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Cristiano celebra un gol.
El «descanso activo» relanza al Balón de Oro
Real Madrid

El «descanso activo» relanza al Balón de Oro

Cristiano reconoce que su explosión se debe a la minipretemporada que pudo hacer al no acudir a Anoeta y a la concentración de Portugal

Ignacio Tylko

Miércoles, 24 de septiembre 2014, 19:16

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Mucho se habla del cambio de sistema, del ansiado equilibrio, de los porteros, de la aportación de Illarramendi e Isco y de la adaptación de estrellas como el alemán Toni Kroos y el colombiano James Rodríguez a nuevas demarcaciones que exigen más implicación en defensa, pero el despegue del Real Madrid tiene mucho más que ver con el resurgir de una 'bestia' como Cristiano Ronaldo que con otros asuntos tácticos, técnicos o físicos del equipo. Cuando el mejor jugador del mundo, en competencia con Leo Messi, está fino, cualquier rival que se enfrente al campeón de Europa puede darse por muerto.

Todo gira alrededor del astro de Madeira en el Real Madrid, incluso el sistema empleado por Carlo Ancelotti, animado al 4-4-2 justo ahora que el luso realiza menos esfuerzos por la banda, goza de plena libertad y juega más cerca del área. En la zona de definición convierte en gol casi todo lo que le llega y se confirma como uno de los mejores rematadores de cabeza del mundo con esos dos tantos, tan bellos y tan diferentes, ante el Deportivo y el Elche. Sin Karim Benzema como referencia ofensiva, este equipo en alza ha marcado sus últimos diez goles. Una barbaridad. Y eso que, según ha dicho el portugués en repetidas ocasiones y recordó el martes su entrenador, Ronaldo nunca ha querido ser un '9' clásico porque no le gusta jugar de espaldas a la portería y tener que girarse, sino tenerla siempre de frente y poder encarar.

Siete goles en tres días devuelven a escena la mejor versión de Cristiano, el artillero inconformista, una máquina de sumar dianas y superar registros históricos que le convertirán en leyenda. Sus números son increíbles. Frente a los ilicitanos firmó póquer por tercera vez en el Real Madrid, tras los sellados ante el Racing de Santander y el Sevilla. Ya es el décimo máximo goleador histórico de la Liga con 186 tantos en 169 partidos, a una media impensable de 1,10 por encuentro. Está ya a la altura de Carlos Santillana, un cabeceador único que, sin embargo, necesitó disputar nada menos que 461 partidos para lograr los mismos tantos. Y en la Copa de Europa, Cristiano está a dos tantos de igualar los 71 de Raúl, el mejor goleador de todos los tiempos en la máxima competición continental.

Para volver a dejar boquiabiertos a todos, hay una clave que tras el duelo ante el Elche reconoció el propio delantero. «El descanso activo que tuve me vino fenomenal porque no acabé bien la pasada temporada y después del Mundial no hice pretemporada y me incorporé para jugar la Supercopa. Hice una preparación meticulosa con los doctores y los recuperadores y ahora me siento mucho mejor. Tengo algún pequeño dolor pero no me impide jugar bien», reflexionó Cristiano, quien resta importancia al cambio de sistema y a su nueva posición en el campo. «Siempre he tenido libertad y una cosa es la idea inicial de plantear el partido y luego lo que desarrollamos durante el juego. Yo trato de aprovechar mejor mis virtudes y los huecos que dejan los rivales», dijo.

Serio aviso

La tendinitis en su rodilla izquierda y los problemas musculares le dieron un serio aviso. Si seguía con su irrefrenable deseo de no parar nunca y jugar cada partido como si fuera el último, podría peligrar incluso su carrera deportiva. Cristiano se presentó en la final de la Champions de Lisboa lesionado, jugó y marcó el último gol de penalti. Fue mermado al Mundial de Brasil y lo dio todo sin éxito por Portugal. Redujo su descanso vacacional para disputar el primer título de la temporada con su club. Con sólo un cuarto de hora en sus piernas, salió contra el Sevilla y marcó los dos goles que le dieron al Real Madrid la Supercopa de Europa. Pero era un espejismo, porque tuvo que parar en el descanso de la Supercopa española ante el Atlético. Al fin escuchó entonces a los doctores y decidió que no jugaría en Anoeta y que tampoco acudiría con Portugal para jugar frente a Albania. Fracasaron en esos compromisos su equipo y su selección, pero él se recuperó.

El delantero desarrolló un plan de trabajo específico en el campo, la piscina, el gimnasio y la consulta de los fisioterapeutas. Soportó un duro entrenamiento individualizado en dos sesiones diarias de tres horas cada una. El objetivo de esa minipretemporada es que pueda desarrollar toda la campaña sin los problemas físicos que le llevaron a jugar disminuido varios meses del curso pasado y a tener que soportar grandes dolores. Cristiano ha vuelto y quiere quedarse. Ancelotti meditaba darle descanso en los minutos de la basura ante el Elche pero el portugués arrancó, esperó el pase de Gareth Bale y cerró el marcador. Su ambición no encuentra límites. Y eso que aún siente alguna molestia en la rodilla.

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