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Los jugadores del Atlético celebran uno de los goles ante el Galatasaray.
Griezmann guía a octavos al Atlético más eficaz
fase de grupos

Griezmann guía a octavos al Atlético más eficaz

El equipo rojiblanco, que retoma sus virtudes defensivas y muestra una mejoría ofensiva gracias a sus tres centrocampistas, supera con facilidad al Galatasaray con dos goles del francés, que ya hizo doblete en Estambul

Rodrigo Errasti Mendiguren

Miércoles, 25 de noviembre 2015, 00:14

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El Atlético ya está en octavos de final de la Champions por tercera campaña consecutiva, después de vencer con comodidad a un Galatasaray desnortado que así ni brillará en la Europa League. No se le puede negar al equipo español que hizo un duelo completo y logró su cometido, que era certificar su billete para seguir disfrutando en 2016. Le bastaba un punto y sumó tres. Griezmann, como en Estambul, acertó dos veces para confirmar al Atlético entre los 16 mejores del continente, algo que se ha convertido casi en una costumbre para el Calderón desde que llegó Simeone. No debería acostumbrarse la afición rojiblanca, que esta vez disfrutó más del resultado que de la puesta en escena.

Aferrado a su defensa y con tres centrocampistas que a ratos recuerdan a los de 2014, fue muy superior a su rival, que apenas generó peligro alguno y vivió en la taquicardia de Muslera. El portero uruguayo es una caja de sorpresas. Lo mismo consigue evitar un gol con una estirada mágica, que consigue que un saque de banda casi acabe en la red por sus manos blandas. El conjunto turco apenas dejó un susto tempranero, una buena jugada entre Oztekin y Sneijder que el holandés disparó cruzado junto a la base del poste de Oblak. Y apenas 70 segundos después, el Atlético acertó. Y el duelo terminó.

Lo hizo por medio de Griezmann, confiado en su función de hombre desatascador y que sólo en el primer palo acertó de cabeza. Puso mala cara Muslera, al que el francés ya había vacunado en Estambul dos veces. El 7 aprovechó una buena bola desde la banda de Gabi, aunque medio estadio creía que por el estilo debían ser Carrasco o Gámez. El capitán ha dado más asistencias que nadie con el Atlético desde 2003, confirmando que no sólo domina lo táctico. Parece que regresa a su mejor versión, está más cómodo como interior derecha en el 4-3-3 y se le vio agresivo presionando como antaño.

Tiago y Koke, al alza

El partido entró en una fase de control atlético. Sufría muy poco, algo meritorio y que provocaba que fuera tan poco reseñable lo que acontecía. Tiago que no paraba de correr, apagar fuegos, pero se encontraba a veces con compañeros estáticos e incluso algo despistados, como un Filipe Luis que tampoco termina de asociarse con Carrasco, que no para de intentar desmarques con su velocidad. Ponía mordiente por banda, generaba opciones a balón parado que, raramente, no se aprovecharon. Le costaba al Atleti combinar como en el Villamarín.

La grada se calentó pidiendo amarillas a Rizzoli, de buen recuerdo al estar presente en Hamburgo y Stamford Bridge. Y es que lo que se veía dejaba opción a hablar más del futuro: que si Correa puede cambiar el ritmo a partidos así, que si los rivales de octavos, que si Koke sigue mejorando porque toca más y vuelve a llegar, que si Torres aún no ha renovado, que si Óliver será el jugón que necesita el equipo... Pensó Taffarel que era el momento de ir a por el partido pero se llevó un sopapo de Griezmann, que anota cada vez que oye el runrún de que no está al nivel de su primera campaña como rojiblanco. Tiago conectó con Gabi y el francés la embocó.

Segundos después se fue a la caseta con la sensación del deber cumplido. Entraron Vietto y Óliver, buscando aprovechar los espacios que debían dejar los turcos en su intento por buscar un empate en el que no parecían creer en absoluto. Fue el mejor tramo del Atlético, quizá porque con su presión alta consiguió activar el ritmo, que pasó a ser muy rápido. Sobre todo, comparado con lo anterior. Simeone regaló un descanso, y una merecida ovación, al onmipresente Tiago y dejó a Torres, voluntarioso pero impreciso, todo el partido. En una asociación con Filipe pudo llegar el tercero de Koke, que parece sonreír más en este trimestre. De sus botas, y de las del resto de centrocampistas, deberá salir la fórmula para prolongar el sueño del Calderón. El acierto de Griezmann, así como la solvencia de su portero y defensa, está más que comprobada.

Con todo ello, ahora tendrá que confirmar su puesto como primero en el bombo en Da Luz, donde acarició la orejona. Tendrá que ganar y espantar miedos, ya que el Benfica revivió ante el Astana para evitar que un empate le obligase a ser visitante en los primeros duelos del KO en 2016. Allí donde el Atlético sumó un empate a nada el Benfica estuvo cerca de perder, lo que ayudaba a los rojiblancos, pero los lusos reaccionaron y sacaron un empate que deja el liderato de grupo a la misma distancia que antes de comenzar. Este Atlético, que retoma su condición de efectivo, cree en sí mismo.

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