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Los jugadores del Becerril realizan una sesión de carrera continua durante el entrenamiento de ayer.
Nuevo versículo para viejo milagro

Nuevo versículo para viejo milagro

El Becerril afronta una nueva temporada en Tercera División con la meta de repetir los logros del pasado

marco alonso

Miércoles, 29 de julio 2015, 12:04

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No son pocos los que señalan al fútbol como la religión del siglo XXI. Si en realidad esto fuese cierto, el caso del Becerril bien podría catalogarse como un milagro de esta nueva fe. Este equipo, con un pueblo de 850 habitantes detrás, vuelve a prepararse para vivir una temporada en Tercera División. Y aunque a alguno le pueda parecer que este club está tocado por una mano divina, las únicas manos que tiene detrás están llenas de callos de trabajar con el objetivo de que los becerrileños tengan un divertimento que amenice el municipio en los fines de semana.

«El Becerril tiene alma, más bien tiene 300 almas, las de todos y cada uno de los socios, que quieren seguir teniendo fútbol en el pueblo». Así explicaba el milagro del Becerril su entrenador, José Antonio Hernando, que dirigió ayer su primer entrenamiento de la pretemporada en una jornada casi festiva llena de reencuentros. El equipo va a mantener el bloque que le llevó a firmar una de las mejores temporadas de su historia la pasada campaña y, además, va a contar con una serie de incorporaciones para suplir las bajas de Jambo, Víctor, Isra, Fredy y Chaque. Una de esas caras nuevas que presentó ayer el Becerril fue la de Víctor Manuel Nicolta Niche, que abandonó el Cristo Atlético porque no podía compaginar su trabajo con turno de noche con el fútbol, pero al parecer finalmente sí que va a poder hacerlo y vestirá esta temporada otra camiseta de color morado, la del Becerril.

Además, seis jugadores sub 23 han comenzado ayer la pretemporada. El único sub 23 de la pasada campaña que repetirá en la actual es Rubén Sierra, y ahora José Antonio Hernando tendrá que descartar entre uno y dos de esos jugadores para cerrar la plantilla. «Tenemos que hilar muy fino con los descartes porque para nosotros es muy importante que la gente tenga hambre y ganas. Todo lo que hemos conseguido ha sido gracias a jugadores con interés, y para nosotros eso es lo más importante», aseguró.

Uno de esos jugadores con hambre de los que hablaba Hernando es Melero. El eterno capitán del Becerril no se ha empachado aún de fútbol y, a pesar de que amagó con colgar las botas, seguirá un año más mostrando su clase por los campos de Tercera División.

El Becerril arrancó ayer la pretemporada con el objetivo de seguir plantando cara a equipos con presupuestos infinitamente superiores y con una masa social detrás superior al número de habitantes de su pequeño pueblo. Esta temporada se escribe un nuevo versículo del milagro de Tierra de Campos. Hernando, Melero, Ortega, Rubén y compañía volverán a coger la pluma y llenarán nuevas páginas de la historia de este club humilde, que, con los pies en el suelo, ha alcanzado cotas impensables.

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