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León de la Riva, en su despacho del Ayuntamiento.
«He tenido al lobo muchas veces a las puertas de mis elecciones y he ganado»

«He tenido al lobo muchas veces a las puertas de mis elecciones y he ganado»

Francisco Javier León de la Riva, alcalde y candidato del PP

J. Asua

Viernes, 22 de mayo 2015, 14:03

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Va a por la última. La definitiva. Sería su sexta mayoría absoluta. Las encuestas le dejan a las puertas, pero él empuja con fuerza. Le queda una sentencia y las elecciones. O viceversa. Francisco Javier León de la Riva se ha multiplicado por sí mismo en esta campaña. Objetivo, que los que votaron al PP en 2011 y se sienten defraudados vuelvan al redil popular. Cree que lo va a conseguir. Le pone ganar.

Media España deseando jubilarse para vivir la vida y usted aquí con casi 70 años. ¿No ha tenido suficiente?

También hay mucha gente que quiere tener un mes de vacaciones y a mí más de diez días se me caen encima. Mi forma de ser es estar permanentemente activo.

Porque encima, le quedará una buena jubilación y ya tendrá todo pagado...

Tengo la máxima jubilación que marca la ley y mi plan de pensiones. Empecé a trabajar el 1 de octubre de 1968 y no he tenido ningún solo día de baja laboral en mi vida. Y ya son años. Me queda año y pico para pagar la casa en la que vivo.

Hombre, ¿pues entonces...?

Si no me dedicara a esto, me aburriría (risas en sus despacho). Es así. Tengo que tener un divertimento. Todavía me considero útil, creo que soy capaz de organizar cosas y dirigirlas rodeándome de gente más joven que, curiosamente, físicamente resiste mucho menos que yo.

Tiene que ser muy entretenido lo suyo para tener tanta afición.

Es gratificante y duro al mismo tiempo. A veces puede ser incómodo. A un consejero de la Junta le conocen tres, yo me paso el día buenos días, buenas tardes. Ves algún gesto simpático, otro que mira para otro lado y alguno que, siempre desde lejos, me llama facha o machista. Afortunadamente, son los menos. Y luego no tienes intimidad. Voy con mi mujer y mis hijos a un sitio y cualquiera se acerca y se arranca con la siguiente frase: A lo mejor este no es el momento, pero.... Pues, efectivamente, te dan ganas de decirle que no lo es. Y empieza que si el contenedor de la basura, que si... Las primeras veces, no lo oculto, dices coño, me conoce la gente, luego ya... Mi mujer va negra conmigo por la calle, no quiere que le acompañe al supermercado, porque me saludan 18 y le controlan hasta lo que va en el carro de la compra.

Deformación profesional

Ella está contenta de que usted repi...

¡No, en absoluto! No estuvo contenta cuando entré en política en 1987 y para qué preguntarla. Me ha dicho que tenía que haber hecho caso a mis hijos y haber declarado antes de terminar este mandato que era el último y que lo dejaba. Pero qué le vamos a hacer.

¿Qué le queda por hacer que tenga ahí marcado?

No siendo de responsabilidad municipal, obviamente la eliminación de la barrera del tren.

Pues en cuatro años no le va a dar tiempo.

A mí me gustaría que se iniciara.

Cuando se vaya definitivamente, ¿a qué se dedicará?

Me acoplaré a alguno de los muchos viajes que hace mi mujer, que tiene una afición que parece directora general de turismo y en otros ratos recuperaré la huerta que tengo en Simancas y la pajarera. Disfrutaré de la naturaleza y de lo que no he disfrutado en estos años. No creo que venga a los plenos, pero no dudes de que los seguiré por Internet.

¿Veinte años en el gobierno de una ciudad no generan cierta desidia, inercia en las ideas?

No. La inercia es el automatismo. Yo voy por la calle, aquí y fuera, y voy viendo las farolas, las bajantes, los bancos... Es deformación profesional. Cuando veo algo interesante tiro de foto y me la traigo para acá.

Y en el caso Zambrana, ¿no ha habido negligencia?

Creo que el Ayuntamiento no ha actuado bien, pero no solo el Ayuntamiento. Tampoco la Junta. Actuamos tarde por lo que fuera. Pedí un informe y me dijeron que no, que tal. Pero tampoco la Junta nos comunicó la devolución de los terrenos a la familia.

Los técnicos municipales están un poco hartos de que se les ponga de parapeto de los casos más complicados. Si todo es decisión de ellos, ¿para qué están ustedes?

