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Foto de familia de las once candidaturas que se presentan por la capital segoviana.
Candidaturas como para poblar dos Cocas

Candidaturas como para poblar dos Cocas

Más de 4.000 personas están enroladas en alguna de las listas que se presentan en la provincia de Segovia a las elecciones municipales de este domingo

César Blanco Elipe

Sábado, 23 de mayo 2015, 16:05

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Sustituyan las incógnitas por el nombre de un conocido y por un partido político y casi seguro que habrán tenido esta conversación o un diálogo similar.

¿Sabes que fulanito se presenta a las elecciones por X partido?

Ya, ya lo he visto. Y zutanito está en la lista de Y, como menganito.

Pues mi vecino también se presenta, creo que con los de Z.

No sería de extrañar que si usted se da un paseo por la Calle Real de la capital, algún transeúnte anónimo con los que se cruce esté integrado en alguna de las candidaturas que entran en liza en estas elecciones municipales. Y ya ni le digo si vive en uno de los 208 pueblos que conforman el mapa provincial. Las posibilidades de que conozca a un miembro de una lista o a algún futuro alcalde o concejal se disparan.

Lo dicen los números, que entienden objetivamente que en esta cita con las urnas hay una sobrepoblación de candidaturas y, por ende, de potenciales aspirantes a pertenecer y sentarse en un escaño de una corporación local. Algo que muchos, la mayoría no conseguirán porque al fin y al cabo no todos caben en la ley dHont. Y como lo mejor son las comparaciones (que no son odiosas si no se quiere) para que se hagan una idea de la vorágine de candidaturas y de alistados a ellas por los diferentes partidos políticos que concurren en la provincia, aquí van algunas.

Rebuscando algunos datos, ¿se imaginan el censo de un pueblo entero ocupado por personas que figuran en alguna lista electoral? Pues teniendo en cuenta que las tres zonas electorales en las que se divide el territorio de Segovia suman 4.089 ciudadanos que han querido enrolarse en la ambición de unas siglas, Cantalejo se quedaría hasta pequeño para toda esta tropa. Es solo un ejemplo.

Otro botón. Todas esas personas alistadas en candidaturas poblarían dos villas de Coca. ¿Se imaginan? O prácticamente equivaldrían a un emergente Palazuelos de Eresma. Si preferimos tirar por lo alto y elevar el listón de la comparativa con un municipio en el top tres de los padrones de la provincia, como pueden ser Cuéllar o El Espinar, esa horda acapararía aproximadamente la mitad de sus respectivos censos.

Más comparaciones para ver que en estas urnas la competencia en la carta de seleccionables es copiosa. Si estas huestes que concurren por diferentes signos e ideologías a los comicios se juntaran e hicieran una excursión por tierras de Segovia para disfrutar del ocio rural, no encontrarían suficientes plazas en los alojamientos de este tipo registrados por la Junta en su último boletín de coyuntura. Vamos, que más de cien de esos 4.089 militantes integrados en las candidaturas de toda la provincia incluso se tendrían que quedar fuera o buscarse otro sitio donde pernoctar porque son demasiados para las 3.903 plazas contabilizadas en abril en los alojamientos rurales que trabajan en estos lares. No le vendría mal al sector tener ese 100% de ocupación todo el año.

En la capital

Cuando comentaba que era más que probable que en su paseo se cruzarían con alguien que se presenta a los comicios no era una exageración. De nuevo las estadísticas funcionan como el algodón del mayordomo de la tele. Frotas un poco en todo ese mosaico de nombres y siglas políticas y descubres que en la capital no se había visto nada igual en toda la época democrática. Once listas, once. Si creen que son demasiadas y que incluso algunas sobran, les diré que si cogen la calculadora y multiplican esas once ambiciones por los ineludibles 25 integrantes que componen cada una de ellas, a los que hay que sumar el máximo de tres suplentes que van en los cupos de reserva, nos da un resultado de en torno a 300 ciudadanos que solo en la capital que están enrolados en una candidatura.

La ratio es bárbara. Vamos con más números y por partes para no liar más madeja. El censo de electores de la capital está formado por 39.861 españoles residentes en el país, otros 1.086 que viven fuera de las fronteras nacionales y 285 extranjeros empadronados en la capital. Denle al signo más de la suma y la solución es que 41.242 segovianos están llamados mañana a acudir su preceptivo colegio y depositar su voto en la pertinente urna de la correspondiente mesa. Si despejamos de la operación la gente que vive en otro país, solo en la capital por cada 130 potenciales votantes hay un nombre y apellido que figura en una de las once candidaturas que concurren a la lid.

Si se amplía el radio de acción y abarcamos con el compás todo el mapa provincial, los promedios son todavía más bestiales. Tal y como publicó el Instituto Nacional de Estadística, en toda la demografía segoviana conviven 119.072 electores españoles y otros 1.681 extranjeros empadronados. Sumados, superan los 120.700 votantes en potencia. Pues bien, por cada 30 de ellos hay un miembro de una lista política que se presenta a los comicios municipales. Por ejemplo, en un aula de un colegio cualquiera habría un aspirante a concejal o alcalde.

El Huercasa Country Festival, a rebosar

Como dirían en los dibujos animados, no se vayan todavía que aún hay más. Seguro que los organizadores del Huercasa Country Festival estarían encantados si cada uno de los 4.089 enganchados por los partidos políticos para formar parte de sus candidaturas electorales tuviera una entrada para los conciertos de este año. Eso significaría colgar el 'no hay billetes'. Abarrotarían este mes de julio el aforo del Campo Municipal de Fútbol de Las Delicias, en Riaza, cuyo aforo es de unos 4.000 espectadores.

A lo mejor si apelamos a lo crematístico se hacen un idea del ingente batallón de candidatos. Si cada uno de todos esos ciudadanos integrados en una candidatura se hubiera rascado el bolsillo y hubiera puesto de su cartera 10 euros, se habrían cubierto de sobra los gastos derivados de la restauración del camarín del Santuario de la Fuencisla. El levantar todo el tejado para hacerlo nuevo e impermeabilizarlo con una capa de poliuretano, además de reconstruir el volumen existente al lado del camarín, el que da acceso al Oratorio de los Reyes del lado derecho del altar, costó 40.000 euros.

Un montante al que ascendió, por ejemplo, el presupuesto desembolsado el año pasado por El Espinar para devolver la fiesta de los toros a la villa. Así que, quédense con alguna cara de las cientos que se cruzan cada día, porque es posible que alguna pertenezca a un futuro representante municipal.

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