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Los jugadores del Becerril celebran el tanto de Melero.

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Los jugadores del Becerril celebran el tanto de Melero. Marta Moras
Tercera División

El Becerril domestica al líder

Los morados demuestran seriedad y madurez para arañar un empate ante el Salmantino, que llegaba invicto

Lía z. lORENZO

Palencia

Lunes, 18 de septiembre 2017, 00:29

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El Becerril tiró de orgullo y garra para amansar la fiereza del Salmantino, que aterrizó en el Mariano Haro como líder invicto de la categoría. El orden de los morados desmontó la capacidad ofensiva del conjunto charro, que había arrasado a sus rivales en las tres primeras jornadas. Se preveía que iba a pasar un tornado por el estadio becerrileño, pero la seriedad defensiva de los morados convirtió la tormenta en una fina llovizna.

El partido empezó con claro dominio del Salmantino. Los charros presionaban muy arriba para robar y tratar de lanzar ataques rápidos. De uno de esos robos blanquinegros en campo morado llegó la jugada del primer gol. La falta lateral hecha para cortar la contra le iba a salir muy cara al Becerril. Koke la botó con una rosca envenenada para que el balón acabara en las redes de Ortega a pesar de que ningún delantero charro pudo rematar. Un detalle de calidad del Salmantino CF era el premio a su mayor ímpetu en los primeros compases del choque. El gol despertó a los de José Hernando, que avisaron en una buena jugada de Melero, que condujo hacia portería sorteando contrarios para terminar metiendo un gran pase en profundidad a Kuko, que en el mano a mano con Rodri no pudo definir con la solvencia que le caracteriza.

Este ataque había servido para que los palentinos se sacudieran durante unos instantes el dominio del Salmantino, dueño del balón y el juego en el centro del campo. Pero, desde luego, lo que nunca se puede poner en duda es el pundonor de los becerrileños, que, al verse superados sobre el terreno de juego, tiraron de garra para empatar cuando aún no se había cumplido la media hora de juego. Tras una jugada embarullada en el centro del campo, la pelota le llegó a Kuko, que había caído a banda derecha. El de Carrión de los Condes levantó la cabeza y vio solo en la frontal a Benito, que tras un par de recortes cedió la pelota a Melero, totalmente desmarcado en la media luna del área. Y desde ahí, el futbolista morado es letal. Levantó la cabeza, armó la pierna y colocó el balón pegado al palo derecho del guardameta charro. Era el primer gol que recibía el Salmantino en la temporada, lo que revaloriza el trabajo de los jugadores locales. El partido ganó ritmo con el empate y aún hubo tiempo antes del descanso para que el árbitro anulara un gol a Garbán tras pase de Valentín por claro fuera de juego del jugador blanquinegro.

Solvencia contra talento

El paso por los vestuarios espoleó a los salmantinos, que salieron a buscar continuamente la espalda de los dos centrales morados con combinaciones al primer toque. La defensa morada reaccionó bien a los intentos del ataque rival tanto por las bandas como por el centro. El partido se convirtió así en una pelea a los puntos entre la solidez morada atrás y al talento charro arriba.

A pesar de que los salmantinos dominaban el choque, las ocasiones caían de ambos lados. Primero Kuko no pudo llegar a un buen balón en profundidad de Diego, y, luego, Ortega despejó un buen tiro del blanquinegro Koke. Pero la más clara la tuvo el charro Martín, que había sustituido a Valentín en la segunda mitad. El mediapunta no consiguió controlar bien un balón cuando se quedaba mano a mano con Ortega, que estuvo rápido en la salida para atajar el peligro.

El paso de los minutos hizo que ambos equipos tuvieran más miedo a perder el punto que ya tenían que ganas de intentar lograr la victoria. El juego se ralentizó y el peligro llegó solo a balón parado, aunque más por sensación que por ocasiones. El Becerril fue capaz de imponer su seriedad ante uno de los mejores equipos de la liga y demostró que, a veces, la defensa amansa a las fieras.

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