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Diego Camino trata de superar a su defensor. Santos Álvarez
Otra derrota lejos de Huerta del Rey

Otra derrota lejos de Huerta del Rey

El Recoletas Atlético Valladolid perdió en la cancha del Cangas, sigue negado como vistante y pospone la permanencia en Asobal

eefe

Sábado, 15 de abril 2017, 21:33

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El Frigoríficos del Morrazo se sobrepuso a otro pésimo inicio de partido (3-8, min.9) y sumó un importantísimo triunfo ante el Recoletas Atlético Valladolid (29-26) que le permite seguir soñando con la salvación. Mientras los pucelano siguen negados en los encuentros lejos de Huerta de Rey y, a pesar de tener la permanencia de manera virtual, deberá esperar al menos un semana más para certificar su presencia la próxima temporada en Asobal.

Como en sus últimos partidos, el equipo gallego empezó sin tensión. Su debilidad defensiva y varias pérdidas de balón en el ataque posicional le obligaron a otra remontada épica. Antes del minuto diez el Valladolid ya ganaba por cinco (3-8).

El técnico local, Víctor García 'Pillo', pidió tiempo muerto. Su equipo reaccionó (6-8, min.13) pero la nula aportación de la portería y de nuevo varios errores en ataque lo penalizaron (9-15, min.22). No obstante, dos exclusiones consecutivas del Valladolid oxigenaron al Frigoríficos, que con un parcial 4-0 en ocho minutos logró llegar con vida al descanso (13-15).

Esa mejoría continuó en el arranque del segundo acto, en el que Edu Salazar, que había sustituido a Pedro Hermones en la portería, se convirtió en protagonista. Varias paradas suyas y un juego mucho más dinámico en ataque, liderado por David García y Muratovic, certificaron la remontada en el minuto 40. 19-18 y nuevo tiempo muerto de Nacho González.

Tras el parón, el Frigoríficos, espoleado por su afición, dispuso de dos ataques para ponerse tres arriba pero cometió dos errores infantiles en la circulación. La consecuencia: 22-22 a falta de catorce minutos. Pero el equipo cangués se multiplica jugando ante su afición. Mantuvo la intensidad defensiva y con otro parcial 4-0 cogió una renta de cuatro goles (26-22) insalvable para un Atlético Valladolid que nunca se dio por vencido.

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