Borrar
Daida e Iballa, junto a sus tablas.
Juntas en la cresta de la ola
windsurf

Juntas en la cresta de la ola

Las gemelas Daida e Iballa Ruano Moreno son un caso excepcional en el mundo del deporte y acumulan 23 campeonatos mundiales consecutivos de windsurf

Luismi Cámara

Miércoles, 20 de agosto 2014, 21:05

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

GEMELOS DE ÉXITO

  • -Mike y Bob Bryan. Los estadounidenses forman la principal pareja del tenis mundial. Han ganado 15 torneos de Grand Slam y un título olímpico.

  • -Katrine y Kristine Lunde Haraldsen . Con la selección noruega de balonmano, se hicieron con el oro en los Juegos de Pekín y Londres, con el Mundial de 2011 y con varios Europeos.

  • -Mapi y Majo Sánchez Alayeto. Las gemelas aragonesas se han aupado recientemente al primer escalón del pádel mundial.

  • -Tyler y Cameron Winklevoss. Excelentes remeros, fueron sextos en los Juegos de Pekín, participaron con Oxford en la mítica regata ante Cambridge. Son más conocidos por querellarse contra Mark Zuckerberg y acusarle de robarles su idea de una red social que él convirtió en Facebook.

  • -Jason y Jarron Collins. Jugadores de la NBA, el primero se convirtió en el primer jugador de la liga estadounidense en salir del armario.

  • -Willy y René Van Der Kerkhof. Formaron parte de la Naranja mecánica que encandiló al fútbol y perdió las finales de los mundiales de 1974 y 1978.

Julius y Vincent son el resultado del experimento no del todo exitoso en el que un grupo de científicos perseguía crear el hombre genéticamente perfecto. El embrión originario se dividió para dar vida a dos pequeños que no resultaron precisamente idénticos. El primero se acercaba mucho al fruto esperado: inteligente, atlético y de moral inquebrantable. El otro parecía el efecto de la evolución de los despojos de su hermano: pequeño y orondo, aunque con el punto canalla y pillo del superviviente.

El hipermusculado Arnold Schwarzenegger era el casi inmaculado Julius, mientras que el minúsculo Danny DeVito daba vida al granuja Vincent en la película 'Los gemelos golpean dos veces'. El experimento, sin obtener el desenlace deseado en un principio, finalmente demostraba que la suma de los dos se alejaba poco de lo que debía ser el ser perfecto.

Mucho más parecidas son Daida e Iballa Ruano Moreno pero, igual que ocurría en el film dirigido por Ivan Reitman, la conjunción de las dos rozaría sin duda la excelencia. De hecho, ya la han alcanzado en el camino que eligieron seguir juntas hace ya casi dos décadas y que les ha llevado a dominar de forma aplastante el windsurf mundial. 23 títulos planetarios acumulan las 'Moreno Twins' (así se les conoce en el circuito y así se presentan ellas en su web oficial). Daida acumula 18 por los cinco de Iballa, y siempre que una ha subido a lo más alto, la otra ha estado a su lado en el siguiente peldaño del podio. El resto de competidoras empiezan a contar a partir del tres, el uno y el dos pertenecen en exclusiva a las dos niñas de Pozo Izquierdo (Gran Canaria) que se estrenaron en una competición planetaria en 1997 en el windsurf de olas, la modalidad más extrema y atractiva.

Son un caso único en el deporte. Ha habido gemelos triunfadores en distintas especialidades, pero ninguno alcanza estas cotas de dominio tan absoluto y prolongado. Así, los estadounidenses Mike y Bob Bryan han ganado 15 torneos de Grand Slam, un título olímpico y forman la principal pareja de dobles del tenis. También es especialmente reseñable la trayectoria de las jugadoras de balonmano Katrine y Kristine Lunde Haraldsen, que se hicieron con el oro en los Juegos de Pekín y Londres, con el Mundial de 2011 y con varios Europeos defendiendo la elástica de la selección noruega. En España, las gemelas aragonesas Mapi y Majo Sánchez Alayeto se han aupado recientemente a la cúspide del escalafón del pádel pero aún están a años luz del currículo de las 'Moreno Twins'.

Siempre juntas, siempre arriba, siempre discutiéndose quién es la mejor. Sin embargo, huyen de la habitual rivalidad entre hermanos. «Lo importante es llevar el título a casa», remarca Iballa. A casa de su padre y a sus casas, porque tantos trofeos acumulados no entran en cualquier sitio. Y destaca que, cuando entra en el agua sólo le importa «navegar bien», una vez fuera, el resultado es lo de menos.

Iballa es coqueta, se disculpa por su aspecto (no tan descuidado como dice) tras toda la semana compitiendo y a pie de playa en El Médano (Tenerife) en la segunda prueba del Mundial. Suave en el trato, amable y simpática, recalca con admiración el historial de su hermana y adelanta que este año acumulará un nuevo título.

