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Jaime Alguersuari.
Alguersuari, el niño que nunca encajó en la Fórmula Uno
Retirada

Alguersuari, el niño que nunca encajó en la Fórmula Uno

Deja desencantado la competición con sólo 25 años tras no encontrar hueco, para centrarse en su carrera como DJ y productor

DAVID SÁNCHEZ DE cASTRO

Jueves, 1 de octubre 2015, 12:42

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Al grito de he perdido el amor por los coches, como ese novio abandonado que quiere mantener la dignidad, Jaime Alguersuari anunció este jueves en la sede del Consejo Superior de Deportes que no seguirá intentando buscarse la vida como piloto, que es por lo que saltó a los medios informativos. A partir de ahora se centrará al 100% en su carrera como pinchadiscos y productor musical, que es una de sus pasiones desde hace tiempo.

Alguersuari nunca encajó bien en el mundo de la Fórmula 1. Su llegada se produjo de manera totalmente inesperada, prácticamente de un día para otro, y sin haber dado un kilómetro con un monoplaza de esas características. Algo le vieron en Red Bull para apostar por él y subirle de sopetón al Toro Rosso que dejó Sebastien Bourdais. El 26 de julio de 2009, a los 19 años y 125 días, se convertía en el piloto más joven en debutar en la Fórmula 1, y su carrera apuntaba a lo más alto. ¿Qué habían visto en este chico para darle esa oportunidad? Dos temporadas y media después, y con dos séptimos puestos como hito en la Fórmula 1, le enseñaban la puerta de salida, en diciembre, y sin más explicaciones de que no había cumplido las expectativas.

Nunca lo aceptó. Ni siquiera bajo la disciplina de Red Bull aceptó de buen grado ser considerado un piloto al servicio de los intereses de su equipo. Acostumbrado a brillar desde pequeño, cuando le dijeron que no podía adelantar a Sebastian Vettel ni en unos entrenamientos libres, sacó a relucir su carácter, que tiene y de sobra. Helmut Marko, máximo responsable de pilotos de Red Bull, no tuvo piedad y tanto él como su compañero Sebastien Buemi fueron fulminados. Mientras el suizo se reconvirtió en piloto de resistencia, con éxito, el español fue pululando, primero como probador de Pirelli, después como piloto de turismos y por último como comentarista de televisión. Al final, la Fórmula E se convirtió en un intento por brillar de nuevo en el automovilismo deportivo, pero sin opciones de lograr algo grande. Un desvanecimiento por estrés y tensión le privaron de competir en las últimas carreras del campeonato, y le impidieron inscribirse en el de 2016. Las pocas ganas que le quedaban por ser piloto se le agotaron.

Sin pelos en la lengua

Alguersuari nunca se ha mordido la lengua. Cada vez que ha podido ha criticado la actual Fórmula 1, bien sea porque incide en la importancia del dinero para llegar a la F1 (algo que no tuvo que aportar Sebastian Vettel, que eclipsó los logros del español), bien porque no duda en mostrar un desdén hacia el automovilismo impropio de quien lo ha vivido desde dentro.

Nunca hubo agua clara en Red Bull, dijo una vez sobre el equipo que le dio su primera oportunidad. La gente quiere divertirse, quieren diversidad, no quieren ver a un piloto ganar la carrera en la primera vuelta. Esto no pasa en la Fórmula E. Aquí suceden muchas cosas en cada vuelta, es una carrera dinámica. Así es como debe ser la Fórmula 1, afirmaba en sus últimos como piloto en activo.

Alguersuari se despide de la competición con un palmarés justo (campeón de la Fórmula Renault 2.0 Italia Winter Series y de la prestigiosa F3 británitca), pero que sin embargo le ha servido para ganar una Real Orden al Mérito Deportivo con sólo 25 años. Aunque guardará la medalla con un cariño especial, al lado de sus trofeos y sus discos, siempre quedará la sensación de que fue un diamante que se convirtió en carbón. El vástago del autor del libro "Tu hijo puede ser un crack", sobre gestión de talentos precoces, deja de luchar por el que muchos años fue su sueño con apenas un cuarto de siglo, hastiado y quemado de la competición deportiva. Siempre quedará la duda de qué hubiera podido conseguir, ya no sólo en la Fórmula 1, sino en cualquier cockpit de un coche de competición.

Quizá su padre pueda encontrarle un hueco, aunque sea como mentor, de las World Series, que a partir de la próxima temporada controlará. Aunque tenga que sacarle del estudio de grabación donde ha puesto las vistas el último gran bad boy del automovilismo español.

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