El trago fue bastante amargo

Catador. Dícese de la persona (en este caso hasta puede valer un equipo) que se dedica a probar o catar un alimento o una bebida para informar de su calidad y de sus propiedades. El Naturpellet Segovia cató ayer la Copa (del Rey) y no le dejó un buen gusto. Fue un trago un tanto amargo, como el de saber que además de Buitre, el conjunto segoviano tenía que afrontar esta eliminatoria con la baja de Borja Blanco, que cayó lesionado a última hora. Otro contratiempo más.

Cayó con honor y dignidad frente a un Primera División, el Levante UD FS. Puede que no tenga tanto nombre como el Barcelona, el Movistar Inter, o ElPozo Murcia, pero si están en la máxima categoría del fútbol sala nacional, compartiendo cartel con los más grandes, será por alguna razón.

Tuvo que sufrir el Levante para llevarse la eliminatoria, como anteriormente lo hicieron otros. Los que han pasado por el Pedro Delgado han sufrido. El Levante, también, confirmando las impresiones que tenía Diego Gacimartín, aunque su equipo fue el que llevó la voz cantante durante buena parte de la primera mitad. El guardameta del Levante Yeray sostuvo a su equipo en los primeros 15 minutos. Bien en defensa, los de Diego Gacimartín marraban sus ataques. El único que no pudo sacar el portero visitante fue el disparo de Chus que significó el 1-0. Los ataques de los locales eran constantes. Pero en los últimos minutos de esta fase, despertó el Levante. Dio un par de avisos a un acertado Cidao y logró empatar a falta de tres minutos. Con 1-1 se llegó al descanso, en parte porque Yeray evitó que Alvarito marcara en una acción en la que el jugador del Naturpellet y la afición reclamaron que el balón había entrado. Difícil de apreciar.

La segunda parte comenzó con el Levante intentando ser más protagonista con el balón de lo que lo fue en la primera mitad. Lo intentó con lanzamientos exteriores mientras Iván Quintín y Juanfran tuvieron las oportunidades más peligrosas de los locales. Ninguno encontró portería. El equipo de Diego Gacimartín volvió a hacerse con el control del juego, impidiendo las salidas cómodas del Levante. El encuentro estaba para esos pequeños detalles que una vez más fueron favorables a los rivales. Y eso lo aprovechó el Levante para adelantarse en el marcador. Cecilio puso tierra de por medio a falta de cinco minutos para el final en una nueva contra, aunque respondió bien el conjunto segoviano, con Alvarito de portero-jugador. Chus recortó distancias poco después e Iván Quintín reclamó un posible penalti.

Buscó con ahínco el tanto del empate, pero no llegó. La falta de precisión en el último ase y la finalización salvaban al conjunto visitante, que pidió tiempo muerto para ajustar su defensa. Afalta de 27 segundos, Carlos Muñoz vio su segunda amarilla y Pizarro puso la sentencia desde los diez metros.

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