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Cristiano Ronaldo lamenta una ocasión fallada ante el Málaga.
La «ansiedad» del primer gol blanco
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La «ansiedad» del primer gol blanco

Desde la primera etapa de Fabio Capello, ningúna otra plantilla blanca había completado partidos en los que no encajaba... y a veces tampoco marcaba

Rodrigo Errasti Mendiguren

Domingo, 27 de septiembre 2015, 19:05

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El problema ya se intuía en pretemporada. En Melbourne sumó un 0-0 ante la Roma, otro frente al Milan en Shangai y el último frente al Valerenga en Noruega, sólo cuatro días después de no ser capaz de anotar ante el Bayern en Múnich (1-0). Ahora, antes supuestos rivales propicios, ha vuelto a mostrar su versión más ansiosa ante su afición. En los dos últimos duelos en el Bernabéu, ante Granada y Málaga, solo hubo un gol en 180 minutos (y otros diez más de tiempo añadido). Y además el único tanto comenzó con una posición ilegal de Isco. Pocos goles pero sí mucho barullo, mucha prisa por marcar el segundo tanto antes que el primero. «Faltó la efectividad, calmar la ansiedad de los últimos minutos y defender un poco mejor los contraataques», explicó Rafa Benítez tras el segundo 0-0 del Real Madrid en sólo cinco jornadas de Liga. La última vez que el equipo blanco, que llevaba 56 partidos oficiales marcando en su estadio, se quedó dos citas sin marcar en el campeonato, se lo llevó de calle: con récord de puntos (100) y de goles (121) con José Mourinho en la 11-12.

Pese a la insistencia en el trabajo táctico y el juego de posición, su equipo tiene más remate que juego, funciona a oleadas y le cuesta mucho marcar el primer gol. En Bilbao aprovechó dos errores del rival para adelantarse por dos veces en el marcador y, así, con el marcador de cara mostró su mejor versión. Algo que ha sucedido siempre en este nueva etapa de Benítez. Eso sí, cuando fue capaz de estrenarse antes del descanso goleó: ante el City (1-4), Inter (0-3), Betis (5-0), Espanyol (0-6) y Shakthar (4-0).

El sábado, cuando el 0-0 se prolongaba e incluso peligraba con las arrancadas de Amrabat, el técnico repetía dos gestos en la banda con sus manos: el de calma y otro recordando que no debían descuidar su posición defensiva por lanzarse a marcar. En realidad, nadie le hizo caso. «Quizá los últimos cinco minutos debimos mantener la calma y seguir moviendo el balón con tranquilidad. Pero eso no es fácil. Hay que pensar que es positivo crear tantas situaciones. Solo tenemos que mejorar el control de esa ansiedad y defender un poco mejor los contraataques». Sus jugadores actuán precipitadamente en estas situaciones desde la llegada de Cristiano Ronaldo, el goleador insaciable que tiende a desesperarse cuando el meta rival se convierte en protagonista. Ante el Málaga realizó 14 remates sin éxito, su peor registro desde que llegó a la Liga.

Como en la era Capello

La realidad es que, más allá de quien sea el entrenador, este bloque de estrellas sufre cuando el rival está agazapado y no hay espacios para correr. «Lo que no podemos hacer es crear ocasiones de uno contra uno con el portero porque no hay espacios. Tenemos que meter centros y rematar, o tirar paredes, o tiros de fuera», explicaba Benítez, que defendía el plan recordando el alto número de remates realizados por los doce futbolistas que usó. Sólo hizo un cambio, Kovavic por Jesé, por lo que nadie entró desde el banquillo con idea de serenar el juego. «En el tramo final tuvimos demasiada ansiedad, pero seguir moviendo la pelota cuando se acerca el final y ante un equipo tan metido atrás es muy difícil». Dos de esos jugadores que se ponen ansiosos si no marcan además han caído lesionados: Bale y Jesé, que se suman a James, Ramos, Pepe y Danilo. «Cuando el portero rival es el mejor significa que hicimos nuestro trabajo», repite el cuerpo técnico. Han tenido que pasar 1.265 partidos de La Liga para que un equipo no fuera capaz de marca un gol pese a completar más de treinta remates. Fue el propio Real Madrid, en abril de 2012.

El Bernabéu llevaba 36 partidos gritando gol en Liga, siendo el derbi ante el Atlético (septiembre de 2013) la última vez que se quedó sin celebrar un tanto. Mientras piensa en cómo evitar que la ansiedad se repita ante el Malmoe, que teme una goleada si encaja pronto, Benítez busca el lado positivo: ha mantenido la portería a cero de Keylor Navas en sus tres primeros partidos ligueros de casa, algo que no lograba ningún portero del Madrid desde que estaba Bodo Illgner en 1996 con Fabio Capello, campaña en la que sumó cuatro empates sin goles, tres en Madrid y dos de ellos consecutivos a cero en casa (frente a Logroñés y Tenerife). Curioso.

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