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El PP sangra por Valladolid y León

Los populares pierden más de uno de cada tres votos en las provincias más pobladas de la región, a las que sigue Burgos. En términos porcentuales, Salamanca y Soria cosechan la mayor caída en Castilla y León

SONIA ANDRINO

Martes, 26 de mayo 2015, 19:11

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El corazón (simbólica y geográficamente) del Partido Popular en Castilla y León está fuertemente herido como consecuencia de la hemorragia de votos en las provincias de Valladolid y León. Por este orden, seguidas, aunque a cierta distancia por Burgos (cuna del candidato a la Junta), los populares agachan la cabeza ante el cogotazo que les dieron las urnas el pasado domingo. Las polémicas decisiones adoptadas por el Gobierno central para gestionar el periodo de crisis, los recortes y, especialmente, decisiones equivocadas para su formación en la comunidad como la minería, han serrado la confianza de los ciudadanos en el partido que lleva gobernando Castilla y León desde hace 28 años y que se mantendrá en el poder otros cuatro más.

Y es que, el PP de Valladolid ha perdido 45.172 apoyos, según los datos todavía provisionales que publicaba ayer la Junta de Castilla y León, y la provincia leonesa, otros 42.157 votos menos que en 2011. La suma de ambas convierte a estas dos provincias en el eje del dolor para el PP porque juntas despiden a más de uno de cada tres electores que hace cuatro años apoyaron a este partido. La cuestionada decisión de mantener la candidatura de Javier León de la Riva para la Alcaldía de la capital vallisoletana y los escándalos de corrupción en la provincia ligados a la consejería de Economía, han pasado factura al PP vallisoletano y terminado erosionando el esperado tirón del exdelegado del Gobierno, Ramiro Ruiz Medrano (presidente provincial del PP), que cedió la representación institucional para remangarse en la campaña electoral.

Lo mismo le ha ocurrido a Antonio Silván en León, el doble candidato y la apuesta del propio presidente Juan Vicente Herrera, conocedor de unos malos augurios para su partido en la provincia que podrían haber sido peores. Por eso apostó por el consejero con mayores competencias de su antiguo gobierno enviándolo como candidato a la alcaldía en uno de los momentos más complicados para el PP en la capital.

Una cornada, dos trayectorias

«El resultado de las elecciones es lo mismo que le ocurrió a Paquirri: la cornada tiene dos trayectorias, y ahora haga lo que tenga que hacer», definió muy gráficamente uno de los históricos del PP en León. Es momento de duchas frías y análisis pausados aunque, sobre la mesa, los populares ya tienen entre los motivos, la gestión del carbón. Los leoneses no perdonan al PP el apuro de la minería y le han castigado quitándole músculo en una de las tradicionales potencias populares. No obstante, el caso de León es el de la insatisfacción. El PSOE ha perdido fuelle en esa provincia al no haber sabido aprovechar el golpe del PP y suma el mayor recorte en sufragios (18.309 menos) de la formación regional. Lo mismo ocurre en Valladolid donde los socialistas tampoco recogen el desgaste del PP y se dejan en el camino 13.942 papeletas que consiguieron meter en las urnas hace cuatro años.

El mensaje está claro en estas dos provincias, las más pobladas de la comunidad y con las mayores capitales: los ciudadanos han castigado el bipartidismo. De hecho, el refugio de Podemos se ha asentado sobre este terreno y la formación del círculo ha arrancado dos procuradores en cada ella tirando no solo de electores socialistas, sino también, de fieles al Partido Popular. Esta es una constante en todas las provincias, pero llaman además la atención los casos de Salamanca y Zamora, en cuyas capitales de provincia se sitúa el pico de la abstención y, entre ellos, muchos votantes del PP decidieron el domingo quedarse en casa. Castigan de esta forma la gestión que entienden desafortunada tanto de Rajoy como de Herrera, en la administración nacional y regional, pero no se sienten cómodos transfugando su voto a cualquier otra formación. Tampoco el PP en esas provincias, a pesar de haber sido una constante en la campaña, ha sabido movilizar a su electorado. En el caso de Salamanca, además, se ha convertido en la provincia más golpeada en términos porcentuales por el PP, cae 15,21 puntos en los apoyos. La sigue Soria, con 15,12, ambas por encima del retroceso medio en la comunidad del 13,78 puntos de merma para el PP. En definitiva, el partido del municipalismo, tiene que reflexionar (los máximos dirigentes lo hicieron ayer. Herrera no asistió al Comité Ejecutivo Nacional del PP presidido por Mariano Rajoy) después de perder 870 concejales.

En Burgos, el efecto Javier Lacalle (alcalde joven) ha terminado arrasando a Juan Vicente Herrera, que en la capital ha despedido a 14.144 antiguos apoyos como consecuencia de las protestas de Gamonal (ya hay quien habla del defecto Lacalle) aunque también ha sufrido en sus carnes la privatización de la gestión del Hospital. Las formaciones de izquierdas, y sobre todo Podemos, ha rentabilizado la crítica arañando dos procuradores en una provincia en la que las encuestas no lo aseguraban. Sin embargo, y a pesar del castigo, la gestión de Campofrío se ha interpretado como un acierto en la responsabilidad directa del presidente de la Junta y, por eso, el candidato a repetir en el Colegio de la Asunción obtuvo 2.603 votos más que su candidato a la alcaldía.

La capital burgalesa tampoco ha sido una buena plaza para Luis Tudanca donde ha perdido 3.018 votos pero ha sacado 849 papeletas más que su homólogo al Ayuntamiento, Daniel de la Rosa. Una parte de los militantes locales del PSOE siguen sin reconciliarse con el candidato a la Alcaldía aunque parece que prefieren cerrar heridas en torno al líder regional. Todo lo contrario ocurre en Zamora donde los socialistas responsabilizan a la secretaria de Organización, Ana Sánchez, de no haber sabido sellar las partes en las que se ha roto el partido. En la provincia zamorana el desencuentro interno ha generado el mayor porcentaje de caída que registra el PSOE en la comunidad y su candidata autonómica revalida escaño con 7.940 votos menos. Curiosamente en Ávila, las aguas parecen tornar a su curso. La formación de la rosa apacigua el ánimo y, aunque mantiene la gestora y sigue sin tener todavía un secretario provincial, han conseguido capear mejor el temporal aunque, a efectos prácticos, no les ha servido para mucho. Mantienen los dos procuradores pero no consiguen arañar peso en el Consistorio de la capital.

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