Es esto precisamente lo que su gemela entiende como el único defecto de su otro yo. «Muchas veces no cree en su potencial y se viene abajo», explica la pluricampeona. Porque Daida es fuerte, segura, más directa «un poco brusca, sólo a veces, sólo por fuera», aclara Iballa- y parece ejercer de hermana mayor.

El peor trago

Esa dureza para salir adelante fue uno de los pilares que le ayudaron a superar el peor trago de su vida, peor que la suma de todos los sorbos amargos de mar acumulados entre saltos sobre las olas. En agosto de 2011, lo que parecía una operación sencilla se convirtió en una intervención vital en la que le tuvieron que extirpar los ovarios por un tumor. Y Daida tuvo entonces que pelear de tú a tú con un rival en una batalla en la que nadie podía asegurarle la victoria.

«El cáncer no es una enfermedad de la que se pueda hablar con facilidad reconoce la rider canaria-. Sufrí muchísimo, pero me ayudó el apoyo de mi familia para cerrar las puertas hacia afuera. Tuve mucha suerte de seguir adelante y puedo gozar de una nueva oportunidad para disfrutar de la vida». «Por nuestra forma de ser, estas son heridas que hemos superado y que nos han hecho más fuertes», señala. Fue un proceso catártico que le llevó a plantearse la vida de otro modo. «Desde entonces, afronto las cosas de forma diferente. Antes sufría mucho más el estrés de la competición, ahora intento tomarme todo con más filosofía y tranquilidad, ir día a día», explica. «Salió de ahí, con la suerte de que la enfermedad se ha quedado atrás», alcanza a decir Iballa.

No es un tema que les resulte agradable hablar y prefieren pasar página cuanto antes y aferrarse a su tabla y a su vela para surcar los retos futuros. Porque el windsurf lo acapara todo para las Ruano Moreno. «Es una forma de vida, de evadirse de los problemas del día a día», y les aporta una «sensación de libertad» a la que se mantienen enganchadas desde que con 17 años «un edad tardía»- abandonaron el bodyboard y a la que han quedado unidas de por vida.

Preparando el futuro

Con 36 años y pese a que no se adivina a nadie que pueda ponerles en cuestión su dominio, llevan tiempo preparándose para un futuro fuera de la competición, que no del mar, porque ambas se deshacen viendo olas desde la distancia, sin poder cabalgar sobre ellas.

No es éste un deporte que dé réditos económicos importantes ni es precisamente barato. «Viajar con el equipo es muy difícil. Antes era aún más caro el transporte del material. Ahora podemos llegar a gastar entre 6.000 y 10.000 euros al año sólo por exceso de equipaje», desvela Iballa. Además, en categoría femenina es aún más difícil encontrar financiación. La crisis no ha ayudado mucho. «No es nada fácil competir para una chica, porque la ayuda de los patrocinadores no se acerca a la que reciben los hombres. A las mujeres les cuesta mucho más. La cuarta windsurfita del mundo se tuvo que venir a El Médano, para trabajar y poder competir. Cobra seis euros la hora como instructora y en el tiempo que tiene libre navega y entrena. En los chicos, un 'rider' de su mismo nivel vive por y para el windsurf y los patrocinadores y la industria lo apoyan. Las mujeres estamos siempre en la cola y es muy difícil dedicarse al 100% a este deporte», denuncia Daida, que ha llegado a competir con chicos.

No es algo de los que se sienta especialmente orgullosa. «Compararse con el nivel de los hombres siempre ha sido un error sostiene-. Tenemos otras habilidades. Las mujeres suelen aprender antes a hacer windsurf mucho antes. Ellos suelen ser más patosos. Pero, a la hora de la verdad, la superioridad física marca las diferencias».

Aunque se ven compitiendo aún durante «cuatro o cinco años más», crearon el Club Deportivo Morenotwins y se encargan de la organización del Gran Canaria Wind and Waves Festival, la prueba que se celebra en su Pozo Izquierdo, y que han convertido en un evento deportivo y social plagado de actividades, que se suman a los ya habituales cursos y campus de entrenamiento.

Iballa, que también participa en el circuito de Stand up paddle, en donde marcha cuarta del mundo «siempre he buscado nuevos retos para no estancarme», cuenta-, ha orientado su formación hacia el diseño gráfico.

Daida está acabando la carrera de fisioterapeuta para poder compatibilizar su carrera con el windsurf. De hecho, no sorprende verla echando una mano durante los campeonatos. Antes de la entrevista, se retrasa por estar vendando el tobillo a un joven rider de su localidad al que las hermanas tienen un cariño especial. «La fisioterapia me ayudó a mí e intento ayudar a la gente que lo necesita», aclara.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios