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Carbonell (i) Mengual saludan durante una exhibición.
«Sueño con la 'sincro', es una pequeña obsesión»
Entrevista

«Sueño con la 'sincro', es una pequeña obsesión»

pareja de natación sincronizada

Javier Bragado

Sábado, 4 de junio 2016, 01:19

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El día en que Ona Carbonell (Barcelona, 5-6-1990) se presentó por primera vez en el Centro de Alto Rendimiento de San Cugat allí entrenaba una deportista con un diploma olímpico, dos medallas mundiales y cinco metales europeos. Hoy, aquella estrella llamada Gemma Mengual (12-4-1977) es su única compañera en el asalto a su tercera gloria olímpica de una pareja con química en la natación sincronizada. La veterana ha pasado por ser su referente, entrenadora, cuidadora y consejera hasta ser pareja de hecho en la piscina. «Ona es más joven, tiene otro tipo de energía. Yo tengo otras cosas. Pero no, no, no me presiona. Al contrario, hay días en que una anima a la otra porque cada una tiene sus historias y su nivel de energía depende de como te hayas levantado. Nos vamos animando cuando nos vemos que una está más cansada que la otra», revela la siempre optimista Mengual.

De las horas en común con valoraciones sobre el cansancio se ha pasado a la confidencia entre dos almas complementarias separadas por 13 años de edad y unidas por un deporte artístico. «Intentamos hablar de todo porque las dos nos parecemos. Nos gusta la moda, cuidarnos, comer bien... pero sí que la 'sincro' aparece en todas las conversaciones», explica Carbonell con una explosión de risas que suena a confesión entre las dos catalanas.

El mayor tiempo que han pasado la pareja olímpica sin nadar juntas durante el último año fue una semana de vacaciones en Navidad. No hay tiempo ni voluntad de alejarse de la piscina después de los avances de las rivales que amenazan a España. «A veces intento desconectar porque la mente también necesita refrescarse y airearse, pero la verdad es que sueño con 'sincro', sueño con competición, con los entrenamientos... Al final es una pequeña obsesión en el buen sentido», concede Carbonell.

Ona, que en catalán significa 'ola', es la atleta madura y adelantada a su edad que sólo afloja su carácter reservado cuando le hablan del agua. Sobre cuestiones deportivas sigue las instrucciones de Ana Montero y Esther Jaumà. Se empeñan en esconder sus cartas para Río 2016 porque una de las principales bazas de España siempre ha sido la sorpresa. Por eso renunciaron a acudir a los Campeonatos de Europa de natación en los que Cristina Salvador heredó la batuta de Mengual, Carbonell y Andrea Fuentes, (el eslabón entre ambas, la deportista española con más medallas olímpicas) y la delegación española se colgó tres bronces.

«El balance que hemos hecho del equipo de las chicas ha sido muy positivo. Han estado a la altura de lo que se esperaba de ellas. Incluso han competido muy bien, con mucha profesionalidad. Les queda mucho margen de mejora además y estamos muy contentas. Sabíamos a lo que iban, sabíamos que había equipos que no estaban. A pesar de eso, la imagen que han dado, cómo han nadado, cómo han han salido a defender su país, es por lo que estamos muy contentas», valora Mengual desde su perspectiva próxima al cuerpo técnico sobre las nuevas generaciones.

Diseño del bañador

A pesar de la presencia de la veterana en el camino hacia Río, Carbonell no ha perdido su papel de capitana y su entrega de cada instante a su querida 'sincro'. Gracias a su formación y a sus dotes artíticas colabora activamente en el diseño del bañador que presentará el dúo en Brasil en colaboración con la Escuela de Diseño de su universidad. «Se va a notar un punto mío. Ya llevamos cuatro años haciéndolo y la verdad es que son muy chulos», comenta como una única concesión pública sobre una herramienta que aprobó el cuerpo técnico y su experta compañera. «Hemos cambiado bastantes cosas respecto al preolímpico, incluso hay cambios en detalles de la música, sobre todo en contenidos. La coreografías están más llenas. También hemos trabajado mucho los temas de ejecución porque el tema es complicado y al final es mirar el detalle», completa Mengual sobre el ballet preparado con música del Concierto de Aranjuez, cuyos ensayos están rigurosamente prohibido grabarlos en las instalaciones de Barcelona.

Con todo, esperan una medalla en Río. Ambas cuentan con el prestigio imprescindible en la natación sincronizada, el talento, el sacrificio y la experiencia para subirse a un nuevo podio olímpico. «Sí, claro, no hay ninguna duda. Obviamente va a ser difícil, pero vamos a por ello», sentencia Carbonell junto a la estrella que descubrió 13 años antes. Hoy, se tutean, comparten confidencias, aspiraciones y una obsesión: la natación sincronizada.

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