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Fotografías y periódicos se incluyen en la exposición, montada en un local de la Plaza Mayor.
Viaje al corazón del Atlético Peñafiel

Viaje al corazón del Atlético Peñafiel

Los veteranos del club ribereño celebran el quincuagésimo aniversario de su fundación con una exposición conmemorativa que recoge la historia de la entidad

agapito ojosnegros

Domingo, 16 de agosto 2015, 18:20

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«Es momento de celebrar y de recordar el paso de tantas personas por este deporte apasionante, sobre todo porque ha servido para unir barrios, etnias, clases sociales y hacer crecer un sentimiento hacia lo nuestro, lo de nuestra casa, lo que tenemos que conocer y proteger». Así empieza el escrito reflejado en un panel que da la bienvenida a los visitantes a la exposición con la que se recuerda la historia del Club Atlético Peñafiel, que este año cumple sus bodas de oro.

Merece la pena detenerse unos minutos y leer ese panel que resume 50 años de una historia que es la suma de otras muchas, la de tantas y tantas personas que han sudado la camiseta, cualquiera de las que puede verse en la muestra que se exhibe en un local de la Plaza Mayor de Peñafiel antes ocupado por una entidad bancaria. Elásticas que muestran el paso del tiempo, de las modas, y sobre todo, de muchos jugadores que hicieron del Atlético Peñafiel un club con alma, pues, como recuerda Jesús Gómez, Cachuli (83 años), él personalmente no solo ocupaba su tiempo en entrenar y en competir, sino en inocular también el veneno futbolístico a sus hijos y en trabajar para el club todo lo posible y más, tanto dentro como fuera del terreno de juego.

O también, como narra Pepe Molpeceres, Chicopa, adquiriendo al mejor precio las medias de los jugadores a un amigo comerciante, pues los recursos del equipo siempre son muy ajustados. Pepe tampoco cumple ya los 80, al igual que Guillermo Calderón, todo coraje, entrega y corazón sobre el terreno de juego y desde la grada una vez que dio paso a su hijo y, posteriormente, a sus nietos.

Algo más joven, con 70 años, Ángel de la Fuente, Mininis, recuerda que la labor no se limitaba a entrenar o a competir, sino también a cuidar el campo rastrillándolo tras los entrenamientos o acondicionándolo con cascajo de las vías del tren para que tuviese un buen drenaje. Mucho trabajo por sacar adelante al Atlético.

Los tres futbolistas fueron los más veteranos de una cena en la que se reunieron recientemente más de cien comensales dentro de los actos de celebración de los 50 años, aunque quizá el jugador de mayor edad, nonagenario, sea José Antonio López Bar Las Cuatro, portero a la vez que tío de un jugador de raza del Peñafiel, todo corazón y pasión: Rafael López, Falín. Rafael, fallecido hace varios años, es padre del futbolista que más lejos ha llegado en la localidad, y no solo porque ahora juegue en Alemania, sino porque antes pasó por el Real Valladolid y luego por el Getafe: Rafa, Rafael López Gómez.

Del blaugrana al rojinegro

Este año ha sido especialmente emotivo con las recientes despedidas de Ángel García Ruiz Empalmao (por su altura) y de José María Alonso, Tombo, quienes seguro seguirán animando al club de su vida desde la grada de la eternidad.

Al frente de la exposición está la Asociación Histórico Cultural Torre del Agua. Después de un trabajo de dos años, otro exfutbolista del Atlético Peñafiel, Jesús Solís, logró dotarla de contenido con fotos que se remontan a 1924, pues en Peñafiel siempre ha habido alguna escuadra en liza con distintos nombres.

Antiguas licencias federativas, noticias del equipo recogidas por de distintos medios entre ellos El Norte de Castilla, camisetas de diferentes épocas, un trofeo y unas botas de época pretérita, así como otros contenidos destinados a evocar la vida del club, completan una exposición viva, que se enriquece con los recuerdos y vivencias de aquellos que la visitan, que aportan incluso nuevos objetos.

Es el caso del escudo que lucían las camisetas de un equipo de los años 20, y de la historia referente a esa escuadra que aparece en una instantánea vestida de blaugrana, pues un empresario catalán asentado en Peñafiel fue su impulsor. En la foto, un visitante de la muestra identifica a su padre, e indica que esos jugadores competían con el mismísimo Valladolid. Precisamente con el equipo pucelano se enfrentó el Atlético Peñafiel en los años ochenta, en pretemporada: los rojinegros colores del Peñafiel desde mediados del siglo pasado cosecharon una derrota por 8 tantos a 0.

Válvula de escape en el 68

A juzgar por los éxitos deportivos, esa década, la de los ochenta, «fue la mejor, pues se quedó en puertas de la Tercera División», explica Jesús Solís. «Pero de vivencia social añade la mejor fue la comprendida entre finales de los sesenta y principios de los setenta, por la implicación del pueblo y porque esos años sirvieron para despertar a la juventud. El fútbol era una válvula de escape, se estaba evolucionando en Peñafiel como en el resto de España. Los acontecimientos del 68 tocaban de lejos, pero algo llegaba a la villa; los nuevos tiempos se manifestaban a través del fútbol. Estas fueron las épocas más emblemáticas, pero para mí fue la primera de ellas por lo que supuso de avance social», recuerda

El Vivero, El Tomillar, el campo del Cristo, o el de los Frailes, hasta el definitivo de La Cañada (modernísimo en su momento, 1970, al estar dotado de vestuarios y de marcador manual), han sido los estadios testigos del devenir del balompié peñafielense. Fue el de los Padres Pasionistas, los Frailes, donde comenzó su andadura el Atlético Peñafiel como tal, de la mano de Saturnino López, que reunió a un grupo de amigos del barrio del Mercado Viejo, a los que atavió con los colores de su equipo favorito, el Atlético de Madrid, y llegó a bautizar a sus jugadores con el nombre de cada uno de la plantilla colchonera.

Cincuenta años no se cumplen todos los días, por eso es digno de reconocimiento el trabajo de tantas y tantas generaciones que han dado lo mejor de sí mismas, siempre con los mejores valores por estandarte, como son la deportividad y el compañerismo. Así que solo queda desear un ¡feliz cumpleaños y larga vida al Atlético Peñafiel!

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