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Esther Alcocer Koplowitz, presidenta de FCC.
Slim se allana el camino para lanzar una OPA 'low cost' en FCC

Slim se allana el camino para lanzar una OPA 'low cost' en FCC

El magnate, primer accionista, acuerda con Koplowitz superar sin problemas el 30% y asegurarse el control casi total de las decisiones

José Antonio Bravo

Viernes, 5 de febrero 2016, 23:19

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En apenas año y medio Carlos Slim se ha hecho con el control casi absoluto de FCC, la cuarta constructora española por cotización bursátil (1.743 millones de euros). El último paso ha sido negociar con Esther Koplowitz, hija del fundador del grupo, cambios sensibles en el pacto parasocial que alcanzaron en noviembre de 2014 para facilitar la entrada del magnate.

A consecuencia de esas modificaciones, comunicadas este viernes a la Comisión Nacional del Mercado de valores (CNMV), la considerada cuarta fortuna del mundo con 51.800 millones de dólares (unos 46.543 millones de euros) al cierre de enero según la revista Forbes se hace con el control del consejo de administración. Y es que dobla su peso en este órgano cuyos miembros se elevan de 12 a 15, al pasar de cuatro a ocho sillones, mientras que Koplowitz seguirá controlando cuatro y tres serán para independientes.

Con ello se asegura la incorporación del actual consejero delegado, el también mexicano Carlos Jarque, quien a finales de julio relevó en el cargo a Juan Béjar. Más aún, aunque se mantiene la presidencia en manos de Esther Koplowitz Alcocer (hija de la segunda accionista), ya se deja la puerta abierta a su sustitución en el futuro con independencia de que el cargo siga siendo no ejecutivo o no, puesto que también se ha eliminado ese «compromiso u obligación contractual».

Para cerrar el círculo que asegura su control, el nuevo pacto también acaba con la necesidad de tener mayorías cualificadas (más del 50% de los votos del consejo) para resolver algunas cuestiones. Por ejemplo, a la hora de decidir dónde se establece el domicilio social del grupo que podría derivarse al extranjero si llegara el caso, respecto al sistema retributivo y también en los nombramientos. Por el contrario, sí se mantiene dicho requisito para emitir nuevos títulos.

Pero, ¿por qué hace Koplowitz todas esas cesiones? La explicación es tan cruda como sencilla. FCC tiene en marcha una nueva ampliación de capital la segunda en poco más de un año por valor de 709,5 millones de euros y los dos principales socios ya han confirmado que acudirán a una cita cuya fecha está pendiente de la autorización de la CNMV. Slim tiene liquidez suficiente para cubrir su parte, que rondaría 194 millones conforme al 27,4% de las acciones que controla hoy en día, pero su compañera de viaje no.

Koplowitz, sin liquidez

A la empresaria madrileña le tocaría poner otros 159 millones para mantener el 22,4% del capital del grupo, pero carece de financiación suficiente. Entre otras cosas, porque debe unos 840 millones a la banca acreedora hace poco más de un año logró in extremis extender cinco años más el pago del principal sin amortizaciones anticipadas ni intereses extra y la prenda de esos préstamos son unas títulos que hoy en día han perdido más de un tercio del valor que se les supuso entonces.

Slim se ha ofrecido a financiarla, en principio sin contraprestaciones económicas más allá de los cambios referidos en su pacto parasocial, aunque en la CNMV sospechan que al final podrían ponerse como prenda los propios títulos de Koplowitz. Y creen que por eso ambos han pactado eliminar la clausula que les impedía superar el 29,9%.

Pero al regulador del mercado ese acuerdo privado no le hará variar sus exigencias legales. Si Slim rebasa el 30% del capital deberá lanzar una oferta pública de adquisición (OPA) sobre el conjunto del grupo y, además, a un precio «competitivo». Este, según la normativa, no podrá ser inferior al que el oferente (en este caso Carso, la sociedad inversora del mexicano) haya pagado por acciones de la empresa en el último año.

El magnate lo sabe y ya ha hecho cuentas, de modo que tendría que ofrecer cerca de siete euros por acción, frente a los 5,6 euros que se ha marcado en la ampliación de capital. Parece atractivo pero, tras una segunda lectura, no lo sería tanto.

Slim podría tener hasta tres meses para lanzar una OPA casi low cost (a bajo coste) una vez se cierre la ampliación y para entonces confía en que la acción, que ayer cerró a 6,7 euros, se haya revalorizado lo suficiente para desincentivar a los accionistas a venderle, al menos a los grandes. Además, como él entró en FCC pagando 9,75 euros (así llegó al 25,6%), la diferencia resultante le permitiría reducir parte de las minusvalías que arrastra.

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