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Una vista de la localidad de Beleña, el pequeño municipio por el que Javier Iglesias optará a ser concejal del Partido Popular.
Los vecinos de Beleña piden que se controle el desarrollo de las elecciones

Los vecinos de Beleña piden que se controle el desarrollo de las elecciones

elena Gómez

Sábado, 25 de abril 2015, 12:14

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Ríos de tinta han corrido en los últimos días después de la confirmación de la candidatura de Javier Iglesias como número dos del Partido Popular al Ayuntamiento de la pequeña localidad de Beleña.

Mucho se ha escrito sobre los juegos y estrategias políticas que tanto Iglesias como otros diputados han utilizado a lo largo de los años para lograr alcanzar o mantenerse en sus sillones de La Salina, utilizando el Consistorio de Beleña como trampolín de acceso a dichos cargos cuando en otros lugares la situación no les era del todo favorable.

Al final, esta pequeña localidad que parece detenida en el tiempo y en la que la vida transcurre tranquila se ha colocado en el punto de mira de toda la provincia, ganándose una vez más y en esta ocasión con más peso al tratarse del presidente de la Diputación el título de atajo o coladero del Partido Popular de Salamanca para llegar a la institución provincial.

Este mote molesta a los vecinos de este municipio en el que, si no se tienen en cuenta las tres residencias, viven apenas 30 personas. Algunas de ellas, en conversaciones con este periódico durante la mañana de ayer, mostraron su total desacuerdo aunque prefirieron salvaguardar su identidad con la situación que se está viviendo y que se ha vivido en las últimas elecciones.

Algunos de los vecinos aseguran que no conocen a Javier Iglesias, especialmente los más mayores, pero los más jóvenes sí están al corriente de la situación, especialmente a través de los medios de comunicación impresos y de internet.

«No sé quién es ese señor y me da igual quien se presenta, como si se presenta el Rey», señala uno de los vecinos, quien tiene muy claro que apostará por la candidatura socialista porque no está de acuerdo con la gestión del actual alcalde, Alberto Rodríguez Boyero, «ya que no hace nada, solo se dedica a poner árboles y no a solucionar los problemas del pueblo». Sin embargo, este hombre asegura que la opción socialista «no va a salir por lo que hay, porque tiene a mucha gente en la residencia».

Y es que el actual alcalde es propietario de la residencia del municipio, dividida entre tres edificios, que tiene alrededor de 170 residentes, muchos de los cuales ya están empadronados en el municipio según marca la legislación por ser su lugar de residencia habitual y por lo tanto votan en las elecciones de Beleña.

«Que vengan algunos de fuera para ir a la Diputación es algo que no es nuevo», señala otra vecina que asegura que «lo peor es que no hacen prácticamente nada por el pueblo, al no ser de aquí les da igual».

Pese a esta supuesta actitud y que las elecciones en Beleña, al tener solo cinco concejales, son con listas abiertas en las que cada vecino opta directamente por sus cinco candidatos sin tener en cuenta la lista del partido por la que se presentan ni su número de orden en la misma, ya son cuatro las personas que han optado por Beleña para ir a la Diputación: Carlos García Sierra, Manuel Martín Martín, Manuel Sánchez Velasco y, ahora, Javier Iglesias. Ysiempre, hasta ahora (a falta de ver lo que pasa con Iglesias) han logrado alcanzar la concejalía y llegar a la Diputación.

Según algunos vecinos consultados aleatoriamente por este medio este hecho tiene una clara razón de ser, pues, según sospechan, se podrían estar manipulando los votos de los residentes del geriátrico, hasta el punto en que votarían «incluso personas con alzheimer, que no son capaces de reconocer a sus propios hijos, pero los llevan a votar, al igual que pasa en otros municipios, incluso con otros colores políticos».

A causa de esta sospecha, que consideran cierta pero aseguran que no pueden denunciar a falta de pruebas fehacientes, los vecinos consideran que una opción para acabar con todos estos rumores y asegurarse de que los resultados de los comicios son los que deciden todos los habitantes en la localidad hijos del pueblo y residentes del geriátrico sería que se estableciera un control en las próximas elecciones, «que venga un notario o alguna persona que certifique las personas que pueden votar y las que no» con el fin de evitar «favoritismos» y que salgan unos resultados claros que ayuden a limpiar el nombre de la localidad.

«Si consiguen parar esto, entonces sí tendremos voz y voto. Por el momento, estamos hartos», sentencia una vecina.

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