El Viveros Herol Nava empata con el Puente Genil

Arrancó el partido con síntomas claros de lo que habría de ser en los minutos siguientes. Yeray Lamariano detuvo un balón premonitorio de la remontada que finalmente logró el equipo de Dani Gordo para acabar en empate. Filipe Martins fue el encargado de abrir la veda de los locales en un inicio por lo demás bastante malo. Su pivotaje en la frontal de la portería cordobesa, que se mostró férrea y sin ánimo de encajar más balones de los necesarios –y terminó salvando a Puente Genil de volver a casa con una derrota–, fue el mayor quebradero de cabeza de la defensa negra. Gordo sabía que su equipo no había salido precisamente enchufado y por eso solicitó el primer tiempo muerto a los cuatro minutos de juego, cuando los naveros caían de dos.

Algunos errores en la línea defensiva, sumados a los buenos ataques –que no pudo detener Yeray bajo palos por su propio pie– y la impecable actuación del meta rival, condenaron al sufrimiento al Viveros Herol durante casi toda la primera mitad. Tomislav Brakocevic y Llopis Muro cargaron, junto al incansable Filipe Martins, con la ofensiva navera para tratar de desatascar la situación. El motor, que pareció no carburar del todo bien en los primeros minutos de juego, fue entrando en calor poco a poco a merced del buen hacer global del equipo. Brakocevic mostró la fuerza que terminaría dominando el juego durante los treinta minutos siguientes con un disparo al larguero que volvió a dominios de Lamariano. Para muestra, un botón. La intensidad defensiva de ambos conjuntos ya mediada la primera mitad, que se manifestó en varias caídas que detuvieron el partido por la necesidad de pasar la mopa, mantuvo el luminoso estático durante unas jugadas que dieron que hablar. Ni Novica Rudovic, de los mejores de los cordobeses, ni Martins, el más ávido e incómodo de los naveros, desbloquearon ese breve vacío temporal.

El descanso llegó como llegan muchas cosas, casi sin avisar y con uno de diferencia en el marcador, aunque antes llegó la enorme ovación para el canterano Jonathan Martín al pisar el terreno de juego. Poco a poco, el Viveros Herol remontó sensaciones a pesar incluso de algún fallo desde los siete metros. Con Ernesto en la portería durante el segundo tiempo, que firmó una actuación notable especialmente en el tramo final del choque, los de Gordo supieron gestionar mejor las jugadas y no quisieron perder la pista en el marcador. Bruno desatascó nuevamente una maraña de jugadas seguidas sin gol y Brakocevic, que va camino de ser estandarte navero por su forma de vivir el juego desde el centro del ataque, demostró la garra en nombre de todo el vestuario golpeándose con el balón en el pecho tras una jugada fallida. A partir de ahí, todo fue hacia arriba, llegando incluso a acariciar la victoria.

A falta de siete minutos para el pitido final, el Viveros Herol tomaba la delantera y el partido se puso tenso e igualado como no lo había estado hasta ese momento. Con Martins animando a su afición cada vez que superaba al sobresaliente meta rival, que fue una de las cruces con las que se topó el Nava en su camino al gol, y dos minutos de superioridad por expulsión (muy discutida por el técnico cordobés Joaquín Soler) los guerreros fueron hilando una a una cada jugada hasta el agitado minuto final. El pitido, que no se sabe muy bien si fue un alivio o una pena por lo equilibrado de los últimos coletazos, puso fin a un disputado partido en el que el Puente Genil demostró su enorme potencial de cara a un nuevo año en Asobal y el Nava que está dispuesto a dar pocos puntos por perdidos.