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Videoanálisis del desempleo. / COLPISA / AFP
En 1995, Jeremy Rifkin publicaba El fin del trabajo, en el que presagiaba las consecuencias inevitables de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación sobre el empleo en prácticamente todos los sectores. Aquel pronóstico, impulsado por la automatización y la informática, se ha cumplido por ahora a medias, pero todo indica que hemos entrado en la era de la robótica, que irremediablemente cambiará las pautas de actividad de la mayoría de las industrias.
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