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El grupo de jubilados de mayores de 85 años ha aumentado el 31% desde 2008, hasta 68.560 personas. DAMIÁN TORRES
Los jubilados mayores de 85 años, los de menor pensión, son los que más aumentan en Castilla y León

Los jubilados mayores de 85 años, los de menor pensión, son los que más aumentan en Castilla y León

Los retiros anticipados aumentan en la región cuatro veces más que en todo el país frente a antes de la crisis

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Lunes, 6 de noviembre 2017

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Los incentivos con los que la Seguridad Social premia a los trabajadores que ‘aguantan hasta el final’ y las últimas alternativas articuladas al objeto de alargar la vida laboral no parecen estar dando los resultados apetecidos, a la vista de cómo evoluciona el colectivo de jubilados prematuros. La crisis primero y el modelo de recuperación ahora no han dejado de enviar trabajadores al retiro de forma anticipada a un ritmo cada vez mayor. En concreto, en el caso de Castilla y León superan las 23.000 personas las que desde hace tres años están ya jubiladas sin haber llegado a los 65 años.

De los 374.384 beneficiarios de pensiones de jubilación que tiene la comunidad autónoma (al cierre de septiembre), tenían 64 años o menos 23.535, es decir, el 6,3% del total, un porcentaje similar al del conjunto de España. Lo que no es en absoluto parecido es la progresión que ha seguido este grupo de edad en los últimos años: en Castilla y León se ha incrementado el 15,16% con respecto a los que había en 2008 –en septiembre de aquel año ascendían a 20.436–, mientras que el crecimiento nacional es del 3,9% o, lo que es lo mismo, casi cuatro veces inferior.

Los jubilados menores de 60 años son pocos (1.640) ya que solo pueden serlo quienes pertenecen a algún colectivo especial o de riesgo como los mineros, que podían acceder a la jubilación a partir de los 45, o los bomberos y policías, que pueden hacerlo a los 59. Si limitamos la comparación al grupo de entre 60 y 64 años, entonces los 21.892 jubilados de la región representan el 13% más que hace nueve años y el 1,5% más que en el mismo mes del año pasado.

El retraso de la edad legal de jubilación introducido en 2011 –paulatino, hasta los 67 años en 2027– otorga una pensión mayor a quienes llevan más años cotizando a la Seguridad Social, a la vez que penaliza a los que han perdido su empleo en los últimos años. Sin embargo, a muchos trabajadores no les compensa. O no se les da opción.

La cifra de retirados menores de 65 años se ha incrementado el 15% con respecto a la de 2008

Según el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, la edad media real de jubilación en España fue de 64,1 años en 2016, con leves diferencias entre hombres (63,9) y mujeres (64,6), ya que ellas suelen prolongar su actividad al contar con historiales de cotización más cortos. Los autónomos, que no tienen la posibilidad de acogerse a la jubilación con cuatro años de anticipación como sí pueden los asalariados, registran una edad media real superior a los 65 años.

En el periodo entre 2006 y 2013, esta edad pasó de 63,4 a 64,3 años pero desde entonces, cuando el Gobierno endureció el acceso al retiro parcial y anticipado, se ha estancado en los citados 64,1 años de media real. En la actualidad, en España el 51% de los trabajadores se jubilan al cumplir la edad legal, mientras que el 44% lo hacen de forma prematura y solo el 5% optan por seguir trabajando una vez rebasada la edad de jubilación.

Reducción de la pensión

En cualquier caso, el grupo de edad que más integrantes ha ganado desde antes de la crisis es el de los jubilados que tienen 85 o más años, que en el caso de Castilla y León han pasado de ser algo menos de 50.000 personas en 2008, a las 68.560 de las últimas estadísticas. Suponen el 38% más, una tasa de incremento que, pese a la fama de comunidad con población veterana y longeva, es inferior a la media del país, del 46%.

Jubilarse de forma anticipada, como es sabido, lleva aparejado un recorte en la pensión que se percibiría de llegar a la edad legal. Los coeficientes reductores dependen de la edad y de los años cotizados. En el caso de la modalidad voluntaria, la reducción oscila entre el 6,5% y el 8% al año, mientras que en la forzosa la cuantía tiene un tope algo menor, del 7,5% por año. Quienes, por el contrario, retrasan el retiro reciben una pensión superior en función del número de años cotizados después de la edad legal. La bonificación está entre el 2% y el 4% por cada año de prolongación de la vida laboral.

Mientras los jubilados prematuros cobran una media de 1.584 euros mensuales, los más mayores perciben menos de la mitad

Lo que sí han conseguido los ajustes legales y el aumento de las jubilaciones anticipadas es poner freno a la revalorización que año a año registran las pensiones de jubilación. Mientras entre 2006 y 2008 la cuantía de estas prestaciones subía entre el 6% y el 7,3% anual, a partir de entonces se inició una cuesta abajo prácticamente sin tacha que ha situado el incremento medio en las pensiones de jubilación de Castilla y León en el 2,2%el pasado mes de septiembre, ligeramente por encima del 1,97% nacional.

Por otro lado, la simplificación que suponen las medias ponderadas se pone de manifiesto de forma tan clara como dura cuando se constata que si bien la pensión media de jubilación en Castilla y León es de 1.045 euros mensuales, esta cantidad esconde diferencias superiores al 100% dependiendo de cuál sea la edad del jubilado. Así, mientras quienes tienen ahora entre 55 y 64 años perciben un promedio de 1.584 euros, los mayores de 85 cobran una nómina de 764 euros al mes. Es decir, 820 euros menos.

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