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Maite Hernández, en una pausa entre un trabajo y otro.
«Me cambio de atuendo más veces al día que una modelo»

«Me cambio de atuendo más veces al día que una modelo»

Maite Hernández empleada del sector de la limpieza con cuatro puestos de trabajo

Ángel Blanco Escalona

Lunes, 27 de octubre 2014, 15:50

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La jornada laboral máxima que permite la legislación española es de 40 horas semanales. Maite Hernández Fraile trabaja para cuatro empresas, tiene cuatro contratos en vigor, va de un empleo a otro y en total suma menos de 15 horas a la semana. Trabaja desde hace 20 años en el sector de la limpieza (oficinas y sucursales bancarias) y sus días requieren un croquis.

«Tengo un contrato indefinido de 2,15 horas a la semana;otro de obra o servicio de 7,5 horas;un tercero de 3 horas y el último, de 2,45». ¿Se puede dejar un banco limpio en 50 minutos, tres días a la semana? «Bueno, cuando llevas tantos años trabajando en la misma oficina y conocer a los empleados no te puedes ir hasta que todo está terminado, aunque cobres por 30 minutos de trabajo, como sucede en uno de los casos».

A las 7:00 horas acude a un despacho, a las 8:00, a un banco, a las 14:00 está en otro y a las 16:00 tiene el último trabajo de una jornada tipo. «A algunos tengo que ir en coche... Al final del día me he cambiado de uniforme y de ropa más veces que una modelo», bromea.

En el sector de la limpieza, llevar 20 años desempeñando una misma labor en la misma sucursal no significa, ni mucho menos, estar contratada por la misma empresa. De hecho, Maite ha cambiado siete veces de empleador. La cosa funciona así:cada dos o cuatro años sale a concurso el servicio y se lo adjudica una sociedad diferente, que se subroga a los trabajadores. «Recibes un SMS, que ahora tienen validez legal, en el que te anuncian de que has dejado de pertenecer a la plantilla y que en los próximos días te informarán de cuál es tu nueva empresa... por el mismo método. Lo habitual es que con el cambio te comuniquen también que el cliente ha exigido una reducción de la jornada laboral. Bueno, al menos eso es lo que dicen, que ha sido el cliente».

Maite Hernández está indignada, pero solo hace falta escucharla para ver que no está amargada. «Hay empresas que se ríen del trabajador. Yo ahora tengo suerte y el día 28 de cada mes me pagan, pero he estado en sitios en los que llega el día 9 y tienes que llamar para reclamar el ingreso». Habla de nóminas de 60 euros en unos casos y de 90 en otros.

«Tengo 61 años y llevo trabajando desde los 13 (como peluquera y en el servicio doméstico, no siempre con contrato), pero no puedo jubilarme porque no tengo el mínimo de cotización, ya que al no tener contratos de jornada completa era necesario cotizar hasta el triple para acceder a la pensión». Maite se refiere a normativa española tumbada por el Tribunal de Justicia la Unión Europea en diciembre de 2012, que discriminaba a los trabajadores a tiempo parcial a la hora de cobrar una pensión.

Un debate con Miguel Blesa

«Mis amigas me dicen, déjalo y quédate en casa con tu marido (que está jubilado) y tus nietos (tiene tres, de 17, 12 y 9 años) pero, ¿cómo voy a dejar que se pierda todo lo que llevo cotizado a falta de cuatro años?».

Cuando escucha a los políticos decir que la situación económica ya está mejorando y que la crisis ha terminado, Maite salta: «Para los de arriba sí, pero los de abajo vamos a peor». «Me gustaría continúa ir a un programa de televisión y tener un debate cara a cara con alguno de esos de las tarjetas de Caja Madrid, solo para preguntarle si alguna vez sacó dinero de un cajero mientras a sus pies dormía un indigente. ¿Cómo hemos llegado a esto?».

¿Cuál sería su sueño laboral?

Tener una sola nómina de jornada completa... por ver qué se siente.

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