Un jugador del Segosala, afectado por la sentencia de la FIFA contra La Masía

La sanción que la FIFA impuso al Fútbol Club Barcelona por fichar jugadores extranjeros menores de edad está ocasionando daños colaterales en otros clubes españoles. Es el caso de Daniel Pérez, jugador juvenil del Segosala, que esta temporada iba a jugar en Italia en la Virtus Romanina. Con la nueva norma implantada por el máximo organismo del fútbol mundial el pasado mes de julio, Daniel tendría que hacer las maletas y abandonar su sueño italiano.

Según esta norma, ningún jugador menor de edad puede fichar por un club extranjero salvo determinadas excepciones. Una de ellas es si los padres del jugador cambian su domicilio al país donde el nuevo club tiene su sede por razones no relacionadas con el fútbol. La segunda excepción es si la transferencia se produce dentro del territorio de la Unión Europea y el jugador tiene entre 16 y 18 años; y la tercera y última es si el jugador vive en su hogar a una distancia menor de 50 kilómetros de la frontera.

El Segosala está intentando evitar la vuelta de Daniel a Segovia. Sus responsables se amparan, entre otas cuestiones, en que se trata de una operación dentro del territorio de la Unión Europea y en que el jugador tiene entre 16 y 18 años (segunda excepción que contempla la norma). Sin embargo, la FIFA obliga también a que el jugador cuente con un tutor civil. El club segoviano ha escrito también a la Comisión del Estatuto del Jugador de la FIFA, órgano que estudia los casos de forma individual. También argumenta que el contrato entre Daniel y la Virtus está firmado en junio, mientras que la nueva norma entró en vigor un mes más tarde, en julio.

En caso de que las alegaciones presentadas por el Segosala no consigan convencer a la FIFA, el jugador segoviano tendría que volver a España. Se reintegraría en la disciplina del Segosala Clínica Dental Miguel Ángel de la División de Honor Juvenil.