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Asbel Kiprop celebra su victoria en Pekín.
Kiprop vive en lo alto del podio
mundiales de atletismo

Kiprop vive en lo alto del podio

El keniano logra su tercer título consecutivo en los 1.500 con una gran remontada

fernando miñana

Domingo, 30 de agosto 2015, 13:35

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Después de la tormenta que descargó sobre Pekín al mediodía, un húmedo estadio de El Nido levantó el telón por última vez para despedir a sus estrellas. Una de las últimas en brillar fue Asbel Kiprop, el atleta de 1,88 metros y piernas larguísimas cuyo apellido significa 'nacido en época de lluvias', un mediofondista con un historial admirable que, además, ha conseguido ser un corredor capaz de ganar en cualquier tipo de carrera. Este año, en Mónaco, se quedó a menos de un segundo del récord del mundo del legendario Hicham El Guerrouj (3:26.00) y unos días después, en una milla en Londres, realizó una de las carreras más extrañas que se recuerdan, primero siguiendo las liebres y, después, asustado por un tropezón, dejándose caer hasta la cola para rematar a sus rivales, sin una mueca de esfuerzo, en la última vuelta.

En Pekín apuró al máximo. A falta de 250 metros iba el último, pero en ese momento inició una aceleración que le dejó, saliendo de la curva, al frente del grupo. Esta vez dio la sensación de sufrir un poco más -corrió el último 300, adelantando a diez rivales, en menos de 36 segundos- pero nadie pudo arrebatarle su tercera medalla de oro consecutiva en los 1.500 (3:34.40). Y solo tiene 26 años. El keniano también fue campeón olímpico en Pekín (solo él, Bolt y Fraser-Pryce han repetido siete años después) y solo ha fallado en los Juegos de Londres, donde entró último en una final que corrió lesionado.

Kiprop, hijo de un atleta que fue cuarto, también en 1.500, en los campeonatos de África de 1987 -luego él sería campeón en ese mismo campeonato veinte años más tarde- aseguró antes de viajar a Pekín que estaba preocupado por si su cuerpo no pagaría esas exhibiciones y ahora no parece que en el epílogo de la temporada pueda esperarse otro asalto al récord del mundo.

Kiprop no falló, algo que sí sucedió con Genzebe Dibaba, la mujer que quería más de una medalla de oro en pruebas individuales, como Bolt y Farah. Después de su cómodo triunfo en los 1.500 parecía que iba a repetirse la historia cuando se marchó en solitario junto a su compatriota Almaz Ayana, una atleta que imprimió un ritmo altísimo a partir del tercer kilómetro con un último 3.000 en 8.20, un tiempo excepcional, más rápido que su plusmarca (8:22.22), que es la mejor del mundo esta temporada.

La nueva campeona fue devastadora para la familia Dibaba, poco acostumbrada a las grandes derrotas. Ayana corrió en 14:26.83 y acabó con el récord de los campeonatos que tenía Tirunesh y, además, logró la victoria más amplia de la historia de los Mundiales, con más de 17 segundos. Y no fueron sobre Genzebe, pues se quedó en estado de shock y fue sorprendida en la meta por una tercera etíope, Senbere Teferi, a quien lanzó una mirada asesina.

Otra Dibaba, pero de otra familia, se impuso por la mañana en el maratón. Mare Dibaba ganó una carrera lentísima (2:27.35), pero que tuvo mucha en emoción en los metros finales ya que las medallas se decidieron con un esprint dentro del estadio. Las tres primeras, con la etíope dándole al país de Abebe Bikila su primera medalla en el maratón femenino, entraron en la meta en cuatro segundos. La española Alessandra Aguilar terminó decimoséptima (2:33.42).

La prueba del salto de altura fue la más espectacular en 2014, un año sin Mundiales ni Juegos Olímpicos. Pero este año, por diferentes problemas físicos de Bondarenko y Barshim, ha sufrido un bajón que ha aprovechado el canadiense Drouin en una final que acabó con tres atletas empatados en el primer puesto. Fue necesario un desempate en el que cayeron Bondarenko y el chino Zhang -que encendió a la grada haciendo la grulla encima de la colchoneta-, los que no pudieron con 2,34.

Los chinos han vibrado con sus atletas durante todo el Mundial. En la final de lanzamiento de jabalina, su atleta se llevó la medalla de plata con un nuevo récord de Asia (66,13), aunque a más de un metro de la alemana Kathrina Molitor, que firmó la mejor marca mundial del año (67,69) en el momento justo.

Kenia lidera el medallero

Los relevos largos cerraron el Mundial. Estados Unidos se impuso en el 4x400 masculino, el único que se le ha escapado a Jamaica, que se impuso en el femenino a pesar de la magnífica posta de Allyson Felix, la campeona del 400 en Pekín, que realizó la vuelta en 47.72, la tercera más rápida de todos los tiempos, por detrás de Jarmila Kratochvilova (47.6) y Marita Koch (47.70).

Las últimas medallas la entregó Lamine Diack, quien deja la presidencia de la IAAF en manos de Sebastian Coe, el exatleta y responsable de la organización de los Juegos de Londres. Lord Sebastian que tiene ante sí el reto de devolver el atletismo al lugar que ocupó en los tiempos que él corría 800 y 1.500. «Nuestro deporte es más que tubos de ensayo, sangre y orina», señaló antes de la clausura, aunque también insistió en que confía en hacer del atletismo «un deporte más limpio» con una agencia antidopaje independiente.

Kenia acabó el Mundial al frente del medallero con siete preseas de oro, seis de plata y tres de bronce, por delante de Jamaica (7/2/3) y Estados Unidos (6/6/6), el país que se llevó más metales y que se situó al frente de la clasificación por puntos (sumando los puestos de finalista). España acabó 15ª en el medallero y 28ª por puntos.

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