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Horacio Sansegundo, en la gasolinera que gestiona en Laguna de Duero. LAURA NEGRO
«Las gasolineras, todavía, nos estamos recuperando del céntimo sanitario»

«Las gasolineras, todavía, nos estamos recuperando del céntimo sanitario»

El representante de la asociación analiza la situación del sector y las consecuencias de la proliferación de las estaciones automaticas

Laura Negro

Valladolid

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Sábado, 30 de diciembre 2017, 09:29

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«Lleno por, favor». Tradicionalmente esa ha sido la cantinela más escuchada en cualquier estación de servicio que se precie. Una frase, que con la llegada del autoservicio a este tipo de negocios, va perdiendo sentido. Horacio Sansegundo es un veterano gasolinero, presidente de la Federación Regional de Castilla y León de Asociaciones de Estaciones de Servicio (Fereclaes), que analiza en esta entrevista la situación del sector y las «consecuencias negativas que conlleva la proliferación de las estaciones desatendidas», tales como la importante la pérdida de puestos de trabajo.

-¿Cuál es la situación actual en el sector?

-El nuestro es uno de los sectores más regulados y controlados y también uno de los más cambiantes. Ahora, nuestra gran preocupación son las gasolineras desatendidas, que han proliferado muchísimo y suponen impacto negativo en el empleo, un gran riesgo sobre la seguridad y sobre los derechos de los usuarios. Aparte de eso, todavía nos estamos recuperando del céntimo sanitario, se han aprobado nuevas normativas medioambientales y acaba de entrar en vigor la nueva Instrucción Técnica Complementaria ITC MI-IP 04, que regula determinados aspectos de las instalaciones para suministro a vehículos. Todo esto nos exige estar siempre adaptándonos a la realidad del sector y a las nuevas circunstancias. El nivel de exigencia que tenemos es muy alto.

-¿Qué es y qué papel juega Fereclaes?

-Fereclaes es la Federación Regional de Castilla y León de Asociaciones de Estaciones de Servicio. Está integrada por 212 socios de Ávila, Palencia, Salamanca, Segovia, Soria y Valladolid y trabaja para la defensa de los legítimos intereses de los empresarios de estaciones de servicio.

-¿Cuál ha sido el principal reto que han tenido que afrontar?

-Sin duda alguna, el céntimo sanitario. Su implantación no fue acertada y tuvo fatales consecuencias para el sector en muchas regiones de España, como Castilla y León, donde se produjo un descenso medio en las ventas del 22% y la pérdida de muchos empleos. Las gasolineras más castigadas fueron las de carretera y las ubicadas en zonas limítrofes con otras comunidades. En provincias como Segovia o Burgos, por ejemplo, las ventas descendieron el 27%. Todavía nos estamos recuperando de aquello. Los usuarios cogieron nuevos hábitos de rutas y de estaciones para repostar y estamos trabajando duro para atraerlos de nuevo a nuestras gasolineras.

-Según su opinión, ¿por qué es mejor una gasolinera tradicional que una automática?

-Vaya por delante que no me opongo a que existan este tipo de estaciones de servicio desatendidas, lo que me gustaría es que todos estuviéramos en igualdad de condiciones. Por poner un ejemplo, abrir una gasolinera desatendida es sencillo. En tres meses puede estar operativa, mientras que abrir una gasolinera convencional requiere una larga tramitación que puede durar años. Ahora mismo, la legislación va en contra de las estaciones convencionales y eso nos está haciendo mucho daño y hace peligrar muchos puestos de trabajo. Nuestro modelo se basa en una mayor atención al cliente, una gran oferta de servicios y en una mejor calidad del combustible. Las gasolineras atendidas cuentan con importantes medidas de seguridad, un suministro controlado y la posibilidad de que el consumidor ejerza sus derechos de forma inmediata. Nuestros empleados llenan el depósito, ayudan a dar aire a las ruedas, a limpiar la luna del coche… y eso los consumidores lo agradecen. Todo eso no lo tienen las estaciones desatendidas. Hay que tener en cuenta también que el producto que vendemos requiere la presencia de un profesional cualificado, por si surgiera un problema durante la manipulación. Por todo esto, el precio entre una gasolinera atendida y una desatendida no es igual, porque mantener una plantilla es caro, pero tampoco es igual la calidad del servicio y la calidad del combustible. El precio que tenemos en las gasolineras atendidas está más que justificado. Si todas las gasolineras pasaran a ser desatendidas, se perderían miles de empleos en Castilla y León y dejaría de prestarse un servicio básico a colectivos como las personas mayores y los discapacitados. No hay que pensar solo en la rentabilidad económica, sino también en el servicio social que se presta al consumidor.

