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Rico y Griezmann, ambos goleadores, pugnan por un balón
El Atlético se acostumbra a remontar en San Mamés
LIGA

El Atlético se acostumbra a remontar en San Mamés

Un penalti inexistente de Tiago cambia la dinámica del partido y hace posible que el Atlético superase el gol inicial de Rico.

Rodrigo Errasti Mendiguren

Domingo, 21 de diciembre 2014, 01:16

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El Atlético volvió a imponerse en San Mamés por tercera vez en este 2014. Fue el primer visitante que consiguió derrotar a los leones en su nuevo estadio allá por el mes de enero tras remontar un tanto inicial de Aduriz y se metió en semifinales de Copa del Rey. Después en marzo volvió a hacerlo tras un tanto de Muniain en un duelo que supuso la confirmación de que era real su candidatura al título y en la tercera obtuvo un triunfo clave para poder seguir aspirando a repetir trofeo liguero. Lo hizo tras salir vivo de una horrible primera parte y aprovecharse de un error arbitral clave, con el duelo empatado, para tumbar, gracias a un certero Griezmann, a un Athletic que por momentos recordó al que se coló en puestos de Champions. Un 2014 inolvidable para los dos rojiblancos más veteranos de la Liga, sobre todo para los madrileños que brillaron más que nunca en su historia.

Era la tercera vez que se medían vascos y madrileños en San Mamés y pese a que los dos técnicos estaban en las citas anteriores la cosa fue un calco a las dos primeras. Los de Valverde salieron más enchufados, intensos y se adelantaron en el marcador con merecimiento. Curiosamente, Mikel Rico castigó al Atlético a balón parado. Al equipo colchonero no le marcaban de cabeza en Liga tras saque de falta desde hacía dos años y medio, justo al llegar Simeone al equipo. Dio la sensación que todos estaban pendientes de Aduriz y se olvidaron de Rico, que aprovechó un medido servicio de un Susaeta que tras el toque de atención de Txingurri ha crecido en los últimos partidos, sumando un gol y tres asistencias.

Penalti inexistente a Tiago

El Atlético, más allá de ese color gris que le convierte en otro equipo, estaba irreconocible. Le faltana Koke para dar calma, tocar y llegar. Las únicas aproximaciones eran en balones aéreos, en uno de esos gozó de una doble oportunidad pero salvaron San José y Balenziaga ante la presencia de un Raúl García que no aportó tanto como 9 que en su habitual función tras el punta.

El Athletic era superior en fútbol, aunque abusó del juego largo y la adrenalina, lo que evitó que generase más ocasiones. Contaba con una renta escasa, y pudo haberla tenido de contar con un acierto superior en las que dispuso. Y es que Aduriz gozó del 2-0 en el 38 pero perdonó cuando se quedó solo ante Moyá. Se trabó y no llegó a rematar. El plan de éxito local pasaba por seguir así, mejorar y no entrar en otras guerras. Lo bueno para el cuadro visitante es que pese a estar muy flojo en la primera parte el asunto estaba a sólo un gol, y eso con el recuerdo de lo sucedido en los dos duelos precedentes parecía hasta esperanzador.

Así fue. Nada más sacar de centro del campo, tras conseguir bajar la pelota al suelo Raúl García se asoció con Griezmman y Arda antes de que llegase la bola a la banda donde Juanfran la puso medida para el cabezazo de Griezmann. A los 28 segundos tras buena jugada combinativa tocando rápido y en pocos toques el vigente campeón había olvidado una primera mitad horrible.Con el del francés, ya son 15 goles de cabeza del Atleti en esta liga. Más del doble de los que llevaba en la liga pasada a estas alturas. Y a los seis minutos la jugada polémica. Tiago, en carrera, se adentró en el área y cayó tras buscar el contacto con San José, que no hizo nada por tocarle e incluso pareció que ni le rozó.

Un resbalón clave

El público se caldeó y Aduriz dispuso de una opción en un córner, pero su volea al primer palo la atrapó Moyá. El duelo se tornó canchero y ahí el cuadro local pierde. Muniain, que lleva seis años en Primera pero sigue yendo a todas las batallas que no debe ir, hizo una entrada fea que pudo terminar en desgracia para Giménez. Fue antes de que un resbalón de Gurpegui, tras un pase de Gabi en un contragolpe, supusiera la sentencia definitiva para el equipo vasco. Griezmann controló bien de primeras y cruzó ante Gorka.

A partir de ahí, golpes, lesionados y protestas a un colegiado calamitoso que permitió a Griezmann, que cada vez que le dejan marca goles para pedir sitio en el once, marcar un hat-trick al dar por válido un gol en claro fuera de juego. El Atlético llega a Navidad a tres del Barça y el Athletic queda lejos de volver a Europa, donde por equipo debería aspirar a estar.

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