Borrar
Raúl Gómez, 'Maraton Man', en uno de los episodios de la segunda temporada.
Raúl Gómez: «Las sonrisas que recibo cuando corro son como un gel energético»

Raúl Gómez: «Las sonrisas que recibo cuando corro son como un gel energético»

El protagonista del programa Maraton Man relata las anécdotas que ha vivido en nueve carreras a lo largo de tres continentes y confiesa que su válvula de escape se encuentra en un pequeño pueblo leonés

Rebeca Alonso

Domingo, 4 de diciembre 2016, 11:19

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Raúl Gómez ha dado con una receta de éxito en televisión: la mezcla de 'running' y humor. Como él mismo reconoce, ese equilibrio entre el sacrificio del deporte y su eterna sonrisa es una constante que aplica en todos los aspectos de su vida, y está claro que al espectador le interesa. Así se ha convertido en Maraton Man, que ya es todo un icono televisivo y de las redes sociales. Nacido en 1982 en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), lleva 14 años en Madrid trabajando en televisión y se define a sí mismo como «optimista por nacimiento». Pero el programa del canal de Movistar #0 Maraton Man no es solo deporte y risas, también es descubrir otros países, otras culturas e historias de superación. Maraton Man entretiene, divierte y emociona. Así, zancada a zancada, ha llegado a su segunda temporada, que acaba de estrenarse tras el éxito de la primera. En esta nueva entrega de nueve episodios, 'Raulito', como le gusta escribir en su dorsal junto a caras sonrientes, participa en nueve carreras en ocho países de Europa, Asia y América con «más de todo, más aventuras y un reto físico tremendo». Eso sí, esta vez ha conseguido acabar el rodaje sin ninguna lesión.

¿Cómo nació la idea del programa?

Surgió hace un año y medio de la productora Zanskar de Jesús Calleja y María Ruiz. Tenían en la cabeza la idea de hacer un programa de 'running'. Nos conocimos por otro programa de #0, 'Dos hombres y un destino', y coincidimos con la misma intención. Nos juntamos y surgió Maraton Man que es un regalo, un caramelito fantástico que estoy saboreando cada episodio. Estamos muy contentos con el resultado y nos sorprendió que a la gente le gustase y se crease ese vínculo tan chulo con el espectador y con #0. A la cadena le gustó y renovamos casi inmediatamente después de terminar la primera temporada. En cuatro meses hemos hecho cuatro maratones y cinco medias maratones por el mundo.

Acabaste la primera temporada tocado, ¿has vuelto a tener problemas físicos?

Después del maratón Sevilla acabé muy cansado y con problemas de rodilla. He pasado por manos del fisioterapeuta Jordi Reig y me va a controlar un poco. No ha sido fácil pero he terminado la segunda temporada sin lesiones que es un grandísimo avance. Disfruto mucho corriendo y creo que eso se transmite. Tener la posibilidad de viajar, conocer gente increíble y correr los maratones más espectaculares del mundo es increíble.

¿Qué es lo que más te ha emocionado de los rodajes?

Unas de las cosas más bonitas que me llevo de Maraton Man son las historias, las personas que voy conociendo a lo largo de este viaje de país en país. Hay personas absolutamente increíbles que pudiendo quedarse en sus casas lamiéndose las heridas por una enfermedad, por un accidente se superan a sí mismas, se ponen objetivos y vuelven a cogerle muchas ganas a la vida. El 'running' en estos casos les ha ayudado a ser felices. Gente como la que conocí en el primer episodio en México: Héctor, que se quedó ciego a los 34 años, o Fernando, que perdió la pierna en un accidente y siguió corriendo. Te das cuenta de que la vida mola y de que hay que aprovecharla porque solo tenemos una. Me llevaría a toda esa gente a casa, voy a hacer un día una reunión con todos.

¿Es complicado correr y grabarte al mismo tiempo?

Es un hándicap. A lo mejor si tardo cuatro horas en correr un maratón estoy una hora con el brazo levantado hablando a la cámara. Es cansado pero también me está dando una gran capacidad aeróbica porque puedo hablar, correr y sonreír a la vez. Está siendo muy bonito.

¿Cómo consigues combinar algo tan serio como correr un maratón con el humor?

Es una constante en mi vida en casi todo lo que hago pero en el 'running' más específicamente. Es verdad que es sacrificio, constancia, salir a entrenar días que no te apetece nada pero a todo eso hay que sumarle una sonrisa. Nadie nos obliga a correr ni a sufrir. Si no te diviertes búscate otra cosa que te haga feliz porque no tiene sentido hacer deporte y no pasártelo bien. Yo soy el típico corredor popular como millones que corren para conseguir una medallita, disfrutar de una carrera, conocer gente pero no tengo pensado batir el récord del mundo. En toda mi vida intento siempre pase lo que pase tener una sonrisa y buscar el lado bueno aunque a veces es complicado pero esa es la actitud que queremos reflejar. Maraton Man es un programa de 'running' pero también un programa de vida.

¿Cuándo empezaste a correr?

