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Diego Gacimartín comprueba los ejercicios de varios de sus alumnos. Antonio de Torre
Una vida entre pizarras

Una vida entre pizarras

FÚTBOL SALA ·

Diego Gacimartín compagina su afición por el fútbol sala con su profesión de maestro en Sangarcía

quique yuste

Segovia

Lunes, 28 de mayo 2018, 19:26

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La vida de Diego Gacimartín transcurre entre pizarras. Entre las verdes que aún cuelgan en las aulas del colegio de Sangarcía donde es profesor y jefe de estudios y la magnética que utiliza en los entrenamientos del Naturpellet Segovia. La tiza que usa por las mañanas para enseñar a sus alumnos Matemáticas (cuarto, quinto y sexto de Primaria), Lengua (primero, segundo y tercero de Primaria) o Valores (a los alumnos que no dan Religión) es sustituida por las tardes por las fichas o el rotulador, elementos con los que trata de ilustrar a sus jugadores sistemas de ataque, defensa o jugadas de estrategia.

Para poder compaginar su profesión como profesor y su pasión por el fútbol sala señala a la organización como un factor clave. «Es mi manera de ser. Hay veces que las cosas no salen, pero cuanto más controlada tienes la situación menos posibilidades de fallo o error hay», asevera, llevando su carácter metódico a todas las facetas de su vida. Tras pasar las mañanas en el colegio y echar una mano en casa, la tarde está dedicada a la gestión del equipo, tanto a los entrenamientos en cancha como a todo lo que conlleva dirigir un grupo (preparación de sesiones, análisis del rival, conversaciones individuales con los jugadores...). Al final, el 40x20 se lleva entre cuatro y cinco horas diarias del tiempo de Diego Gacimartín, quien sin embargo tiene claras cuales son sus prioridades. «Yo tengo muy claro que mi trabajo es la educación. El deporte es una afición, un sueño que ahora tengo la oportunidad de cumplir en mi casa». Por eso, cuando el colegio le requiere más tiempo de trabajo no duda en dedicárselo, aunque vaya en detrimento del fútbol sala. Por suerte, este año la temporada ha terminado varias semanas antes del final de curso escolar, motivo por el cual uno de los periodos del año con más carga de trabajo en el colegio no le restará tiempo del pabellón Pedro Delgado. Sin embargo, el Naturpellet Segovia sigue requiriendo tiempo de trabajo, aunque en esta época tiene que ver más con llamadas a jugadores y planificación de la nueva temporada.

Profesor y entrenador son dos ocupaciones similares en muchos aspectos, sobre todo en aquellos relacionados con la gestión de grupos. Así, mientras a los alumnos «les intentas motivar para que vengan contentos y con ganas a clase», con los jugadores ocurre de una manera parecida. «El objetivo es el mismo», afirma Diego, que encuentra igual de complicado gestionar un clase con alumnos 'problemáticos' que lidiar con un vestuario en el que hay choques de egos. «En el deporte lo más difícil es que todos los jugadores se sientan importantes. Hay fases de la temporada en las que un jugador está mejor que otro o a lo mejor el entrenador confía más en uno que otro, pero hay que hacer ver al que juega menos que la temporada es muy larga y todo puede pasar, por lo que deben estar preparados», declara Gacimartín, quien indica que en el colegio sus alumnos no le preguntan por el fútbol sala. «Lo llevan con naturalidad porque me ven como su profesor y no como un entrenador».

Rompe clichés

Si ya es cuanto menos extraño que el entrenador de un equipo profesional no se dedique de forma exclusiva a entrenar, más lo es todavía que un profesor con cierta relevancia en el deporte no imparta Educación Física. Es el caso de Diego Gacimartín, quien está acostumbrado a que cuando cuenta que imparte materias como Matemáticas o Lengua la gente reaccione con sorpresa al imaginarle con el chandal y el silbato en el patio del colegio y no enseñando a los alumnos operaciones matemáticas o las conjugaciones de los verbos. Pero la sorpresa todavía es mayor cuando Gacimartín relata que su verdadero campo en la enseñanza tiene que ver con la música, aunque actualmente no ejerce como tal. «Estoy contento con lo que hago, aunque de la Educación Física me gustan cosas porque está relacionada con el deporte», señala el técnico segoviano, quien rara vez se resiste a tocar el piano cuando tiene uno cerca.

Un nombre entre los grandes

Tras casi veinte años en los banquillos, el nombre de Diego Gacimartín ha adquirido peso en el fútbol sala nacional durante el último lustro. Su llegada al Naturpellet Segovia en 2014 le dio la oportunidad de demostrar su valía en el equipo de su tierra y de resarcirse de su aventura anterior en Segunda con el FS Valverde. «Si hace cuatro o cinco años me dicen que ahora iba a estar en la élite del fútbol sala no me lo hubiera creído», confiesa. Su debut en Primera División se ha saldado con una permanencia lograda «con una antelación que no imaginábamos», llamando de esta forma aún más la atención tras haber devuelto a Segovia a la máxima categoría del fútbol sala nacional. «Yo sabía que el primer año había mucha gente que nos iba a mirar con lupa. Creo que soy una persona que no tiene que demostrar lo que puedo hacer o lo que no», explica Diego, sin olvidarse del papel fundamental que ha jugado todo el cuerpo técnico del Naturpellet Segovia para que el equipo cumpliese con sus objetivos.

Así, el buen hacer del técnico segoviano durante los últimos años ha llamado la atención de otros equipos que han preguntado por su situación. «Ha habido gente que se ha interesado, pero nada que me haya hecho dudar», reconoce. Y es que cuando otros equipos sondean a Gacimartín para su banquillo su situación profesional sale a relucir. «En el momento que la cuentas dejas de entrar en los planes. Ha habido ofertas, pero no para decidir dejarlo todo y salir de Segovia. Tiene que ser algo a otros niveles», declara Diego.

Para gestionar esas ofertas, Gacimartín cuenta desde marzo (antes no tenía) con Raúl Estévez como representante. El agente de jugadores de talla mundial como Ricardinho permitirá al técnico segoviano sondear en el futuro la posibilidad de entrenar fuera de Segovia, algo que a medio o largo plazo no descarta Gacimartín. «Yo estoy muy cómodo donde estoy. La situación que tengo con mi trabajo y mi familia, pudiendo dedicarme al fútbol sala aquí, hace que ahora no me plantee salir fuera. Pero tener representantes que te muestren el mercado, sobre todo a nivel internacional, hace que esas posibilidades se puedan valorar. Habría que pararse a pensarlo, pero ahora no me lo planteo. Vivo mucho el día a día», concluye.

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