Dos puntos que se escapan

Fin a la racha triunfal de la Gimnástica Segoviana. Tras seis victorias consecutivas, el cuadro azulgrana ha cedido en Burgos dos puntos y ha dejado escapar una gran oportunidad de sacar provecho del enfrentamiento directo entre el Palencia y el Zamora. Tras adelantarse en el marcador en el minuto 61, el bloque de Luis Bertó no supo mantener su renta y acabó cediendo ante el empuje de un Burgos Promesas que no se rindió ni siquiera cuando se quedó en inferioridad numérica.

Tenía una defensa de circunstancias el Burgos Promesas y le faltaban sus mejores peloteros a la Segoviana, Dani Calleja y Dani Arribas, por lo que los locales plantearon un encuentro muy físico, muy cerrado, con las defensas muy adelantadas y pocos espacios para conducir y combinar con comodidad. Ante un rival en racha y lanzado el Promesas trataba de llevar el encuentro a los últimos minutos en igualdad, con los pequeños detalles como punto fundamental en la resolución del duelo. Le salió bien la jugada a los de José Ángel de la Iglesia, ya que las oportunidades escasearon, especialmente en la primera mitad. La experiencia de los zagueros segovianos evitaban problemas a Facundo, más allá de un cabezazo forzado de Óscar en un doble saque de esquina colgado en el minuto 39 tras una acción de estrategia entre Dani Burgos y Lanas que la defensa segoviana solventó. En los azulgrana el mayor peligro había llegado en una acción del minuto 8 en la que, tras robar Ayrton el balón y salvar Jairo en el suelo, el centro final de Rubén casi lo introduce Christian en su propia portería. Lo evitó Marco, que igualmente resolvió una volea de Rubén en el 32. Meritorio el equipo burgalés, que no perdía la cara al encuentro.

Aunque el encuentro se le comenzó a complicar a los locales en la recta final del primer tiempo con la lesión de su meta Marco en una falta directa de Víctor Pérez que se perdió a la izquierda del guardameta. Pana tuvo que sustituirle tras el descanso, perdiendo de esta forma los naranjas un cambio que necesitaron en la recta final del choque.

Tras el paso por los vestuarios, el Caja Rural salió muy enchufado y rondó la meta de Facundo, aunque sin llegar a crear oportunidades como tal. Sí disparó a puerta Kike en el 51, saliendo bien el recién incorporado Pana a sus pies. El encuentro había regresado, tras el fulgurante inicio, a sus orígenes y se jugaba en pocos metros, con nulas superioridades y mucha pelea física. Pero cometieron un error los burgaleses, imperdonable. En un saque de banda lateral peinado en el primer palo Óscar tocó el balón con la mano y Víctor Pérez no perdonó desde los 11 metros (0-1).

Prácticamente el primer error del Caja Rural le ponía en desventaja ante un equipo con argumentos para contener el partido. E incluso pudo sentenciar en un contragolpe conducido por Kike en el que Ayrton no llegó a controlar. Era el minuto 65. Un mano a mano de Kike en el que, solo ante Pana, se intentó recrear y picó de manera inocente, perdiendo la oportunidad de hacer el 0-2. Esto en el 71.

Pero si algo le sobra al equipo de Pechu es fe y empuje, y bien que lo demostró. Buscó más profundidad ofensiva con Marti y, ya con Pekas en el campo, se volcó en busca del empate. Y este llegó solo un minuto después del 0-2 en una jugada con los cambios como protagonistas: Marti colgó, Facundo falló y Pekas remachó en el segundo palo al fondo de la red (1-1).

Quedaban veinte minutos, peor aún le faltaba por vivir un contratiempo al Caja Rural, que perdió a David por una rotura muscular y se vio obligado a jugar desde el 75 en inferioridad al no disponer de cambios. Pese a ello, no se encerraron los burgaleses, que incluso, en el 80, tuvieron una gran oportunidad para hacer el 2-1 en una acción personal de Pekas tras córner que Dani Burgos remató fuera por centímetros.

En los compases finales, sin embargo, acusó su desgaste el Caja Rural, aunque esto no hizo que la Segoviana pasara como un ciclón ni apabullara a los burgaleses. Tuvo tres oportunidades en pies de Ayrton y Miguel. Estas dos en el descuento justo después de la más flagrante. En un cabezazo del propio Miguel en el minuto 89, pero el marcador no se movió, reflejando un justo reparto de puntos.