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Los jugadores del Real Madrid celebran un gol.
El Eibar allana la plácida tarde de los suplentes blancos
jornada 32

El Eibar allana la plácida tarde de los suplentes blancos

Un Real Madrid formado con reservas golea con facilidad en la primera parte mientras piensa en el Wolfsburgo

Javier Bragado

Sábado, 9 de abril 2016, 03:02

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Zinédine Zidane sabe que el partido de vuelta contra el Wolfsburgo en la Liga de Campeones es en lo único en lo que deben pensar sus futbolistas y por eso afrontó el partido de Liga contra el Eibar con tacto. Ante el segundo peor equipo de la segunda vuelta el técnico francés reservó a sus hombres clave y sólo alineó a suplentes y jóvenes, los únicos a los que les queda ilusión para jugar partidos de Liga junto al cazador de récords, Cristiano Ronaldo. No era momento para crispar a las delicadas vacas sagradas. Bale ha pasado por demasiadas lesiones como para forzar su ausencia, Benzema preocupa a su compatriota tanto como para preferir no exprimirle, Marcelo ha sido uno de los más destacados en los últimos tiempos, Kroos anda con dudas y Modric ofrece las soluciones que nadie más encuentra en la plantilla. El marsellés decidió guardar todas las piezas en el cajón para mejorar el ambiente, ayudar a las recuperaciones y no obligar a partidos poco deseables.

La oportunidad ofreció una alineación infrecuente. Arbeloa pasó a la izquierda, Nacho se situó junto a Pepe, Casemiro prolongó su rodaje durante una hora en el centro del campo con Isco en la izquierda y James en la derecha, mientras que para la delantera Jesé se personó como ariete y 'CR7' volvió a su adorada banda izquierda. No obstante, más allá de las modificaciones tácticas de Zidane, el partido se resolvió pronto por las facilidades propiciadas por el Eibar. Los de José Manuel Mendilibar salieron alegres en el Santiago Bernabéu con la intención de apropiarse del balón ante un nivel en teoría desganado y se estrellaron casi en cada jugada porque el Real Madrid se acomodó al contragolpe, el estilo que más éxitos ha dado a los blancos en los últimos tiempos. De hecho, ni cinco minutos tardó el equipo armero en perder un balón en su campo ante uno de los rapidísimos atacante merengues y la jugada acabó con una falta al borde del área, una tarjeta amarilla para Dani García y una oportunidad para James. El colombiano, que reclama minutos de juego cada vez que hay un micrófono, ejecutó el lanzamiento con la clase de zurda, marcó su tercer gol a balón parado de blanco y dio por terminado el partido porque el rival ya nunca podría contestar. Nadie en las dos últimas temporadas blancas ha marcado más tantos desde fuera del área (10) que el sudamericano.

La primera parte fue una rampa de salida para las reivindicaciones particulares del vestuario del Real Madrid. La defensa mal cerrada del Eibar, los pasillos para el contraataque blanco y los deseos de los reservas configuraron un tobogán para la goleada. Cristiano Ronaldo se sirvió un contragolpe que sólo por un mal control tuvo que terminar con pase a Lucas Vázquez para que anotara el joven. Minutos después el portugués denegó el gesto generoso -aunque es el segundo máximo asistente de la Liga, con 11 pases de gol- para sumar su propio tanto en la tabla de los récords. El portugués es el primer futbolista que anota 30 o más veces durante seis temporadas consecutivas en Primera División. El hombre que cerró la cuenta antes del descanso fue Jesé en una nueva jugada veloz que destripó la estructura defensiva de los visitantes.

Silbidos a Danilo

Con la goleada apuntada, el Real Madrid ofreció una segunda mitad al trote a la espera de nuevas oportunidades. El Eibar, ya derrotado, pudo entonces adelantar sin miedo sus líneas y desvelar si Kiko Casilla estaba en la portería contraria. El guardameta local únicamente había tenido que responder a un cabezazo de Pantic en un saque de esquina al final de la primera mitad, mientras que en la segunda ya debió mostrar reflejos ante Enrich y ver en primer plano como Borja Bastón cabeceaba al larguero en un nuevo córner que demostraba uno de los defectos defensivos de los blancos. Pero poco más ofreció el menguado club armero en el Santiago Bernabéu: el conjunto vasco pasó sin gloria ante un adversario que no necesitó exigirse para golear.

Para disgusto de Zidane, la plácida tarde con triunfo madridista y tiempo para todos los no habituales registró un momento incómodo. El técnico dio entrada a Danilo para sustituir a Carvajal y el brasileño recibió una sonora pitada del público, que le señaló como culpable por la derrota en Alemania en la ida de los cuartos de final, algo que había negado el preparador francés en público. También escuchó el carrilero los pitos de desaprobación cuando tocó el balón y se mostró tan nervioso que recibió una tarjeta amarilla en una tarde sin tensión.

Fue la única conclusión que pudo arrancar el entrenador francés de una tarde de primavera plácida para sus chicos: si apuesta por el sudamericano el próximo martes contra el Wolfsburgo tendrá que soportar el murmullo de la grada por su elección. Con el resto de modificaciones pocos quebraderos de cabeza tendrá porque Isco no despertó gran interés mientras que James brindó algún detalle de su clase con un gol y algo más de participación para presentar su candidatura a la alineación, aunque sin demasiado peso. No parece que ninguno vaya a salir de inicio en el partido fundamental para el devenir de Zidane como técnico del Real Madrid.

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