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Ivi, Guille y Zubi posan en La Balastera. Marta Moras
El Palencia Cristo juega con cabeza, talento y corazón

El Palencia Cristo juega con cabeza, talento y corazón

Los morados afrontan hoy el primer partido del 'play-off' ante el Orihuela, un equipo muy rocoso

lía z. lorenzo

Palencia

Domingo, 20 de mayo 2018, 16:44

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Hay muchos caminos para llegar al 'play-off', peor ninguno tan apasionante como el que eligió el Palencia Cristo. Un mal comienzo, una reacción de película y dos partidos finales de infarto resumen la temporada de los morados, que han demostrado que tienen cabeza, talento y corazón. Tres cualidades que les han hecho crecer como grupo dentro del terreno de juego hasta llegar al día de hoy, al partido de ida de la primera ronda del 'play-off' por el ascenso.

Con Jonathan Prado en el banquillo, los morados nacieron con vocación de fomentar el talento individual dentro del grupo. Y ni siquiera los malos resultados hicieron que el técnico variara sus creencias. Jugadores como Zubi representan la calidad que atesora el equipo morado. Y también el descaro que han exhibido a lo largo de la segunda vuelta, esa confianza en sí mismos y sus posibilidades que les ha llevado a pelear hasta el último minuto, a empatar en casa ante el Atlético Astorga (2-2) en el 96' cuando ya todo parecía perdido y a empatar un partido que perdían 2-0 ante el Bupolsa para confirmarse como equipo de 'play-off'.

Tras vivir un fútbol de locura en los últimos quince días, ahora no le tienen miedo a nada. «El partido va a ser complicado, pero llevamos dieciocho jornadas sin perder por algo», señalaba Zubi antes de añadir que confía mucho en sus compañeros para sacar la eliminatoria adelante. El talento siempre funciona mejor al servicio del equipo. «La gente tiene que animarse y venir a vernos porque va a ser un espectáculo. Estamos aquí y no hemos venido para perder en la primera ronda de 'play-off'», advertía Zubi ante la mirada de Guille e Ivi.

Ida y vuelta

Los 90 minutos que se van a disputar en La Balastera serán importantes, pero no decisivos. Si algo enseña la historia del fútbol es que las leyendas se construyen en remontadas y partidos locos. Todos de vuelta, claro. «Va a ser vital no encajar goles porque será complicado que no marquemos allí. Casi siempre hacemos gol fuera de casa y es fundamental dejar la portería a cero en este partido», aseguraba el futbolista morado.

La labor de no recibir goles está en las manos de Guille. Y de su defensa, claro. Tras toques y retoques, Jonathan Prado dio con la clave para que su zaga se haya convertido en una de las más sólidas del Grupo VIII de Tercera División. Ante el Bupolsa, en el partido que decidía si el Palencia Cristo estaba o no el 'play-off', Guille se erigió como uno de los grandes protagonistas. Sus paradas mantuvieron al Palencia Cristo en el partido ante el Bupolsa y permitieron que Kike marcara cuando el encuentro ya agonizaba.

Él representa la cabeza de este equipo. Porque la evolución de la defensa morada ha sido fundamental para que los palentinos hayan podido crecer desde atrás. De las dudas de principio de temporada se ha pasado a la solidez defensiva, una característica que puede inclinar la balanza en una eliminatoria a ida y vuelta.

«Aunque últimamente hemos tenido resultados muy ajustados, sabemos que tenemos que estar serios atrás ante el Orihuela. Lo bueno es que no nos venimos abajo cuando estamos por detrás en el marcador y en los dos últimos partidos hemos conseguido empatar después de ir por detrás en el marcador», analiza el guardameta del Palencia Cristo Atlético.

Cualquiera diría que a un portero le gusta vivir tranquilo, pero el vértigo vivido por el equipo palentino en los dos últimos encuentros parece haber enganchado a su plantilla, que ahora disfruta de esa vida al límite.

«Me gusta más ganar en el minuto 90 que no dejarlo todo resuelto en el 40 de la primera parte. Me gusta vivir la emoción de los partidos hasta el final. Creo que podemos tener un poco más de rabia en el cuerpo para afrontar este primer partido», destaca Guille. Y mientras sus compañeros hablan, el tercer protagonista permanece callado a la espera de que se hable del corazón que ha mostrado este equipo. Decía Jonathan Prado después del encuentro ante el Astorga que en la charla técnica había pedido a sus jugadores que si las cosas no iban como esperaban, debían tener corazón. Y vaya si lo tuvieron.

Esa representación del órgano que late para llevar la sangre a los demás no podía ser otra que el centro del campo, ahí donde se fragua el fútbol del Palencia Cristo, tanto si es para combinar como si se trata de aprovechar los espacios que dejan sus rivales.

«Todo el mundo dice que el Orihuela es un equipo complicado, pero nosotros ya hemos competido como Unionistas o Astorga, con plantillas que también estaban pensadas para el ascenso. Nosotros tenemos nuestras armas, sabemos competir y va a ser un duelo igualado», destacaba el medio palentino.

Porque, si algo ha caracterizado al Palencia Cristo a lo largo de la temporada ha sido el grupo, ese que se cayó junto y se levantó junto. Así que ante la pregunta de si firman el 0-0 para decidirlo todo en el partido de vuelta, los tres son contundentes. «No» es la respuesta que dan al unísono. Saben que no será fácil, pero confían en sí mismos y en sus compañeros para hacer conseguir lo más difícil todavía, lograr el ascenso a Segunda B. Y ese camino empieza hoy.

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