Desde que tengo uso de razón he jugado al baloncesto. Antes corría pero con una pelota en la mano. Llegué a Madrid cuando empecé a trabajar en televisión hace 14 años, decidí probar otros deportes y me enganchó el 'running'. Empecé saliendo a correr a ver qué tal y al principio vi que era muy cansado, agotador. Pero te vas picando y vas poniendo carreras en el calendario. Corrí mi primer maratón porque tengo un amigo, Juan del Val, que me contó lo bonito y lo especial que es cruzar la meta de un maratón. Yo, que soy un cazador de sensaciones, me dije: quiero sentir eso. En 2011 corrí mi primera maratón en Madrid. Sufrí mucho pero disfruté más. Tardé cuatro horas y media, me dio tiempo a hacer un sudoku, una bufanda y me paré a comer un bocadillo de calamares en la Plaza Mayor (bromea). El año pasado hice mi mejor marca en Londres: 3 horas 31 minutos. Llevo once maratones y no sé cuántas carreras.

¿Qué recomendarías a los que se estén preparando su primer maratón o media maratón?

Yo siempre aconsejo que sonrías todo lo que puedas porque sufrir vas a sufrir, es inevitable, pero lo mejor para aliviar ese sufrimiento es sonreír, chocar las manos de las personas que vas viendo en el recorrido, gritarles un 'hola', un 'vamos', te va animando y vas haciendo kilómetros uno tras otro hasta que cruzas la meta y ahí es inevitable tener una sonrisa de récord Guiness. Yo soy un optimista de nacimiento y sonrío siempre, si sonríes te devuelven una sonrisa y las sonrisas que recibo cuando corro son como un gel energético.

¿Has participado en alguna carrera de Castilla y León?

No, pero veraneo en Castilla y León. Cada año desde que tengo uso de razón me escapo una semana de verano a un pueblo de León, Porqueros, donde nació mi padre. Allí corro, voy en bicicleta, como cocido maragato, visito el pantano de Villameca estar en Castilla y León me hace feliz.

¿Qué respuesta del público habéis percibido?

Hemos estado cuatro meses grabando por la India, México, Italia, Francia, Jordania y te das cuenta por Twitter, Facebook e Instagram del cariño de la gente por sus palabras de agradecimiento, te cuentan que les has motivado para salir a corer. Esos pequeños comentarios me hacen el hombre más feliz del mundo. En uno de los programas he corrido la Behobia-San Sebastián y todo el mundo nos decía cosas, nos daba las gracias por el programa. Te das cuenta de que a la gente le llega y eso mola mucho.

¿Cómo se prepara cada episodio?

Tenemos un equipazo. Desde Madrid buscan historias, a quién vamos a entrevistar, dónde vamos a dormir pero para la grabación somos tres personas que nos lanzamos a los países: el director, el cámara y yo, y nos dejamos llevar mucho por la improvisación. He dormido en habitaciones no muy limpias, en tiendas de campaña, en casas ajenas esta temporada he dormido en casi todos los sitios imaginables porque es la mejor manera de conocer otros países. Podríamos ir a un hotel sí, pero no sería tan divertido. A veces los tres no cabemos así que el director se va a un lugar más cómodo pero el cámara y yo siempre nos quedamos. Hemos compartido 140 días fuera de casa, incluso hemos dormido en la misma cama muchas noches. En la carrera Tough Guy de la primera temporada lo pasé francamente mal porque tuve que dormir vestido. La tele no recoge olores pero esa casa olía a humedad, a perro, a orina... no lo puedo describir. Pero fue la única forma de que Mister Mouse, que parecía un tipo muy cerrado, nos cogiera tanto cariño.

¿Puedes adelantarnos novedades de esta segunda temporada?

Por ejemplo, en Japón conocimos a dos abuelitos que de setenta años que corren maratones, el público se va a enamorar de ellos. En la India corro con el único ser humano que con cien años ha acabado un maratón. También fuimos a Ultrapirineos, queríamos meter una carrera de montaña en la segunda temporada porque correr en asfalto está muy bien pero correr en montaña es otra película. Es durísimo pero al menos respiras aire puro. Y el último programa fue en Cuba, estuvimos la semana antes de la muerte de Fidel Castro, por unas horas nos perdimos vivir allí ese momento. Esta temporada está cargada de cosas bonitas, sorpresas, 'running' y muchas emociones.

Has estado en carreras muy duras. ¿En alguna ocasión se te ha pasado por la cabeza abandonar?

He tenido varios momentos de decir: no puedo más. Por el sol, por la humedad, por las pocas horas de descanso antes de la carrera o porque tienes el día cruzado y el cuerpo no responde. Pero segundos después de pensar eso me digo: estoy aquí porque esto es la caña. Sí, he sufrido, pero he echado un par. Cambio rápidamente la cabeza y sigo, nunca llevando el cuerpo al límite por encima de tus posibilidades, no quiero dar ese ejemplo. No conviene lesionarse para toda la vida por una carrera. Muchas veces nos compramos relojes muy caros para correr y no nos hacemos una prueba de esfuerzo que es bastante más barata y te asegura que no tengas sustos en la carrera. Hay que hacer las cosas bien, con paciencia y poco a poco.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios