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Un trabajador de la empresa aeronáutica Aciturri, en la planta de Miranda de Ebro.
La crisis reduce a la mitad las empresas de la comunidad que invierten en innovación

La crisis reduce a la mitad las empresas de la comunidad que invierten en innovación

El gasto para innovar mediante la tecnología se desploma en un año el 15,9%, frente al 1,3% de media nacional

Ángel Blanco Escalona

Viernes, 6 de febrero 2015, 21:33

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No hay rincón de la economía (ni de la vida) en el que la crisis no haya causado estragos que se tardarán años en reparar. Desde el empleo al censo empresarial, pasando por la facturación o la inversión, todos han sufrido en mayor o menor medida, unos quedando tocados y otros, arruinados. Según reveló el INE, la cifra de empresas de más de diez empleados que introdujeron innovaciones tecnológicas de producto y/o de proceso en Castilla y León en el periodo 2011-2013 se situó en 850 (el 13,3% del total). Justo antes de la crisis, entre 2006 y 2008, el número de estas empresas era más del doble, en concreto 1.783.

Algo similar ha ocurrido con el gasto destinado a estas cuestiones, ya que de los 798 millones de euros del año 2008 se pasó a los 474 millones de 2013, según los resultados de la Encuesta sobre Innovación en las Empresas de Castilla y León.

Las actividades innovadoras engloban las científicas, tecnológicas, de organización, financieras y comerciales, incluida la inversión en nuevo conocimiento, que conducen a la puesta en marcha de innovaciones. A partir de esta definición se pueden distinguir dos tipos de innovaciones: las no tecnológicas (organizativas y/o de comercialización) y aquellas aquí referidas, las tecnológicas. Estas comprenden los productos (bienes o servicios) y los procesos tecnológicamente nuevos, así como las mejoras importantes de los mismos.

Se considera innovación la que ya se ha introducido en el mercado (innovaciones de productos) o se ha utilizado en el proceso de producción de bienes o de prestación de servicios (innovaciones de proceso). Entre ellas se incluyen la investigación científica y desarrollo tecnológico (I+D interna);la adquisición de I+D (I+D externa); la compra de maquinaria, equipos, hardware o software avanzados;la adquisición de otros conocimientos externos para innovación; la formación para estas actividades; y el diseño y otros preparativos para producción o distribución.

Los 474,46 millones de euros que las empresas (de más de diez asalariados) de Castilla y León gastaron en innovación tecnológica en 2013 representaron un descenso del 15,9% con respecto a año anterior, cuando la bajada del conjunto de España fue mucho más moderada, del 1,3%, hasta los 13.233 millones.

La encuesta del INE desvela que las 780 empresas (con la sede social o solo con instalaciones en la región) que desarrollaron procesos innovadores desde un punto de vista tecnológico en Castilla y León en el año 2013, gastaron el 3,6% del total nacional, un porcentaje inferior al peso que la economía regional tiene en la del país (5,1%). El 85% de estas empresas (668) tenían sus oficinas centrales en alguna de las nueve provincias y el resto (112), alguna sucursal.

El informe aporta detalles sobre lo que denomina intensidad de innovación (gastos en actividades innovadoras con respecto a la cifra de negocios de las empresas que tienen su sede social en la comunidad, que en el caso de Castilla y León se situó en el 1,03%, algo por encima del 0,91% de media en España.

En cuanto al porcentaje de la cifra de negocios de estas compañías que provino de alguno de sus productos nuevos o mejorados gracias a la innovación, se situó en la comunidad en el 9,73%, frente al 13,13% del conjunto del país.

Objetivos buscados

Ampliando el espectro al total de empresas innovadoras, es decir también a las que aplicaron alguna actividad de innovación en su organización interna y/o de comercialización), el resultado es que en Castilla y León se contabilizaron 1.492 en el periodo 2011-2013, lo que representa el 23,4% sobre el censo de las que cuentan con diez o más asalariados (la tasa nacional fue del 26%). De ellas, 850 introdujeron innovaciones tecnológicas y 1.080 no tecnológicas, con un peso del 16,9% en el total (20,4% en toda España).

El INE consultó a las empresas cuáles fueron los objetivos perseguidos para introducir innovaciones tecnológicas en sus productos y procesos de fabricación y el resultado es que, entre las empresas con sede en Castilla y León el principal motivo, citado por el 62,50%del total, es la gran importancia otorgada a la mejora de los productos. El 43,79% aludió también a la mayor calidad obtenida en los bienes y servicios;y el 42,66%, a la mejora de los procesos. El 33,73% respondió que sirve para obtener una gama más amplia de bienes o servicios y el 30,67%, que eleva la capacidad de producción. El 28,87% contestó que el objetivo de la innovación aplicada era su incidencia en el empleo. Otros objetivos citados fueron sustituir productos anticuados (27,71%);ganar en flexibilidad en la producción (27,49%);y ganar cuota de mercado (27,25%).

En cuanto a las empresas que apostaron por innovaciones no tecnológicas, el 54,9% dio gran importancia a lograr una mayor calidad de sus bienes y servicios; el 51,3% a reducir el periodo de respuesta a las necesidades de los clientes y el 48,4%, a elevar la cuota de mercado.

A nivel nacional, las ramas de actividad con mayor porcentaje de empresas innovadoras tecnológicamente en el sector industrial fueron las del petróleo (con el 87,5%), farmacia (59,4%) y productos informáticos, electrónicos y ópticos (56,7%). En el sector servicios, destacaron las ramas de servicios de I+D (63,9%), programación, consultoría y otras actividades informáticas (43,1%) y telecomunicaciones (35,5%).

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