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El logroñés Manuel Pliego posa delante de unas señales en la provincia de Palencia, a su paso con ‘La Trepadora’. EL NORTE
LA RUTA PALENTINA DE 'LA TREPADORA'

LA RUTA PALENTINA DE 'LA TREPADORA'

Manuel Pliego ha recorrido Palencia-Logroño en doce horas con una Bicicross BH de los años 80

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Miércoles, 4 de octubre 2017, 22:21

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Un anciano que paseaba con su perro le preguntaba que de dónde venía para minutos después ayudarle una lugareña a encontrar la fuente del pueblo. El copiloto de una furgoneta blanca que le adelantaba en la carretera le regaló dos plátanos a través de la ventanilla mientras le saludaba con la mano. Así transcurrió el recorrido que realizó Manuel Pliego en bicicleta entre Logroño y Palencia.

Con una bicicross de BH, de los años 80 y de 25 kilos de peso, hizo el viaje, programado con días de antelación para conocer la provincia palentina. Todo comenzó cuando realizó Pamplona-León-Logroño en 25 horas. «Tenía algo dentro que me decía que Palencia era un sitio donde tenía que rendir honores», afirma Manuel Pliego, de 45 años.

Y finalmente llegó a Palencia, pasando por Carrión de los Condes. «Eran muchos pueblos de Palencia por los que pasé y con la de gente amable que me encontré, porque la belleza de un lugar no da dan los edificios sino sus ciudadanos», reconoce el logroñés.

«He descubierto una gran región y una gran ciudad, Palencia, con su catedral y su preciosa Calle Mayor», afirma el ciclista, que se comió tres pasteles en la capital del Carrión. Pliego tuvo tiempo de estirar las piernas y dar un paseo por Palencia. «En los próximos días intentaré escaparme y volver por allí», agrega.

Pliego recorrió más de 250 kilómetros con su bicicleta, ‘La Trepadora’, en su circuito Logroño-Palencia y lo hizo en doce horas. «Me gusta ser capaz de lograr mis propios retos, aunque no lo comento demasiado en casa para no preocuparles por el tema de la carretera», reconoce.

La bicicleta 'La Trepadora', apoyada en una señal del Camino de Santiago
La bicicleta 'La Trepadora', apoyada en una señal del Camino de Santiago NORTE

‘La Trepadora’ fue bautizada así después de que Miguel Pliego escuchase varias veces al subir puertos la frase ‘Mirad, mirad, es La Trepadora’. La bicicleta y el riojano se reencontraron hace tres o cuatro años, cuando la encontró en el sótano y decidió limpiarla. Le pasó la bayeta por su sillín alargado, le hinchó las ruedas y decidió dar un paseo con ella. Y desde entonces hasta hoy, recorre 40.000 kilómetros al año sobre su bicicleta azul, esa que le regalaron sus padres cuando tenía 12 años, como premio de notas en verano.

Subiendo el Tourmalet

Con ‘La Trepadora’, Manuel Pliego ha sido capaz de llegar a Madrid, a Barcelona o a Zaragoza, y de disfrutar y pedalear kilómetros y kilómetros del Camino de Santiago. Ha realizado etapas de la Vuelta a España o del Tour de Francia, llegando a subir puertos tan míticos como el Tourmalet, con su bicicleta de los años 80, sin marchas ni aluminio para aligerar su peso.

«Sé que no soy un ciclista profesional, y no me considero como tal, pero agradezco las palabras que me dedican los grandes ciclistas, que tanto valor dan a mi pedaleo. Esto hace que mi motivación crezca», argumenta con orgullo por todo el camino realizado y el que aún le queda por recorrer.

«Estoy contento porque pude rendir a Palencia y a los palentinos mi esfuerzo en forma de pedaladas, tanto por Carrión de los Condes, Castrillejo de la Olma, Villafolfo o Perales hasta llegar a la Bella Desconocida», concluye Pliego, nombrando alguno de los pueblos por los que pasó ‘La Trepadora’.

«Pedaleo por los que están enfermos y no pueden hacerlo»

Manuel Pliego trabaja como sanitario en el Hospital Viamed los Manzanos de Logroño. ·El hecho de convivir a diario con enfermos me hace coger mucha fuerza para seguir pedaleando», explica. «Pedaleo por todos los que no pueden hacerlo y eso me da fuerzas para continuar», agrega el ciclista. «En los momentos duros, cuando ya no puedo más, pienso en toda esa gente que lucha por ponerse bien», añade.

El logroñés Manuel Pliego y su bicicleta azul de bicicross BH de los años 80 se convirtieron en un equipo y, sin ser más que nadie, intentan cumplir sus objetivos y seguir creciendo. «Todo comenzó pedaleando y pensando en la gente que tenía menos aptitudes. Mi lema era y sigue siendo ‘Nadie es más que nadie, y menos aún encima de una bicicleta’», concluye el ciclista riojano.

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