Si se pide un informe técnico para una determinada actuación o contratación, el político puede tomar dos decisiones. Aceptarlo y miel sobre hojuelas. Si no lo haces, puede haber alguien que vaya al juzgado y te metan un paquete por prevaricar. ¿Para qué estamos? Para marcar la línea. El otro día en el juicio me preguntaban : ¿Usted decidió que tal arquitecto realizara el informe? Pues mire usted, no lo decido yo. Yo digo a Urbanismo que se cumpla la sentencia y allí hay una concejala, un gerente... y decide si lo hace el arquitecto A o B. Con el tema Samaniego, la decisión de ir la Fiscalía la tome yo cuando me enseñaron lo que había.

En el juicio por los áticos se le vio desbordado, lo pasó realmente mal. Ahí sí que no mandaba usted.

No es la primera vez que voy a un banquillo. Estuve otra nada más entrar con el tema del parking de plaza de España, aunque fue muy poco tiempo. Lo resolvió el juez Ángel Redondo muy rápido. Eso de estar una hora y cuarenta minutos, sabiendo que hay sesenta medios detrás como con la Pantoja, pues no estás nada cómodo. Y ahí sí que hice un ejercicio de autocontrol tremendo para evitar... No hubo más que un momento en que el abogado de la acusación particular me preguntaba una cosa y le dije: ¿Para qué me lo pregunta usted si ya lo sabe?. Fue el único toque de atención que me dio la juez y pedí disculpas.

Si sale absuelto, no va a caber por las puertas. ¿Y si le condenan?

Si salgo absuelto, pensaré que la Justicia ha funcionado. Si me condenan, apelaré. Está claro

Su situación ahora es incomodísima.

No es cómoda, pero lo peor lo pasé en los días previos al juicio, era jodido aquello, más que nada por mi familia. Si hubiera sido soltero, hubiera estado más tranquilo. A partir del juicio es como cuando has parido: Se acabó ya este asunto y a esperar a la Justicia que actúe. Ahora no estoy pensando en la sentencia.

Ahora promueve la limitación de mandatos a dos. ¿Por qué no se la ha aplicado después de cinco consecutivos?

Porque en este momento eso no está en vigor. También llevo mucho tiempo predicando las listas abiertas y no se me ha hecho caso nunca. Primero, yo creo que no es necesario limitar los mandatos, pero si hay que hacerlo, como la gente está muy harta de tanta elección y además cuestan un dineral al contribuyente, lo que plantearía son dos mandatos de cinco años y haciendo coincidir las elecciones municipales con las europeas.

En una afirmación arriesgada un día dijo a El Norte que igual era hora de cuidar a los nietos. Es usted un tipo listo y lo habrá pensado mejor. No le pega a usted hacer muchas horas de parque.

Muchas horas de parque no, pero disfruto con ellos. La verdad es que cuando vienen los tres nietos a la vez y están mucho tiempo termina uno agotado. Lo que sí tengo claro es que va a ser mi última comparecencia electoral.

Su marca personal, su tirón, es indudable, ¿pero no cree que el PP debería haber preparado un sustituto para usted, que ya es como una leyenda política en la ciudad?¿O es que no les deja?

Eso habría que preguntárselo al PP. Tanto como leyenda política... Ciertamente, cuando uno tiene una personalidad fuerte como la que tengo yo y llevas muchos años es difícil sustituirme. No porque no hubiera alguien más listo o más capaz, sino porque esa personalidad veinte años al frente de una institución la marca de alguna manera. Pero dentro de mi equipo y fuera hay gente que puede perfectamente tirar de las riendas de esta casa.

Denos un nombre.

No. Si lo digo yo, le señalan con el dedo y me lo cargo. Será algo que, en su momento, el partido tendrá que decidir.

O sea, que sí hay vida más allá de León de la Riva.

Sin duda ninguna. Si yo pensara lo contrario, sería un cretino. Puedo haber cometido muchos errores, pero tonto del todo no soy. Si pensara que León de la Riva o el caos, flaco favor le estaba haciendo a toda la gente que trabaja conmigo y a los que están en lista de espera.

¿Qué hace cuando no hace de alcalde, se aburre en casa o tiene aficiones?

En casa tengo muy poco tiempo para estar. Ahora tengo un cachorro de Labrador, que le he regalado a mi mujer y que me entretiene un poco, aunque me da más guerra que otra cosa, pero bueno. Cuando vienen los nietos a casa lo paso muy bien, pero cuando pasas cuatro horas seguidas empiezan a subir por encima de los muebles y se hace un poco más incómodo. Y hago muchas horas en la casa de Simancas, que es un pozo sin fondo. No solo desde el punto de vista económico. Hay que podar rosales, hay que cortar el césped, hay que hacer alguna chapuza... Y la verdad es que no se me da mal.

