Borrar
Arriba: Lopetegui, primero arriba por la izquierda; Luis Enrique (cuarto), Guardiola (tercero por la derecha) junto a Mourinho. Abajo: Blanc, segundo por la derecha.
Los cuatro 'hijos' de Robson
liga de campeones

Los cuatro 'hijos' de Robson

Luis Enrique, Laurent Blanc, Julen Lopetegui y Pep Guardiola se miden en los cuartos de la Champions.

Rodrigo Errasti Mendiguren

Lunes, 13 de abril 2015, 20:13

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«En los años del Barcelona tuvimos entrenadores distintos y aunque la idea de juego era clara aprendimos matices distintos muy interesantes. Personalmente tenía curiosidad por entender los porqués, era algo innato, tanto en el fútbol como en la vida. Es un proceso natural de descubrimiento de pasiones, y luego hay que darle una formación», recuerda Julen Lopetegui desde Oporto. La mitad de los entrenadores presentes en los cuartos de final de la Champions League llegaron a coincidir en el Barcelona de Bobby Robson en la 96-97.

El técnico inglés contaba con Josep Guardiola como fijo y pidió el fichaje de Luis Enrique y Laurent Blanc junto a otros como, Ronaldo, Pizzi, Fernando Couto, Amunike, Giovanni, o un Vitor Baia que dejaría como suplente a Julen Lopetegui. Entre ellos cuatro, la armonía era buena.«Laurent era un jugador de altísimo nivel y tuve buen feeling con él. Como jugador fue top y como entrenador ya ha demostrado que está cualificado», explicó Luis Enrique hace unos meses cuando se midieron en la fase de grupos. El cambio del técnico inglés por Louis Van Gaal hizo a Blanc apostar al central, que tuvo muchos problemas de lesiones, por salir y tener minutos antes del Mundial en Francia.

Tres títulos insuficientes

Aquella campaña el Barcelona de José Luis Núñez arranca un proceso de transición post-Johan Cruyff con el técnico inglés y aunque compitió al más alto nivel -ganó la Supercopa de España al Atlético, la Copa del Rey al Betis y la Recopa al PSG- no fue capaz de llevarse la Liga, que fue para el Real Madrid de Fabio Capello por dos puntos. Aquello, y la presión por la vistosidad del juego le pesó a un Robson que ironizó tras un 8-0 al Logroñés. «¿Espectáculo? Llevo más de medio siglo en esto y es el segundo 8-0 que he visto nunca».Aquel equipo apostaba por tener unos defensas contundentes, centrocampistas de calidad, rápidos extremos como Figo o Stoitckhov y una delantera demoledora con un joven Ronaldo Nazario.

Pizzi, que venía de ser Bota de Oro, era el suplente del brasileño. Solo Nadal, Sergi, y los citados Luis Enrique y Guardiola eran capaces de asentarse en un once plagado de extranjeros gracias al boom de la Ley Bosman. Luis Enrique y Blanc demostraron en los dos duelos de la fase de grupos que han sabido mezclar conceptos, apostando por equipos de rápidas transiciones y tridentes muy potentes. «La clave pasa por saber qué hacer con la pelota para que la posesión no se nos vuelva en contra», explica Luis Enrique.

Robson no cayó por los resultados, más bien por la presión del famoso entorno. De su etapa quedó que llegó con José Mourinho como técnico ayudante y traductor aunque Blanc recuerda que era más que eso. «Robson entendía poco el idioma y Mourinho facilitaba la comunicación. Habla cuatro o cinco idiomas. Al final de un mes los jugadores le pidieron cambiar el método de entrenamiento y Robson delegó en Mourinho porque sabía cómo hablar a la plantilla. Creo que es donde todo comenzó». En octavos, el francés superó al luso pese a jugar practicamente todo el duelo de vuelta con uno menos.

Lopetegui, el milagroso

En la eliminatoria entre españoles se medirán algo más que dos excompañeros, que tuvieron distintos roles en su etapa en el club. Guardiola era el timón del equipo y Lopetegui no tuvo la continuidad deseada como sustituto de Zubizarreta. En sus años en el clun forjaron una amistad. Hace unas semanas, asistieron al Atlético-Bayer y se les pudo ver juntos viendo el duelo... antes de que el bombo les emparejase. Muchos dicen que Julen, el que tiene al club en cuartos con un equipo menor, tiene un estilo parecido a Pep. «Guardiola es una persona con capacidad de liderazgo y unos logros evidentes. Me gusta cuando un equipo trata de atacar e imponer su idea al contrario. Pero no solo me gusta cómo ataca, el Bayern es un equipo tremendamente agresivo sin balón, que defiende bien. Los equipos de Pep han defendido siempre muy bien», explica Lopetegui, que tiene ante sí el mismo reto que Robson al llegar al club: hacer un equipo con 16 fichajes.

«Había muchos jugadores nuevos pero nosotros teníamos nuestra idea de juego y el equipo trabajó muy bien desde el inicio. Eso es fundamental. Llegamos con una gran ilusión y el objetivo de clasificar al equipo para la Champions. A partir de ahí, el equipo ha ido creciendo buscando su camino», reconoce el técnico vasco que mantiene su humildad pero es ambicioso. «Nos planteamos la eliminatoria con la idea de disfrutar lo que hemos logrado y de disputar al máximo los dos partidos, como siempre hacemos. El Bayern es un equipo que hace muchas cosas bien a nivel individual y colectivo».

Pep Guardiola, en su segunda temporada en Múnich, sabe que el objetivo, con la Bundesliga en el bolsillo, es la Champions. «Fue un privilegio estar un año con Bobby, era un entrenador experimentado con las ideas muy claras», recordó el de Santpedor, al que el inglés no hizo capitán al llegar y que en muchas ocasiones no entendía como Robson no variaba su clásico 4-4-2 y no optaba por jugar con tres en punta. Ahora se mide al equipo más joven de la historia del Oporto, con una edad media de 24 años, que acude a la eliminatoria sin nada que perder. «No los subestimamos. Simplemente eran mucho mejores de lo que pensábamos», dijo Robson tras superar a Camerún a los penaltis en el Mundial de 1990. No sacar pecho es algo que seguro aprendieron los cuatro de su tiempo con Sir Bobby.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios