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Gonzalo Jolín, Javier Rivero, Alberto López, Manuel Brizuela y José Antonio Salvador Insúa en la Facultad de Comercio de Valladolid.
«El sector de la construcción solamente puede mejorar»

«El sector de la construcción solamente puede mejorar»

Empresas promotoras y constructoras creen que la actividad de la edificación regresa y vuelve a crear empleo

Julio G. Calzada

Lunes, 11 de mayo 2015, 12:14

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La mesa redonda organizada por la Facultad de Comercio de la Universidad de Valladolid recordó en algún momento el programa televisivo 'Qué fue de...' en el que estrellas del pasado dan cuenta de cómo ha sido su vida después del fulgor de la gloria. Cuatro compañías castellanas y leonesas aceptaron el reto de contar cómo ha sido el sector de la construcción y, quizá lo más interesante, cómo será ahora que comienza la recuperación en la actividad edificatoria.

Bajo el título de '¿Que fue de la construcción?' -hasta ahí se homenajeaba al programa de la tele en blanco y negro- la mesa tuvo como moderador a Alberto López, presidente de la Asociación Vallisoletana de Empresas de la Construcción (Aveco) y participaron Gonzalo Jolín, delegado territorial Norte de San José Inmobiliaria; Javier Rivero, gerente de Rivero Construcciones; y Manuel Brizuela, gerente de Manuel Brizuela Construcciones y Promociones.

Sustento del crecimiento

Recordó el decano de la facultad, José Antonio Salvador Insúa, cómo el de la construcción es un sector importante, sobre todo para el empleo. «Mantuvo el crecimiento económico de España entre 2004 y 2007, posiblemente tapando otras miserias de la economía española, pero al fin arrastró a la crisis del sector financiero», dijo el docente.

Alberto López admitió así que la construcción ha sido señalada como «la gran culpable, la gran señalada», pero resaltó que no será posible salir de la situación de desempleo «sin un sector que es intensivo en mano de obra». López agradeció la presencia del resto de integrantes de la mesa. Operadores a los que calificó de «héroes, no solo por aguantar y superar la crisis, sino además por tener perspectivas de futuro», dijo.

De esas perspectivas hablaron todos, sin olvidar el agujero, eso sí. Gonzalo Jolín, quien fue representante de la Inmobiliaria Parquesol, más tarde adquirida por San José, informó de cómo recientes movimientos accionariales han puesto la actividad promotora en manos de fondos internacionales que la convertirán en una empresa independiente en pocas semanas. Y con objetivos de promoción, también en Valladolid. Explicó cómo entiende que serán los próximos años y apuntó que se pasó de levantar entre cinco mil y siete mil viviendas al año en Valladolid durante la efervescencia del ladrillo a unas 500 a 700 en la actualidad. Y cómo San José ha pasado de promociones enormes a cifras de entre 30 y 40 viviendas por año, si bien considera que «en dos o tres años» se podría retornar a cifra en torno a las 120 anuales, un momento en la que la construcción vallisoletana regresaría a volúmenes «más prudentes y lógicos» comentó. Unas 2.500 viviendas por año.

Pautas para seguir vivos

Manuel Brizuela enumeró, por su parte, las pautas que han permitido a la compañía en la que trabaja seguir en la actividad después de sesenta años como empresa. «La primera es no acumular suelo, la segunda comprar solamente suelo finalista, sin entrar en desarrollos urbanos, que sí, es donde más dinero se ha ganado, pero también el de mayor nivel de riesgos y la tercera, aquilatar todo el proceso, sin intervenciones externas. Todas las promociones se han desarrollado en la empresa y, como mucho, solamente dos a la vez en los mejores años», enumeró. Brizuela acepta que el criterio es conservador, generó menos beneficios, pero ha permitido continuar en la brecha. Y admite que en 1998, cuando llegó a la empresa «esto era Jauja. Cualquiera hacía aviones y volaban», expresó. «Vamos hacia una economía más sostenible en el que la construcción es un sector fundamental y donde las viviendas vacías que quedan son cada vez menos 'chollos', casi se puede decir que en muchos casos quedan, las invendibles. Volveremos funcionar como un negocio más, donde se pueda trabajar, vivir bien, pero no con la cultura del pelotazo», auguró.

El empresario precisó que a pesar de lo ocurrido «parece que no hemos aprendido nada», y criticó cómo los bancos ofrecen condiciones para desvincularse de muchas de las viviendas que acumulan «casi mejores que las anteriores a la crisis».

Javier Rivero, quien entró en el negocio familiar en 2007 «en pleno agujero», ironizó, matizó que su empresa, en sus cuarenta años de existencia nunca ha hecho promoción inmobiliaria ni ha trabajado para la promoción residencial. Se ha centrado así en la obra nueva singular y ha enfocado además su labor hacia la restauración la rehabilitación monumental. «Lo que nos ha permitido mantener el negocio es la especialización», afirmó. Ahora otros operadores, ante la falta de negocio, también han enfocado su actividad a la rehabilitación, lo que ha generado más competencia, pero aún así consideró que «la construcción, solo puede mejorar».

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