Su amigo José Antonio de Santiago Juárez, portavoz de la Junta, ha metido a su gente en la lista del León. ¿Es para controlarle?

No. Salvo la de 1991, que la hice yo entera hasta el 29, siempre ha habido una entente más o menos cordial en la elaboración de las listas. Esta ha sido cordial. El candidato ha puesto a unas gentes que él entiende imprescindibles para gobernar y es lógico que el partido quiera meter otra gente, porque es la lista del PP, aunque encabezada por León de la Riva. La integración que han tenido las personas que ha venido a la lista es absoluta. Tenemos un grupo de 29, que estamos todo el día por ahí, como no lo he tenido en ninguna otra campaña. Lo digo orgulloso y no son los que han venido introducidos por el partido los menos colaboradores. Carlos Fernández ha faltado unos días, porque tenía un viaje programado con su mujer a Canarias. En cuanto ha llegado, ya estaba trabajando con nosotros.

Dicen que su partido le pidió que se fuera, pero que usted dijo que de eso nada. Ganó el pulso.

En ningún momento. Me dijeron que qué quería hacer y yo dije que seguir. Y el partido no lo cuestionó. Cuando surgió el tema del juicio y algún comentario poco afortunado comenzaron a tener alguna duda, pero yo creo que más en Madrid que aquí. Pero allí manejan sondeos y con todo el riesgo que suponía que volviese a encabezar la lista era la apuesta más segura.

Se le ve muy implicado en la campaña, con la camiseta y el reparto del boli y el mechero. Para arriba, para abajo, de alcalde, de candidato, bailando, en bici... ¿Se chuta usted algo?

Un café con leche por la mañana y un protector gástrico, porque tengo una insuficiencia de cardias y de hiato y así evito que me dé guerra. No tomo complementos vitamínicos ni de otro tipo. Tengo una presencia en la calle más activa y directa, porque dije que mi campaña iba a ser esa. No pelearme en mítines con los otros con el y tú más y tú menos... Estoy intentando convencer a la gente que se iba a quedar en casa para que vaya a votar. Y día a día la estamos recuperando.

¿No será que le ve las orejas al lobo?

He tenido al lobo en las puertas de mis elecciones muchas veces y he ganado. Con el Prestige, con la guerra de Irak... Fueron brutales y me responsabilizaban a mí de todo eso. En las últimas, el viento lo teníamos a favor tras el desastre de Zapatero y el que lo tenía peor era el PSOE.

Las encuestas apuntan al fin del poder absoluto en el Ayuntamiento de Valladolid. Eso siempre será más sano, ¿no?

¡Aquí nunca ha habido un poder absoluto, eh! Aquí hay una mayoría democrática y regulada por las urnas y por el interventor y el secretario, que se ocupan que no nos pasemos ni un milímetro de la raya.

La diversidad es buena.

Sin duda ninguna. Si no, sería el Movimiento Nacional y eso ya pasó hace muchos años. Lo que a mí me gustaría es que la gente venga a construir y no a destruir.

De no lograrla, ¿sería un fracaso personal?

De la misma forma que si hay mayoría absoluta, será un éxito del partido con el cadidato a la cabeza. Si fracasa, será un fracaso del candidato con el partido detrás. Ahí vamos todos a una.

Con ese carácter tan suyo, ¿está preparado para pactar con Ciudadanos?

A día de hoy no contemplo más pacto que con los vecinos de Valladolid, que no con las asociaciones de vecinos. Si Ciudadanos practica lo que dice que va a hacer, esto es dejar gobernar a la lista más votada y exigir un pacto contra la corrupción, desde aquí digo que aunque logre mayoría absoluta estoy dispuesto a firmar ese pacto.

Ya conoce a su candidato, Jesús Presencio. ¿Qué le parece?

Apenas le he tratado. He tenido una relación correcta, pero muy escasa. Un día vino a verme a plantearme colaborar con nosotros en algún tema, concretamente en algo de un cuadro de mandos que me explicaba. Yo le mandé a la Agencia de Innovación, pero parece que allí no congeniaron.

¿Igual le hace la puñeta a usted Manuel Soler, el número 3 de la formación naranja?

Yo tendré que hablar con el número uno. He tenido alguna discrepancia con el señor Soler cuando presidía la CVE. Él defendía sus intereses y yo los míos, él defendía un aeropuerto en Mojados y yo defendía el de Villanubla.

Esos mismos sondeos apuntan a una debacle del PSOE. ¿Cree que es justa?

No se si es justa o injusta, pero no es buena, porque es un partido de izquierda moderada. El PSOE en Valladolid tiene un problema endémico, que es su división en dos sectores irreconciliables, donde unas veces ganan unos y otras otros.

