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El Madrid se abona a las goleadas
PRIMERA DIVISIÓN

El Madrid se abona a las goleadas

Con Isco de Modric, los blancos sufrieron al principio pero supieron madurar al Eibar

Ignacio Tylko

Sábado, 22 de noviembre 2014, 00:04

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El Real Madrid sigue imparable. No hizo el partido soñado en Eibar pero supo madurar a un adversario admirable y, más allá de polémicas arbitrales, se impuso con justicia en un feudo trampa. No lo tuvo fácil el campeón de Europa a pesar de lo que indica la goleada pero, en todo caso, sufrió mucho menos que hace diez años en la Copa de Rey y cosechó la decimocuarta victoria consecutiva con Carlo Ancelotti, a sólo una del récord que comparten Miguel Muñoz y José Mourinho.

Cristiano Ronaldo, reservado en los minutos de la basura, cuando fue reemplazado por Arbeloa, se marchó entre abucheos e insultos de Ipurua. Marcó otros dos goles y ya suma 20 en sólo 12 jornadas, una bestialidad. Al luso le faltó algo de inteligencia y de saber ganar cuando festejó en exceso su segundo tanto, ya que al fin y al cabo sólo era el 0-4, y de penalti. Pero cada uno tiene sus formas y no se puede discutir que, hoy por hoy, es, de largo, el mejor jugador del planeta.

Aunque el reducido tamaño del vetusto campo, el coraje del orgulloso rival y la seguridad de que sería un duelo de disputas y contactos invitaban a pensar en Khedira como sustituto de Modric, Ancelotti envió un mensaje de grandeza y personalidad. Situó a Isco en el centro del campo junto a Kroos y James. Ninguno de los tres es un mediocentro puro y a todos ellos les cuesta correr hacia atrás y bregar para cortar. Lo más sorprendente es que el malagueño se ubicó a la derecha y el colombiano partió del perfil izquierdo.

Carletto concluyó que ante un rival con un presupuesto 34 veces menor y plagado de jugadores que se fajaron y crecieron en Segunda B, no era cuestión de hacer un planteamiento timorato. Resulta curioso, paradójico y hasta injusto, que se hable tanto de la ausencia del croata en el club más rico del mundo y, sin embargo, apenas se tenga en consideración que a los guipuzcoanos les faltaban Dídac Vilà y Piovaccari, por lesión, y Raúl Navas y Lillo, por sanción.

El Madrid debía de ganar en Ipurua casi con cualquier equipo. Y eso que el ejército de Gaizka Garitano inició la jornada por la mitad de la tabla y plantea batalla en cada palmo del terreno. Los eibarreses no regalan ni un centímetro al oponente. Se afanan por reducir espacios, van a con todo a los balones divididos y cuando alcanzan el tesoro, lo sobetean con buen gusto.

Capa y Saúl Berjón percuten bien por ambos costados y Arruabarrena es un incordio desde el enganche. Como a casi todos los modestos, y el Eibar lo es más que nadie, le falta un 9. El jienense Manu del Moral, crecido en la cantera del Atlético, no responde, ciertamente, al perfil de estos correosos eibarreses. Tiene técnica y es espigado, pero es más bien blandito. Y más para fajarse con tipos fornidos como Sergio Ramos y Pepe.

El choque era vistoso, muy abierto y con llegadas a las dos áreas. Sufría el líder porque no gobernaba el centro del campo. Isco no era el de partidos precedentes y Kroos participaba poco. Manu remató pifiado tras un saque de banda e Irureta desvió al travesaño un golpe franco ejecutado con suma potencia por Gareth Bale, quien siempre hizo sufrir a Abraham.

Las tablas eran entonces justas pero ocurrió algo ajeno al planteamiento de los técnicos. A los que no son madridistas seguro que les generó enorme rabia que un duelo a priori tan desequilibrado se decantase por un error de los árbitros a favor del poderoso. En una jugada rápida y extraña, el asistente no vio dos posibles fueras de juego de Benzema y Cristiano. El portugués recogió el balón junto a la línea de fondo, centro y Jamés, muy atento, cabeceó fácil.

El pie de Casillas

El Eibar siguió a lo suyo, no desesperó y bordeó el empate. Lo evitó uno de esos pies milagrosos del Iker Casillas de toda la vida para desviar el toque sutil de Saúl. Y cuando moría el primer tiempo, Cristiano abrochó la victoria. Carvajal y Bale percutieron de nuevo y el pase del canterano lo remató mordido el portugués. Qué razón tenía el mexicano Hugo Sánchez cuando dijo que «el mejor remate es el imperfecto». Lo celebró a lo grande al Balón de Oro. De los 52 equipos a los que se ha enfrentado con el Real Madrid, sólo el Dinamo de Zagreb salió indemne.

La segunda mitad sólo tuvo el color blanco. Con el resultado muy en contra, los locales acusaron el gran esfuerzo y se vinieron abajo de forma paulatina. El Madrid ya encontró muchos metros para combinar con suma facilidad. Y atrás no sufría agobio alguno. Casi por inercia llegó el tercero, tras otra jugada embarullada. Marcelo le robó la cartera a un defensor, James asistió desde la línea de fondo -los locales reclamaron que el balón había salido- y Karim no perdonó. Quinta asistencia del colombiano, que acostumbra a aparecer en el momento justo y en el sitio oportuno. Quedaba la guinda en el penalti transformado por CR7.

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