Toda la familia del Palencia Cristo al completo

El pucelano se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla y dijo adiós, por Navidades, al resto de la temporada y a parte de la siguiente. Después de pasar por el quirófano, hacer reposo y rehabilitación, ha recuperado la sonrisa con el balón en los pies. Ha formado parte de la familia del Palencia Cristo desde la pretemporada en la sombra. Acudió a los campos del Otero el primer día de la pretemporada para ver y apoyar a sus futuros compañeros. También ha animado los noventa minutos de cada partido que el club palentino ha jugado en La Balastera. «He ido a verles a todos los partidos en casa», afirma Peli. «Veía a mis compañeros desde la grada y tenía unas ganas terribles de bajar al campo», añadía con una sonrisa, sabiendo que el tiempo de espera ha terminado.

Peli escogió jugar en el Palencia Cristo cuando se hubiera recuperado de la lesión, por eso le pidió a su representante que se pusiera en contacto con el club del Otero. «Yo conocía a Jony, del fútbol y de tener amigos en común, y le dije que llamase para ver si había alguna posibilidad de que formase parte del equipo», argumenta. «Me imagino que sí que le gustase la idea porque ya he firmado», agrega con una mezcla de prudencia y orgullo.

El Palencia Cristo tardó en entrar en competición al inicio de la temporada, ya que hasta la sexta jornada de liga no se encontró con la victoria. «Les veo muy bien, me está gustando mucho el equipo, que toca muy bien la pelota. El principio de temporada es una época donde te salen un poco peor las cosas y pierdes, pero se han recuperado bien. Además les tocaron rivales complicados y al principio no te compenetras igual con el compañero», analiza el nuevo jugador morado.

Después del tiempo que ha estado alejado de los terrenos de juego, no tiene prisa -aunque sí ganas por volver a jugar-. «Aún me quedan unas semanas porque físicamente me encuentro bien pero estoy torpe con el balón. Me falta coger un poco de ritmo, veo que mis compañeros están bastante por encima. Pero estoy muy contento porque veo que voy progresando», reconoce Peli, que lleva pegando patadas a un balón desde que tenía seis años.

«Llego al Palencia Cristo con ganas de aportar lo que pueda y disfrutar del fútbol. Yo, sobre todo, puedo aportar agresividad, porque soy muy agresivo, y compañerismo y ganas. Creo que al final eso es muy importante», afirma el centrocampista vallisoletano.

Peli no quiere oír hablar de objetivos a final de temporada ni de metas. Lo importante es el día a día, el ir partido a partido como el Cholo Simeone. «Lo primero es salvarse y luego ir más arriba. No quiero marcar objetivos a gran escala, solo el partido del fin de semana, que es el que te va a decir si sumas o no. Hacerse predicciones a largo plazo desde mi punto de vista no va bien», reconoce el futbolista.

El centrocampista Peli, estudiante de último curso de Económicas, ya no estará en la grada animando a los suyos, sino que lo hará desde el banquillo del club del Otero. La espera ha terminado, ya es cuestión de pocas jornadas que el vallisoletano vuelva a saltar al campo a hacer lo que más le gusta, jugar al fútbol.