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El autobús bancario de EspañaDuero, con cajero automático incorporado, el pasado miércoles en el municipio vallisoletano de Carpio.
La red de sucursales bancarias vuelve al nivel de los años 80 tras el cierre de cien en un año

La red de sucursales bancarias vuelve al nivel de los años 80 tras el cierre de cien en un año

Las clausuras en el medio rural de Castilla y León provocan más migraciones entre entidades que las campañas y ofertas

Ángel Blanco Escalona

Miércoles, 29 de marzo 2017, 11:15

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No sirven de nada las manifestaciones de los vecinos, las demandas consensuadas en pleno en los ayuntamientos ni los ingresos de decenas de miles de euros en las cuentas corrientes. Cuando una entidad financiera decide echar el cierre a una sucursal, no hay vuelta atrás. Sucede en las capitales, donde a los clientes les toca a partir de entonces cambiar de barrio para ir al cajero automático y también en el medio rural, donde las consecuencias resultan mucho más onerosas. El pasado día 1 fue desmantelada la oficina de EspañaDuero en el municipio leonés de Matarrosa del Sil y ninguna de las iniciativas que se pusieron en marcha sirvió para evitarlo. Entre septiembre de 2015 y septiembre de 2016, los bancos han suprimido 104 oficinas en Castilla y León, lo que deja la red de momento en 2.149, una cifra que no se conocía desde el mes de marzo de 1980.

En diciembre de 2008 llegó a haber 3.162 sucursales abiertas y desde entonces todos los años han terminado con menos que en el anterior. Primero, la crisis; luego, las fusiones, absorciones y duplicidades; y ahora, la merma de la rentabilidad del negocio bancario y la digitalización no hacen sino acentuar una tendencia que no tiene visos de cambiar, ni de parar. Esta misma semana, el sindicato UGT informaba de que Ibercaja les ha comunicado su intención de realizar un nuevo ajuste de plantilla, después de los efectuados en 2013, 2014 y 2015, que se saldaron con 830 bajas. También esta semana, la OCDE publicaba un informe que sostiene que «los bancos españoles siguen teniendo un elevado número de sucursales».

«La realidad es que las oficinas están sufriendo una falta de personal tremenda», señala Luis José Rodríguez Alfayate, secretario regional de CSICA. «En el caso de EspañaDuero, prácticamente todas las que quedan están a tope de trabajo, una situación que se agrava porque la entidad no acaba de culminar la reestructuración de los servicios centrales y está todo pendiente de eso», explica. Ysi los empleados sufren las consecuencias, los clientes tampoco se libran. «Hablan de la penetración de la banca móvil, pero es más por estrategia, porque la realidad es que todavía no ha alcanzado un nivel de generalización como para justificar los cierres y expedientes. Los clientes, y los de EspañaDuero en particular, siguen teniendo que hacer muchas operaciones para las que quieren verle la cara al empleado», añade. Tras las 850 bajas del último ERE, concluido el pasado año, la plantilla del banco filial de Unicaja ronda las dos mil quinientas personas y la red de oficinas se sitúa en 470. Cuando en 2010 se fusionaron Caja España y Caja Duero, ambas sumaban 1.102 sucursales y una plantilla total de 5.549 empleados.

Los clientes de los pueblos, iguales ante la ley a los de las ciudades, tienen que conformarse con el bancobús. Desde el cierre en septiembre de la sucursal de EspañaDuero en Carpio, se pasa por allí los miércoles. A Tiedra, donde la oficina se suprimió en octubre, va los viernes. «Intentamos evitarlo, pero fue imposible», explica Nunilo Gato, alcalde de este último municipio vallisoletano. «Nos dijeron que es por política que viene de arriba, que es algo que no se decide en Castilla y León, sino en Málaga. Tratamos de convencerles con números, demostrando que la oficina tenía más movimientos que otras porque no había ninguna otra entidad, pero nos llegaron a decir que son deficitarias todas las oficinas».

«Dudo que en la nuestra no hubiera suficiente negocio», opina el alcalde de Carpio, Máximo Gómez. «Aquí tenemos mucha actividad agrícola y los propios empleados no se lo explicaban. Pero ya se sabe, yo que soy el alcalde y era cliente... me enteré por la prensa. Ahora viene el autobús una vez a la semana, pero lo cierto es que casi todo el mundo, incluida la cuenta del ayuntamiento, se ha cambiado a Cajamar, que ha cogido el testigo y funciona muy bien», explica. En el pueblo hay también una oficina del Santander.

