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Messi (i) y Neymar (d) celebran un gol del Barça.
El Barça repite fiesta con el Getafe
jornada 29ª

El Barça repite fiesta con el Getafe

El equipo de Luis Enrique golea entre risas y bromas a un conjunto que acudió al Camp Nou con ganas de venganza

Javier Bragado

Sábado, 12 de marzo 2016, 01:27

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Poco se puede hacer contra la inercia del Barça. Luis Enrique puede permitirse el lujo de prescindir de Sergi Busquets y Luis Suárez un día en que Javier Mascherano no puede jugar por sanción. También Lionel Messi puede fallar un penalti porque de igual manera la víctima de turno saldrá goleada del Camp Nou. Le tocó esta vez al Getafe, un equipo motivado por las mofas de Halloween en la primera vuelta aunque con escasas posibilidades de detener a una apisonadora bajando un tobogán. De nada sirvieron las arengas del presidente del club madrileño, Ángel Torres, porque el conjunto culé disfrutó de un carnaval de jugadas y detalles placenteros para los futbolistas para estirar su récord de partidos sin perder.

El partido murió antes de cumplidos los diez primeros minutos, el tiempo justo para que Messi encontrara a Jordi Alba en la izquierda y el pase del extremo fuera enviado por Juan Rodríguez a su propia red. Poco después el carrilero acuchilló de nuevo la zona defendida por el inusual Emi Buendía y Munir envió a la tumba cualquier esperanza de los visitantes para regresar con algún punto al sur de Madrid. Ni siquiera el error de Messi en un penalti, algo que se ha convertido en frecuente esta campaña -ha ocurrido en 4 de sus 8 intentos-, envalentonó a los de Fran Escribá. De hecho, la parada de Guaita encarnó el único momento que podrían atesorar como recuerdo de la jornada.

Después de la exhibición de velocidad de Alba, los hombres que más brillaron fueron Neymar y Messi mientras el tercer componente del tridente observaba desde el banquillo. El brasileño, señalado durante la semana por sus pequeñas vacaciones improvisadas, respondió en el césped en uno de sus partidos en que transmitió más motivación. Ofreció desmarques a sus centrocampistas, burló a sus marcadores con fintas y regates, forzó un penalti (y otro posible) y acumuló más goles -ya suma una veintena en la presente campaña liguera- en uno de sus días más felices. Su compadre argentino se dedicó a lucir las nuevas notas de su repertorio. Los balones a la castigada espalda del Getafe hirieron a sus rivales -por primera vez en su carrera dio tres pases de gol en un partido de Primera División- y cuando menos lo esperaban lanzó un disparo lejano que firmó el cuarto tanto y el broche al duelo antes de marcharse a los vestuarios.

Remontada imposible

La goleada abierta impulsó a Fran Escribá a cambiar sus piezas con todo perdido. La entrada de Moi Gómez y de Víctor Rodríguez presentó un nuevo escenario en busca de al menos un gol que aliviara el correctivo. Además, los defensas no bajaron su intensidad para detener a los futbolistas del Barcelona, pero el martillo azulgrana acudió de nuevo con Neymar y un peculiar remate de chilena de Arda Turan en un saque de esquina. Con el saco de goles en la espalda, Luis Enrique decidió reservar a algunas de sus mejores piezas para el partido de la Liga de Campeones del próximo miércoles contra el Arsenal. Una hora después de iniciarse el choque, Piqué, Mathieu e Iniesta empezaron a desfilar para guardar energías y evitar lesiones. Entonces la figura de Sergi Roberto se agrandó todavía más porque el canterano había manejado la primera parte con su juego vistoso y rápido para atacar, pero se aplicó en la contención habitualmente reservada al ausente Busquets para empaquetar la victoria. Gracias a su trabajo los puntales de ataque pudieron dedicarse al contragolpe, esa nueva suerte que ha incorporado Luis Enrique al Barcelona y que permite excelentes resultados a sus jugadores.

El Getafe se despidió triste y superado. El equipo de Torres se mantiene a un punto del descenso que marca provisionalmente el Granada (jugará el lunes) con su noveno partido consecutivo sin ganar. Para su mayor escarnio sufrió las misma goleada que en la pasada campaña (6-0). Además, el enfrentamiento se había apuntado como una posibilidad de revancha por la fiesta de disfraces que organizaron los futbolistas culés en el vestuario azulgrana en la primera vuelta. Esta vez no fue Halloween, pero sí un banquete de carnaval para las huestes de Piqué, quien se despidió del campo con más alegría e intensidad de lo habitual. El Barça puede reír y disfrutar porque su camino se adoquinado con momentos estelares y alegría a pesar de que el equipo al que más penaltis a favor le señalan (15 en Liga), extiende su maldición a la hora de convertirlos (Messi, Neymar y Luis Suárez suman 10 errores en todas las competiciones). Lo mejor para Luis Enrique a pesar de los fallos en los penaltis puede pensar con tranquilidad en una competición que difícilmente perderá, en una Liga de Campeones con unos octavos de final en ventaja y en una final de la Copa del Rey todavía lejana porque ni la magia de Messi y Neymar ha menguado ni las habilidades de sus escuderos se han agrietado. Se devolvieron guiños y sonrisas los azulgrana. Salieron con un nivel de endorfinas elevado. Es posible que incluso la alegría de la fiesta deportiva continuara con una nueva fiesta en el vestuario. Porque son 37 partidos consecutivos sin perder. Porque nadie les discute que son los mejores.

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