Silván se enfrenta a una complicada legislatura tras perder 10.000 votos y cinco concejales

La resaca electoral deja un nuevo León en el plano político. La capital, fortín popular en 2011 con una solvente mayoría absoluta, deberá ser gobernada ahora a fuerza de pactos, conversaciones y acuerdos.

Antonio Silván, tras perder más de 10.000 votos y cinco concejales, asume el papel más complicado que se podía imaginar. El PP es la fuerza más votada pero tendrá ante sí un Consistorio muy variado, con representación de PSOE (8, dos menos que en 2011), Ciudadanos (4), León en Común (2), Despierta León (2) y una raquítica UPL que ha perdido a uno de sus dos concejales.

La clave del hundimiento popular es una mezcla de la política nacional y local que ahora fuerza un nuevo modo de hacer política. De momento Antonio Silván ya ha invitado a todas las fuerzas a «trabajar unidos por León».

La jornada deja escenarios complicados en municipios de la talla de Ponferrada o San Andrés del Rabanedo, y pone sobre la mesa un asunto para el análisis: el expresidente de la Diputación, Marcos Martínez, ha obtenido mayoría absoluta en el municipio de Cuadros con su agrupación de electores.