Así que en el medio rural se producen más movimientos migratorios de clientela como consecuencia de los cierres, y basados en la proximidad de las oficinas supervivientes, que por las campañas publicitarias de cero comisiones.

EspañaDuero es líder en cuatro provincias, Bankia y las rurales en dos y CaixaBank en una

  • El que tuvo, retuvo. A pesar de los cambios de nombres y de propietarios que se han producido en la mayoría de las entidades financieras que eran líderes en negocio en la comunidad antes de la debacle de las cajas, las posiciones predominantes no han cambiado. Unicaja presumía hace unos meses en un folleto en inglés preparatorio de su salida a Bolsa de que, a través de su filial EspañaDuero, ocupa el primer puesto del mercado en número de oficinas en Salamanca (31,8%), Palencia (30,9%), León (26%) y Valladolid (25,7%). Además, ocupa la segunda posición en Soria, con una nada despreciable cuota del 30,4%, por detrás de la Caja Rural de Soria, que tiene el 33%. También se coloca justo por detrás de la Caja Rural de Zamora (34,7%) en la provincia zamorana, con el 32,7%.

  • Un estudio de Funcas del año pasado situaba a Bankia como la entidad líder en las provincias de Ávila y Segovia, con el 33% y el 39% de cuota, al haber heredado el negocio de las cajas de ahorros respectivas y sumado el que tenía Caja Madrid en esos territorios tan cercanos a la capital. En Burgos, el predominio de la extinta caja fue a parar a CaixaBank, lo que otorga a la entidad con sede en Barcelona una cuota del 33%, según el estudio de Funcas.

  • El sector de las cooperativas tiene en España (a septiembre de 2016) una cuota de mercado del 7,03% en el crédito a la clientela y del 8,04% en depósitos. Estos porcentajes son ampliamente superados en Castilla y León. En créditos, sobresalen los casos de la provincia más oriental de la comunidad, donde el gran peso de la Caja Rural de Soria contribuye a otorgar al sector una cuota del 41,85%, las más alta de España. La Caja Rural de Zamora también tiene mucho que ver para que en dicha provincia la cuota de mercado del sector alcance el 34,94%. Respecto a los depósitos, las rurales copan el 30,64% en Soria y el 25,55% en Zamora. Solo en León y Ávila no llegan a la media.

«Es triste que, después de rescatarlas con el dinero de todos, entidades que tenían un fin social nos lo estén pagando con el cierre de oficinas en un entorno donde hay mucha gente mayor y sin apenas capacidad de reacción», sentencia el alcalde Tiedra.

Según se recoge en la tesis doctoral Análisis comparativo entre el sistema bancario español e italiano, de Máximo Santos Miranda, «el cierre de oficinas que se está y continuará produciéndose en España, no solo por parte de las entidades recién conformadas, sino de la banca privada en su proceso de racionalización de los excesos cometidos y en la búsqueda de mayor rentabilidad, está provocando que determinados entornos rurales puedan perder parte o toda su bancarización». «La posibilidad de que las cooperativas de crédito españolas ocupen el hueco dejado por las cajas bancarizadas y la banca privada, como sucedió en Italia, se hace difícil por el escaso peso que tiene actualmente el sector cooperativo español, al contrario de lo que sucedía en Italia». El autor reclama «una nueva legislación que impulse la creación de este tipo de entidades que favorecen el desarrollo del entorno rural y ayude al crecimiento de las ya existentes», ya que «estas entidades son perfectas para cubrir mercados menos rentables, ya que su finalidad no es tanto obtener el mayor beneficio como satisfacer las necesidades de sus socios».

Cerca de tres mil empleados en el Banco Popular; más de mil en el Santander; quinientos largos en el BBVA; algo menos de medio millar en Kutxabank... el año pasado en conjunto de entidades financieras adelgazaron sus plantillas en asi cinco mil personas, el 3% del total. Al cierre del ejercicio había algo así como 164.000 empleados de banca, lo que supone que el sector en su conjunto bancos, cajas y establecimientos financieros de crédito se ha dejado por el camino aproximadamente el 40% de la capacidad que tenía hace ocho años, cuando empleaba a 270.855 personas, según datos del Banco de España.

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