunque se note que ha estado congelada».

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