-¿Ha contribuido la Administración a la proliferación de las gasolineras desatendidas?

-Definitivamente sí. Desde Fereclaes hemos recurrido ante los Ayuntamientos todas las aperturas de gasolineras desatendidas, pero cuando hemos recibido la contestación a cada reclamación, estas ya estaban en funcionamiento. Echamos en falta una mayor agilidad por parte de la administración local para resolver aquellas quejas que presentamos, que son justas y necesarias. Y lo más importante: los requisitos de apertura de una gasolinera automática son infinitamente menores que los que nos exigen a nosotros. Eso es algo que no se entiende. Nos deberían tratar a todos por igual ya que ahora mismo jugamos en desventaja. Por poner un ejemplo, la primera estación desatendida que se abrió en Castilla y León, se abrió sin aseos adaptados, algo incomprensible, cuando a las estaciones convencionales nos lo exigen prioritariamente. Fereclaes ha conseguido que esos requisitos también se exijan a las estaciones desatendidas.

Modificación de la ley

-Parece ser que se quiere modificar la ley que obliga a las gasolineras a tener al menos un empleado para no contravenir la normativa europea.

-Eso sería lo peor. Hemos luchado mucho para que se modificara el Estatuto del Consumidor de Castilla y León y que se obligara a las estaciones desatendidas a contar con al menos un empleado mientras permanezcan abiertas. Modificar nuevamente esa legislación vigente para evitar una sanción de Europa produciría más despidos y graves perjuicios para la economía y para los colectivos más necesitados de protección, como son las personas mayores y las personas con discapacidad. Es necesaria una mayor coordinación entre el gobierno central y el autonómico antes de adoptar cambios legislativos de manera unilateral y de forma precipitada, que pueden perjudicar a los ciudadanos y a las empresas del sector. Vamos a luchar por proteger la legislación actual. Somos diez regiones en España las que estamos en esta situación.

-¿Es mejor el combustible de las gasolineras convencionales por sus aditivos?

-En España contamos con el Grupo CLH (Compañía Logística de Hidrocarburos), cuyo carburante se distribuye a prácticamente todas las gasolineras, tanto a las abanderadas como a las independientes y de bajo coste. La principal diferencia radica en los aditivos que las gasolineras convencionales inyectamos al compuesto básico y que aportan más durabilidad de los motores y mucha más eficiencia. Frente a esto, están los combustibles sin aditivos que ofrecen menos garantías.

-Las nuevas energías se disputarán la hegemonía con el gasóleo y la gasolina. ¿Será un reto o una oportunidad para las gasolineras convencionales?

-Se avecinan cambios importantes y nuestro futuro pasa por ofrecer nuevas energías como la eléctrica o la gasística, pero todavía está por ver cómo hacerlo. Nos iremos adaptando a todas estas nuevas situaciones y necesidades. Nuestras empresas en Castilla y León ofrecen un servicio y una calidad en sus productos de los mejores de España. Si se sigue fomentando la instalación de estaciones de servicio desatendidas, esa situación cambiará y perjudicará gravemente a los consumidores de la región.

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