La oposición les ha azuzado a ustedes bastante en este mandato, pero también les ha apoyado en temas clave, véase el caso Zambrana. ¿No han estado más constructivos?

Yo diría que han descubierto los barrios, alguno ha empezado a pisarlos. De las propuestas que han hecho, algunas son asumibles y yo lo he reconocido en las comparecencias tras lo plenos, esas que les irritan tanto. Lo que es sangrante es que el PSOE plantee en su programa cosas que llevan hechas años. No conocen todavía el funcionamiento de la Casa.

Pero en el Zambrana, Pingüinos... le han apoyado.

Hay un tema que no se cita y en el que Óscar Puente ha apoyado mucho, que es del baloncesto. Se ha portado. No así Izquierda Unida, que en el tema del deporte se ha dedicado a hacer la demagogia barata. En el caso Zambrana he agradecido públicamente que vayamos todos a una, no les habrá gustado en la Junta, pero yo no estoy aquí para complacer a la Junta, sino a los vallisoletanos. Por lo demás, poquito más.

Damos fe de que a usted le paran, le felicitan y eso, pero otros le odian, no le pueden ni ver. ¿Por qué cree que genera tan mal rollo entre algunos?

Porque no me dedico a halagar el oído de nadie. Cuando un ciudadano viene a mi despacho, sale con las cosas claras. O sí o no. Eso de lo voy a estudiaaar, ya vereemos. Eso se presta a mucho chalaneo del mal estilo y a eso no me presto para nada. Seguro que cometo montones de errores todos los días, pero no son intencionados y son por decir las cosas claras. En mi partido y fuera de mi partido.

Echando la vista atrás, ¿no cree debería haber sido usted más conciliador y diplomático?

Eso a los 69 años ya es muy difícil. Eso que nos decían en el colegio que al arbolito que se tuerce hay que ponerle una guía... Va a ser complicado que cambie. Es verdad que estoy antemperando mucho mis declaraciones. Hace mucho que hago caso a mi mujer... Algunas, todo hay que decirlo, sacadas de contexto y que dichas por otra persona no habrían tenido tanta trascendencia. Y luego hay un cosa que sorprende. En una ciudad con un personaje tan controvertido como yo, eso no lo oculto, que te conozca el 99,5% de los ciudadanos y te den una valoración del 5,22, eso se lo tengo que agradecer a mis paisanos, porque todo los expertos en estadística saben que a más conocimiento, peor valoración de la persona. Cuando te conocen poco, los que te conocen son tus amigos y tu entorno y te dan una valoración muy alta. Cuando te conoce el 100% y eres el único que aprueba y a bastante distancia de los demás... Algo tendrá el agua cuando la bendicen, digo yo.

Le gusta a usted ser controvertido, ser un poco el prota.

Que hablen, aunque sea para mal, no me va. Yo prefiero que hablen para bien o que no hablen. Solo el otro día una persona nos dijo con vosotros no quiero nada, que sois unos ladrones, pero por lo demás percibo el apoyo de la gente.

León de la Riva anda todo el día con la camiseta de Vota PP ahora se la han reconvertido en peto para no quedar embutido mientras que Monago, en Extremadura, siendo compañero de partido esconde sus siglas.

Soy candidato por el PP, no para el PP. Yo lo tengo claro. No me avergüenzo de mis siglas, aunque sí del comportamiento de algunos miembros de mi partido. Rajoy ha hecho las cosas muy bien en términos generales, aunque las ha vendido muy mal. En otras no ha estado muy acertado, pero eso queda para mí. El otro día estuvo muy cariñoso conmigo en Burgos.

Usted también pensará que lo de Bárcenas es un caso aislado, que este señor actuaba por libre...

Nunca he estado en el aparato del partido. ¡Si no estoy casi en el de Valladolid! A mí eso de adular al jefe nunca me ha ido. En el PP se han cometido errores de facto y de explicación de lo hecho. Y hablo de Bárcenas, de Sepúlveda... Aquí me han buscado debajo de las alfombras, de aquí y de casa, a ver qué podían pillar. Y todo lo que han encontrado es que había tardado en cumplir una sentencia.

A ver, es su momento, ¿qué les diría a los vallisoletanos de cara al próximo domingo?

Que tienen un alcalde honrado, trabajador, con ideas y con equipo y que ha transformado la ciudad en veinte años. Y que su idea es seguir trabajando por Valladolid los próximos cuatro. Los vallisoletanos necesitan un gobierno estable, que no endeude al Ayuntamiento y que no suba los impuestos.

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