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El campo de los indomables
Tercera División

El campo de los indomables

El Becerril busca recuperar su identidad frente a la Arandina y convertir de nuevo el Mariano Haro en el fortín que era

Lía Z. Lorenzo

Palencia

Domingo, 12 de noviembre 2017, 10:13

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En un fútbol cada día más global y comercial, unos pocos equipos se resisten a ser invisibles, a desaparecer por no formar parte de la gran elite, de las grandes ciudades donde se mueven los grandes presupuestos del deporte rey. Y entre esos irreductibles se encuentra el Becerril. La pequeña población palentina puede presumir de ser uno de los cuatro pueblos más pequeños de España que cuenta con un club en Tercera División. Junto a él se sitúan Robres (Huesca), Anguiano (La Rioja) y Somozas (La Coruña). Son los cuatro indomables del fútbol nacional, esos que no ceden ante el empuje del dinero que llega de las grandes ciudades. Lo sabe bien José Antonio Redondo, presidente de la entidad y cabeza visible de su gestión.

«La gente sabe que somos un pueblo muy pequeño compitiendo contra localidades mucho más grandes, incluso contra equipos de ciudades. Lo que pasa es que los hemos acostumbrado mal, porque llevamos varias temporadas muy buenas. Creen que es normal, pero no lo es. Somos un pueblo muy pequeño, con poca población y pocos recursos, pero ahí estamos, peleando contra todos», señala orgulloso el presidente. Y si por algo se ha caracterizado siempre Becerril es por ser muy rocoso en casa, un equipo indomable en el Mariano Haro, siempre arropado por su afición. «Uno de nuestros puntos fuertes siempre han sido los partidos de casa. El Mariano Haro ha sido nuestro fortín y tenemos que volver a sumar, aunque sea contra equipos superiores a nosotros. Tienen que respetarnos, porque después de la Arandina llegan los equipos de nuestra liga, y a esos sí que tenemos que ganarles en casa. Son partidos de los que debemos ganar», afirma Jose Hernando, técnico becerrileño.

Está de acuerdo el presidente con las palabras de su entrenador. «En el Mariano Haro tenemos que conseguir que no se nos escape ni un punto con los equipos de la parte baja de la clasificación. Ahí está nuestra permanencia en Tercera División. Porque estamos en un momento complicado de la temporada. A todos nos preocupa haber perdido cinco partidos consecutivos, pero tengo la tranquilidad de que sabemos que estamos haciendo las cosas bien. Nuestra misión es salvarnos y esa es una carrera de larga distancia. No hay que dejarse llevar por los resultados, tenemos que ser capaces de mirar un poco más allá. Espero que demos la talla cuando lleguen los partidos que son de nuestra liga».

Permanencia

La permanencia se perfila como el gran objetivo de un Becerril que pelea dentro y fuera del campo contra clubes mucho más grandes que él. Y lo hace sin complejos.

«La gente no ve todos los gastos que tiene un club de Tercera División. Somos un pueblo de 800 habitantes, con poca gente que pueda ayudarnos. Tenemos 400 socios, que son los que nos dan ese apoyo y ese empujón que necesitamos en los momentos más complicados», explica José Antonio Redondo, que sabe bien lo que es pelear por sacar al equipo adelante cada día.

«Tenemos muy claro que ante la Arandina hay que recuperar nuestro espíritu combativo como locales. Debemos salir a hacer nuestro juego y esperar que el resultado acompañe sin volvernos locos. Pero nuestra liga va a empezar luego, cuando debamos enfrentarnos a esos equipos que sí son rivales directos», puntualiza el presidente de la entidad becerrileña.

Porque hoy se ven las caras el Becerril, equipo de un pueblo de 800 habitantes, y la Arandina, club que representa a Aranda de Duero, localidad de casi 35.000 habitantes. Una diferencia más que considerable que los becerrileños tratarán de enjuagar hoy sobre el terreno de juego.

Jose Hernando tiene un plan para lograr que el Becerril retome el camino adecuado. «Vamos a intentar volver a ser el Becerril de los últimos meses. No podemos pensar en nuestros últimos partidos, tenemos que centrarnos en ser ese equipo complicado en casa. Debemos olvidarnos del resultado para no tener ansiedad, pensar solo en disfrutar del fútbol y volver a ser competitivos. Queremos que el Arandina tenga problemas, que no sea fácil para ellos crearnos ocasiones», confirma el técnico becerrileño.

Como siempre, los equipos que van contracorriente, esos que se alejan de los manidos tópicos del fútbol, cuentan con un arma secreta: su afición. El Becerril tiene seguidores incondicionales, de esos que no le abandonan cuando las cosas van mal y las victorias no llegan. Al frente de su destacamento están los Chocheboys, la peña encargada de poner color y ruido a cada partido en el Mariano Haro. Ellos son el alma de un equipo que no puede entenderse sin su pueblo. Son los irreductibles ante el fútbol de cartera y su estadio, el Mariano Haro, debe ser su fortín.

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